Ha sido acusado de racista y necesita protección las 24 horas al día por las amenazas de muerte que recibe.
El Partido de la Libertad (PVV) de Geert Wilders, de extrema derecha, obtuvo el mayor número de escaños en las elecciones generales de Países Bajos del miércoles.
Pero, ¿quién es el hombre que quiere ser el próximo primer ministro neerlandés?
Wilders, de 60 años, pronto se convertirá en el diputado más veterano del Parlamento, al cumplir este año un cuarto de siglo en el cargo.
Ha sido una carrera plagada de polémicas, amenazas violentas, acusaciones de incitación al odio y procesos judiciales para el político de pelo rubio oxigenado, a veces conocido como el “Donald Trump neerlandés”.
Su encendida retórica antiislamista también le convirtió en objetivo de extremistas y le llevó a vivir bajo protección permanente durante años. Además, ha comparecido ante los tribunales como víctima de amenazas de muerte, jurando no callarse jamás.
En 2009, el Gobierno británico se negó a permitirle visitar el país, alegando que suponía una amenaza para “la armonía de la comunidad y, por tanto, para la seguridad pública”, y fue condenado por insultar a los marroquíes en una reunión de la noche electoral de 2014.
Para cortejar a los votantes mayoritarios esta vez, Wilders ha tratado de centrarse menos en lo que él llama la “desislamización” de los Países Bajos y más en abordar cuestiones candentes como la escasez de vivienda, la crisis del coste de la vida y la atención sanitaria.
No obstante, su programa de campaña pide un referéndum sobre la salida de los Países Bajos de la Unión Europea, un “alto al asilo” y “no a las escuelas islámicas, los coranes y las mezquitas”. Anteriormente había comparado el Corán con el Mein Kampf.
Wilders fue primero miembro de la Cámara de Representantes por el Partido Popular por la Libertad y la Democracia, de centro-derecha, donde fue mentor del primer ministro, Mark Rutte, antes de abandonar el partido y crear su propio Partido por la Libertad.
También es un firme partidario de Israel y aboga por trasladar la embajada de los Países Bajos a Jerusalén y cerrar la legación diplomática neerlandesa en Ramala, sede de la Autoridad Palestina.
