Mientras una cifra sin precedentes de 360.000 reservistas fueron llamados a su país para luchar contra Hamas en Gaza, el hijo del primer ministro sigue su vida en EEUU. “Nuestros hermanos, nuestros padres e hijos van al frente, pero Yair todavía no está aquí”, lamentan los soldados.
El hijo del primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, está siendo criticado por quedarse en Miami mientras miles de jóvenes israelíes regresaron a su país, convocados por el ejército para participar de la incursión terrestre que su país planea sobre la Franja de Gaza.
Yair Netanyahu, un abogado que a sus 32 años tiene edad para unirse al ejército en su lucha contra Hamas, permanece en Estados Unidos desde abril y no se presentó en Israel para unirse a las fuerzas armadas, como es su obligación.
“Yair está disfrutando de su vida en Miami Beach mientras yo estoy en el frente”, se quejó un soldado voluntario que sirve en el frente norte de Israel en una entrevista con el diario británico The Times.
Desde el 7 de octubre, tras el ataque de Hamas a Israel, más de 360.000 jóvenes reservistas fueron llevados desde decenas de países de regreso al país en aviones alquilados.
Las reservas de Israel complementan los 169.500 militares bajo contrato, tanto soldados de servicio obligatorio como de carrera.
El servicio militar es obligatorio para la mayoría de los israelíes cuando cumplen 18 años: 32 meses para los hombres y 24 para las mujeres.
La mayoría de los hombres y mujeres que hicieron el servicio militar pueden ser llamados a unidades de reserva hasta los 40 años, o incluso más, en caso de emergencia nacional, y luchan junto a las tropas regulares en tiempos de guerra.
Solo unos días antes de la incursión armada de Hamas en Israel, se supo que Yair Netanyahu quería quedarse en Estados Unidos de forma permanente después de ganar fama como presentador de podcasts y figura de los medios de la derecha.
Yair Netanyahu cumplió su servicio militar obligatorio en Israel trabajando dentro de la unidad de portavoces de las FDI, pero permanece en Estados Unidos desde abril, después de que su padre le pidió que dejara de hacer publicaciones polémicas en las redes sociales, lo que lo llevó a ser demandado por difamación varias veces.
El polémico Yair Netanyahu
Yair Netanyahu tenía cinco años cuando su padre fue primer ministro por primera vez, en 1996, y cuando regresó a la presidencia del gobierno en 2009 era un adolescente. Su hermano menor, Avner, de 29 años, es más discreto y apenas aparece en los medios, pero Yair optó por un perfil más público.
Hizo el servicio militar en la Portavocía del Ejército, durante el que en diversas ocasiones se hicieron públicas supuestas exigencias de un trato de favor, y luego estudió en la Universidad Hebrea de Jerusalén y fue miembro activo del Likud, el partido de su padre, expresando sus opiniones políticas en diferentes foros.
En una ocasión Yair, uno de los militantes de la derecha más conocidos en Israel, describió como “terroristas” a los cientos de miles de israelíes que salieron a las calles contra la reforma gubernamental de la Corte Suprema y acusar a Estados Unidos de estar detrás de las protestas.
Muchas de sus afirmaciones le valieron demandas por difamación. Por ejemplo, a principios de este año, un juez le ordenó pagar 18.000 dólares a un ex legislador del opositor Partido Laborista a quien llamó “feo”.
Y en agosto, un tribunal le ordenó pagar más de 40.000 dólares en compensación y costas legales a una mujer que, según Yair, estaba teniendo una relación extramatrimonial con el rival político de su padre.
Según un informe de Walla News, Yair es “uno de los activistas más fuertes e influyentes de su padre, y del Partido Likud, en las redes sociales, pero sus posiciones y declaraciones extremas también alimentan las protestas contra el gobierno y causan vergüenza y daño a Netanyahu”.
Solo unos meses antes, Benjamín Netanyahu, y su esposa Sara, exigieron a su hijo que abandonara las redes sociales, “se calmara” y bajara su perfil, según The Jerusalem Post. Según testigos, hubo una gran pelea familiar que terminó con Yair emprendiendo viaje a Estados Unidos sin pasaje de regreso.
El joven Netanyahu también fue señalado en casos de corrupción que involucraron a su padre: en 2016 una investigación televisiva informó que disfrutó de unas lujosas vacaciones en Estados Unidos invitado por el millonario australiano James Packer, una de las personas relacionadas en el “Caso 1000”, en el que el primer ministro fue investigado por aceptar regalos de mayor valor de lo permitido.
“¿Dónde está el hijo del primer ministro? ¿Por qué no está en Israel?”
Las críticas sobre el hijo de Netanyahu llegan mientras Israel se prepara para una ofensiva terrestre en Gaza, en represalia por el ataque del 7 de octubre lanzado desde el enclave por Hamás, que mató a más 1.400 israelíes.
La organización, clasificada como “terrorista” por Estados Unidos, la Unión Europea (UE) e Israel, también secuestró a 199 personas durante el ataque.
En Israel existe lo que se conoce como una reserva activa, para los combatientes y las unidades especiales, que se entrenan durante un mes al año. Las mujeres, cuyo número es limitado en las unidades de combate, se ven dispensadas de dichos ejercicios anuales tras el nacimiento de su primer hijo.
“Somos nosotros los que dejamos nuestro trabajo, nuestras familias, nuestros hijos, para proteger a nuestras familias en casa y en el país, no las personas responsables de esta situación”, se quejó el soldado al Times. “Nuestros hermanos, nuestros padres e hijos van al frente, pero Yair todavía no está aquí. No ayuda a generar confianza en el liderazgo del país”.
Otro joven israelí que fue asignado a la frontera de Israel con Gaza, dijo al diario: “Regresé de los Estados Unidos donde tengo un trabajo, una vida, mi familia. No hay manera de que pueda quedarme allí y abandonar mi país, mi pueblo, en este momento crítico. ¿Dónde está el hijo del primer ministro? ¿Por qué no está en Israel?”.
Y cuestionó: “Es el momento de mayor unión para nosotros como israelíes en nuestra historia reciente y todos y cada uno de nosotros deberíamos estar aquí ahora mismo, incluido el hijo del primer ministro”.