¿Qué ocurre en la puerta occidental de Italia hacia el norte de Europa cuando las crisis migratorias ponen bajo presión las fronteras exteriores de la UE? Monica Pinna viajó a Ventimiglia, en la frontera franco-italiana, para tomar el pulso a esta histórica ruta migratoria.
La localidad italiana de Ventimiglia, a unos 8 km de la frontera con Francia, ha sido el telón de fondo de una crisis migratoria constante durante los últimos 8 años. En 2015, Francia reintrodujo los controles en las fronteras interiores, convirtiendo sistemáticamente Ventimiglia en un cuello de botella para los migrantes que intentan llegar a los países del norte de Europa. Según las normas de Schengen, la medida debe ser “excepcional” y estrictamente “limitada en el tiempo”. El gobierno francés afirmó que la medida se puso en marcha en respuesta a la “amenaza terrorista”.
El Tribunal de Justicia de la UE declaró en septiembre que las devoluciones forzosas son ilegales. Incumplen las normas de la UE sobre retorno de inmigrantes -dice el máximo Tribunal de la UE-, ya que el interesado debe “disponer de un plazo determinado para abandonar voluntariamente el territorio.”
Una vez a la semana, Filippo, albañil jubilado, lleva a la comisaría de Ventimiglia a las familias rechazadas por la policía francesa.
“Los últimos 15 kilómetros son una violencia psicológica y moral, sobre todo por parte de Europa hacia las personas que ahora no pueden volver atrás”, afirma. Los pasajeros de Filippo volverán a intentar llegar a Francia en busca de trabajo, para su familia o de camino a otro país del norte. Filippo les muestra vías alternativas para continuar su viaje.
Unos 40 000 migrantes han sido devueltos a Italia este año. Las asociaciones afirman que, tarde o temprano, el 90 % de los migrantes consiguen marcharse y que el endurecimiento de los controles solo hace que la travesía sea más peligrosa. Desde 2015, unos 50 migrantes han perdido la vida intentando cruzar la frontera.
“Es una masacre continua y silenciosa que obviamente no tiene las proporciones de la del Mediterráneo, pero que desgraciadamente tiene lugar en el centro de Europa”, afirma Jacopo Colomba, asesor jurídico de la ONG WeWorld.
Por Monica Pinna-EN