El cantante brindó una amplia entrevista donde no dejó tema por tocar. Mirá el video.
“¿Estás para romper el hielo?”. La clásica pregunta con que comienza la serie de entrevistas Caja negra, comandada por Julio Leiva, tuvo en este final de ciclo al Indio Solari como invitado, quien a contraluz, sin mostrar su rostro, desplegó durante una hora y media una serie de pensamientos y recuerdos sobre su vida, a minutos del inicio del nuevo año.
A días de cumplirse los 47 años del debut de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, su voz cantante recordó esos inicios, y cómo cambió con el paso del tiempo: “Hay un momento primordial con Los Redondos que la gente nos iba a ver equivocada, creía que éramos vanguardia y era que todo nos salía para la mierda. las trucas que hacíamos eran toda una berretada. A partir de un momento ya la gente fue la que te lleva”.
“A los músicos yo les he dicho que no tienen temperamento porque no han tenido que luchar contra el éxito como otras bandas”, continuó, “porque tocábamos en un lugar para 100 personas e iban 150, tocábamos en un lugar para 150 y te van 300. Y de ahí nos fueron llevando a Obras y a los estadios. Y a partir de ahí fue cuando se transformó. Ya cuando me alejé de Los Redondos la cantidad es una locura que no se entiende. Hay una serie de malentendidos que han llevado a la gente a que vaya a Tandil o a Olavarría. cualquier lado, una cantidad de gente que llega un momento en que no la podés pensar, no querés pensarla porque es como ridículo. ¿no?”, aseguró.
También se tomó unos minutos para referirse a la política, al recordar que “Yo soy peronista, pero peronista de la nueva izquierda del ‘61, que era ‘amor y paz’, un hippie. Eso es lo que soy, un hippie viejo que se la creyó y que sigue con eso”. Sus declaraciones dieron pie a que fuera consultado respecto del momento en que se está viviendo, donde ‘está exacerbado en individualismo’ y qué espacio queda para la revolución.
Sobre ello destacó: “Fijate las pavadas que uno dice en las canciones que hacen surgir cierta cosa en los jóvenes, cuando levantan el brazo y cantan ‘la revolución con una canción de amor’ -extraído del tema Había una vez- Bueno, las canciones de amor te cambian a vos íntimamente y eso implica un cambio, si uno es medio constructivista o algo así. Porque una vez me decían ‘bueno, las canciones no cambian el mundo’. A mí hay canciones que cambiaron mi mundo y eso cuando cambia tu mirada es fundamental”.
Respecto de las drogas, reveló: “Yo era un tipo pícaro, por llamarlo de alguna manera, y ha una cosa que la gente no entiende, que la experiencia psicodélica no es las visiones, son secundarias. Hay una transformación metafísica en uno, producto de la voluntad de uno que cambia mucho todo. Entrás a pensar en los demás de otra manera. En tu vida de otra manera. De un día para otro. Yo he hecho una experiencia seria, importante, durante mucho tiempo. Es una pena que la gente crea que toman ácido hoy en día, toman qué sé yo, las pastillas de la abuela de alguien mezclada con algo. Y la experiencia psicodélica es otra cosa. Curiosamente los fantasmas, esas visiones, lo primero que tenés que dejar atrás para penetrar realmente en algún lugar donde te quede esa capacidad de cariño que tenés por la vida, y respeto por los demás y por el resto de la gloria que hay rodeándonos.
Al momento de recordar cómo el rock se había transformado en un estandarte contracultural y banda de sonido de la revolución, viniendo al presente y viendo hoy la industria, destacó: “Yo creo que deberemos aceptar que hay algún género que vuelva a reencausar un pensamiento, porque la música es un gran difusor de ideas, y de ideas lo suficientemente ambiguas para que uno no se transforme en un tirano de uno mismo y de los demás. Yo creo que la música hay que usarla para eso, yo he tenido bandas de combate, no he tenido bandas de entretenimiento. No me parece tener entretenida a la gente mientras le están metiendo la mano en el bolsillo. Prefiero estar diciendo algo, cosas que he dicho en su momento, y ahora también, todas estas canciones que estoy haciendo últimas tienen que ver cono todo esto que ahora está pasando”.
