El PJ de San Francisco, ciudad natal del gobernador electo de Córdoba, orgánicamente votará por el ministro.
El Partido Justicialista de San Francisco, la ciudad en la que nació Martín Llaryora y de la que fue intendente dos veces, quebró la supuesta neutralidad decretada por Juan Schairetti y oficialmente se encolumnó detrás de la candidatura a presidente de Sergio Massa. Es el primer distrito en el que el PJ le da la espalda a la orden del gobernador saliente, quien coquetea con Javier Miliei.
“Ante un escenario en el que están en juego la democracia, los valores y derechos que hemos adquirido, nuestro movimiento debe mantener su compromiso histórico con la educación y la salud pública, el respeto por el que piensa diferente; alentando la ciencia y la tecnología, defendiendo el desarrollo industrial y productivo, y aceptando las religiones y respetando la memoria”, dice el comunicado que lleva la firma de la llaryorista Graciela Brarda.
Para tomar dimensión del posicionamiento: Brarda fue la esposa de Jesús Almada, fallecido ex secretario General de la UOM de San Francisco, y principal aliado de Luis Llaryora, fallecido secretario General de La Bancaria en esa ciudad, el padre del gobernador electo. El hijo de Brarda es Mariano Almada, histórico funcionario de Llaryora. En otras palabras: en ese comunicado está el ADN del llaryorismo ortodoxo.
El PJ de la ciudad natal de Llaryora, bastión del gobernador electo, es el primer distrito del peronismo que gobierna Córdoba que le da la espalda a la orden de supuesta neutralidad de Schiaretti, que en rigor coquetea con Javier Miliei.
Tras una larga gira por países árabes (y antes por Estados Unidos y Europa), Llaryora regresó al país en las horas previas al balotaje. En su ausencia, e incluso durante el tramo del viaje que compartieron con el gobernador saliente, Juan Schiaretti profundizó las críticas hacia Sergio Massa; lo que se interpretó como una jugada preparada para favorecer a Javier Milei.
Pese a la postura del PJ San Francisco, tanto el intendente de esa ciudad, Damián Bernarte, como el diputado nacional Ignacio García Aresca, voz de Llaryora en el Congreso, se desmarcaron y reclamaron “neutralidad pública” para no contradecir a Schiaretti. En ese sentido, el llaryorismo quiere preservar a sus principales dirigentes del marcado antikirchnerismo cordobés. “Vamos a sostener la neutralidad pública, aunque una parte mayoritaria del peronismo trabaja y votará a Massa”, confió un operador de Llaryora.
Como sea, esta señal clara del PJ de San Francisco se suma a los mensajes de otros funcionarios llaryoristas que en las últimas horas se expresaron, de manera personal, a favor de Massa.Sin embargo, tras el comunicado del PJ San Francisco, la sensación entre los peronistas es que el dique impuesto por Schiaretti se resquebrajó, lo que puede derivar en que haya fiscalización del aceitado aparato del PJ cordobés en favor de Massa el próximo domingo. Es una maquinaria que si se pone en marcha llega hasta la última escuela de la provincia. Hasta ayer, la orden oficial era “no militar ni fiscalizar para ninguna fuerza”.
Tras el comunicado del PJ San Francisco, la sensación entre los peronistas es que el dique impuesto por Schiaretti se resquebrajó, lo que puede derivar en que haya fiscalización del aceitado aparato del PJ cordobés en favor de Massa el próximo domingo.
La relación de Llaryora y Massa tiene más de una década. Cuando enfrentó a José Manuel de la Sota y Juan Schiaretti en el marco de la interna partidaria, Llaryora lo hizo con el esquema del Frente Renovador. El 3 de enero de 2019, cuando Massa inició el año como precandidato a presidente, Llaryora le abrió las puertas de San Francisco a su socio para una gira de campaña. Los vínculos se profundizaron en el Congreso, cuando ambos ocuparon bancas, y se hicieron personales, lo que incluye alguna celebración conjunta en Tigre, recuerdan los llaryoristas de la mesa chica.
Resta saber si en las próximas horas las autoridades del PJ en otros circuitos electorales siguen la señal dada por Brarda y el peronismo donde nació el llaryorismo.
Por Juan Manuel González-LPO