Las cifras del reciente informe publicado por la UCA reflejan un fuerte crecimiento de los índices a nivel interanual. Se trata del número más alto desde el 2006. En las últimas horas, Alberto Fernández había cuestionado el índice de pobreza.
En el ocaso del 2023, y a pocas horas para la asunción de Javier Milei como nuevo Presidente de la Nación, el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA) aseguró que la pobreza en Argentina alcanzó el 44,7% en el tercer trimestre del 2023, con una indigencia que rozó los dos dígitos: el 9,6%.
Asimismo, la calidad de empleo cayó a los niveles más bajos de la serie que el ODSA mide desde 2004, con un 33,1% de la población económicamente activa mayor de 18 años en condición de desempleo (8,8%) o de subempleo inestable (24,3%).
Las cifras de la nueva medición reflejan un importante crecimiento de los índices respecto al mismo trimestre de 2022, cuando la pobreza llegó al 43,1% y la indigencia al 8,1%. A su vez, vuelve a romper la marca de su antecesora como el dato más alto desde 2006, cuando la cifra que mide ‘la escasez o carencia de lo necesario para vivir’, tal como indica su descripción en el diccionario, estuvo ubicada en el 41,2%.
De esta manera, la población que no logra cubrir la Canasta Básica Total (CBT), que compone no solo alimentos sino también bienes y servicios, es de 18,7 millones de personas, casi uno de cada dos argentinos. Respecto a quiénes ni siquiera pueden acceder al conjunto de alimentos y bebidas para satisfacer los requerimientos nutricionales básicos, el número llega a 4 millones de personas, con una suba del 1,5% en 12 meses.
De esta manera, entre pobres e indigentes, se puede vislumbrar que el país unas 22 millones de personas se encuentran en alguno de estos espectros socioeconómicos y poseen, por lo menos, algún tipo de carencia.
En el caso de los niños y adolescentes, el número de pobreza se amplía al 62%: 6 de cada 10 chicos y chicas de la Argentina se ven afectados por este flagelo.
Y de cara al 2024, Agustín Salvia, director del Observatorio, indicó “se abre un escenario en el que la pobreza va a seguir aumentando, no de manera explosiva, sino en niveles similares al crecimiento que tuvo en los últimos dos años”, en un contexto que, tal y como anticipó el referente de La Libertad Avanza, coexistirán “una dinámica de alta inflación con el estancamiento económico”, denominada ‘estanflación’.
Alberto Fernández: “No creo que haya 40% de pobreza”
La publicación de este documento se da luego de los polémicos comentarios de Alberto Fernández, quién, a menos de una semana de dejar el poder, cuestionó la medición del índice de pobreza que lleva adelante el Instituto Nacional de Estadística y Censos, cuyo número, 40,1%, es muy similar al divulgado por la UCA.
“La pobreza se mide a través de la Encuesta Permanente de Hogares, es una encuesta y las encuestas han mostrado su falibilidad. Yo temo que la gente no diga toda la verdad, porque si le preguntas a una persona y te dice ´tengo un plan´, de ahí en más empieza a mentir porque tiene miedo de que se lo quiten”, dijo, en diálogo con la agencia Noticias Argentinas.
“Si hubiera semejante cantidad de pobreza, la Argentina estaría estallada”, enfatizó.
Esto provocó la crítica de propios y extraños, como es el caso de Juan Grabois. “La Argentina sí está estallada, Alberto, solo que nos acostumbramos; no explota, implota. Hace menos ruido, pero la gente se desangra por dentro”, disparó el dirigente social.
También el propio Agustín Salvia, referente del ODSA de la UCA, tomó el micrófono y aseguró que “poner en discusión la pobreza en este momento no sólo parece raro o extraño, se acerca al ridículo”.
“Para una Argentina que viene teniendo un proceso de tanta decadencia y postergación, hay incluso indicadores por arriba de los problemas de ingresos que marcan pobreza por arriba del 40%”, planteó, en diálogo con LN+.
A diferencia del índice del INDEC, que mide la pobreza por ingresos, el relevamiento de la institución privada comprende seis dimensiones: alimentación y salud, vivienda digna, acceso educativos, acceso a servicios básicos, acceso a un medio ambiente saludable y empleo y seguridad social.