Sobre el momento político que se está viviendo en el país, aseguró: “La gente está cansada de la rosca y de pronto eligen cualquier cosa que parezca novedosa. Lo que pasa es que tiene muy mala memoria la gente. Pensar que este gobierno neoliberal es nuevo… yo la he vivido tres veces antes. No sé si eso puede durar mucho, porque la gente está todavía con la inercia de la casta y toda esa pavada que hubo alrededor del ingreso de toda esta gente que desembarca para robarse todo, es así. Son mucho más rápido y arriesgados que nuestros diputados y senadores que de alguna manera aplican, lo mismo que la Justicia, los caprichos de los muertos, porque en realidad las leyes, de movida, prohíben todo, no hacen otra cosa que prohibir. Y bueno, qué se puede prohibir que no esté prohibido, nada. Pero creo que en algún momento vendrá alguna vez… pero ya no sé cómo reconocer a los buenos, no sé cuáles son los buenos”.
También se tomó unos instantes para referirse a Maradona, de quien afirmó: “Yo me quejo de mi popularidad, pero imaginate un tipo que llega a Yakarta y están los tipos en el aeropuerto. Pero bueno, a él le gustaba eso. No era un quejoso como soy yo. la muchedumbre y todo eso me provoca algo de lo que no tengo dominio”.
“Yo soy bostero, y me di cuenta un día de que entre todas las partes estúpidas que yo tengo había una que cada vez que el equipo contrario a Boca pasaba la mitad de la cancha yo hacía los cuernos, pero no en los tiros libres o el córner, sino solo pasando, y yo me decía qué estoy haciendo. Me gusta ver un Riquelme, un Zidane, los que marcan la diferencia, los exquisitos, disfruta uno verlos es la frutilla”, explicó.
Sin embargo, al ser consultado sobre su apreciación sobre Messi, no dudó en responder: “Me gusta más Maradona. Como jugador, me gusta más Messi. Estoy acostumbrado a decir estas cosas que le caen mal a todo el mundo. Pero como opinólogo me gusta Maradona. Tiene anécdotas que son impresionantes, supongo que serán verdades las que cuenta Coppola. El respeto que tiene por algunos líderes internacionales que conoció. Y los otros cholulos de él. Messi es un tipo más reposado y si yo fuera su pareja estaría más contento con él que con Maradona. Pero es un jugador impresionante, creo que ha sido mejor que Maradona, o al menos hoy tenemos más cosas grabadas de él que de Maradona haciendo fintas y cosas así, pero para mí el campeón es Riquelme, rodeado de cuatro jugadores de River que hace un túnel de espaldas. Eso no lo vi nunca”.
“Estoy como el culo”. Directo, sin vueltas, se refirió a su estado de salud, a la vez que igualmente aclaró: “Lo que tengo es esa súper actividad que me mantiene abstraído en eso y ahí logro unos rounds de descanso, pero ni bien vuelvo a la realidad, yo camino muy mal. He nadado aguas abiertas y ahora no puedo hacer un largo en la pileta. ¿Qué te voy a contar? Agarrá un libro, buscá ‘parkinson’ y te va a decir todo lo que te pasa”.
De hecho, fue allí donde aclaró el porqué de la elección de la entrevista a contraluz, además de revelar que hace casi 10 años que no sale de su domicilio, salvo para ir al dentista: “Como tengo problemas para caminar, a veces, cuando llego al dentista, al lado hay una casa de venta de artículos deportivos y ya me han sacado una foto. por el momento se han comportado bien y no la vi en ningún lugar. No me gusta que me vean así. Así como me retiré del escenario. No me gustan los artistas viejos como qué sé yo, los rockeros viejos. Me dan un poco de pena, me parece que es una cosa de jóvenes. El blues está para los viejos”.
Sobre la posibilidad de un regreso a los escenarios, al menos en un solo tema en alguno de los shows de Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, aclaró: “No, porque no es que caés en un paracaídas ahí en ese momento. Tenés que estar horas antes ahí, y estoy muy incómodo. Acá tengo todo lo que necesito y me gusta, están mis libros, mis discos, la pileta calefaccionada para hacer las elongaciones”.
“Tengo el privilegio de poder tener estas cosas. Mis medicinas salen, cada vez que va Virginia, salen $300.000. Tener una piletita calefaccionada tanto en verano como en invierno, y que venga el kinesiólogo. Y me imagino la gente que tiene lo que tengo y, sin todo eso… así es la vida”. aseguró.