Rosario, dueña del comercio, dijo: “Estoy indignada, tengo bronca, pero creo en el karma de la vida y sé que le va a volver”.
Un video de más de siete minutos en la que se ve y escucha la secuencia de un robo trabajado. Un hombre como protagonista de un accionar pensado en una joyería ubicada en un shopping de Mar del Plata. Allí, simuló la compra de un regalo para su papá y se retiró caminando, con el celular en su mano, con una pulsera de oro en su bolsillo.
Rosario, dueña de la joyería “Diez y Veinte”, compartió las imágenes que exhiben a un hombre robusto, identificado por él mismo como “el gitano”, que ingresó a su comercio en busca de una pulsera que estaba exhibida en la vidriera.
En el video se oye que lo primero que pregunta es por la pulsera Rolex de oro. Rosario se la muestra y luego busca una balanza para pesarla.
“Vos estabas, Rosario. Yo vine con mi papá, gitano”, dice él. Antes, Rosario le preguntó cómo iba a abonar el $1.750.000 que costaba la pulsera. Él respondió que pondría un millón en efectivo “y el resto con tarjeta”.
“Ocurrió el lunes a las 10.40. Me dijo que la pulsera la había visto con su papá y que se la iban a regalar. Me pareció normal la forma en la que iba a pagarla”, contó Rosario a TN.
Acto seguido, le pidió un reloj de la marca Tommy Hilfiger. “Dijo que se lo iba a llevar a su mujer”, expresó Rosario, que continuó: “Empecé a preparar las bolsas para después cobrarle. Una metodología que venía funcionando hasta que falló”.
Luego de embalar los productos, le pidió volver a ver la pulsera para sacarle una foto y poder enviársela a sus hermanos. “Accedí porque la gente que viene y compra quiere sacar fotos. Mientras estaba haciendo la garantía, sacó la pulsera, hizo la foto, la guardó en la mano izquierda y volvió a poner la cajita en la bolsa”, relató Rosario.
En el video, las imágenes son elocuentes: el delincuente utiliza la palabra como distracción y le hizo creer a la dueña de la joyería que la pulsera seguía en la caja. “Estuvo parado normal. Dijo que la mujer le iba a traer la plata y la estaba esperando”, continuó Rosario.
En ese instante él sale del negocio y simula una llamada. “Volvió a ingresar y pidió unos abridores. Se los separé y los dejé sobre el mostrador. Pensé que iba a volver porque tenía las bolsas en mi poder, entonces estaba tranquila”, dijo Rosario.
La mujer tardó solo un minuto y medio en darse cuenta de que el cliente no volvía. Fue allí cuando decidió registrar la bolsa y se dio cuenta de que este le había robado. “Llamé a seguridad, pero era tarde: ya se había ido”, sostuvo.
Rosario precisó que los tres productos que le pidió daban un valor total de $3.000.000: “No tenemos nada asegurado porque lo que es joyería no se puede asegurar. Somos laburantes, este es un negocio familiar, el cual arrancamos de cero y todo nos cuesta un montón. Vender joyas hoy es un lujo. Entonces es remarla en pasta de maní”.
Al difundir el video, Rosario supo que este hombre venía llevando a cabo el mismo accionar en otros comercios, con el mismo comportamiento: ingresar, pedir un producto, distraer con la charla y retirarse sin abonarlo.
“Tengo la certeza de que vamos a recuperar lo que perdimos, porque laburamos y somos honestos. Eso va a suceder. Estoy indignada, tengo bronca, no lo voy a negar. Pero creo en el karma de la vida y sé que le va a volver”, completó.