La relocalización de las cadenas de valor global está favoreciendo a economías emergentes como la mexicana. Los anuncios de inversiones extranjeras directas en el país para los próximos tres años superan los 100.000 millones de dólares.
El normal flujo del comercio global ha sufrido, en los últimos años, una seguidilla de factores disruptivos. El inicio de la “guerra comercial”entre EE.UU. y China, los efectos de la pandemia y las periódicas interrupciones del transporte naval en puntos claves del planeta, como el canal de Suez o el estrecho de Bab el-Mandeb, obligaron a las empresas a pensar en alternativas para acercar las cadenas de valor a los mercados de consumo.
Una avalancha de dólares
En este escenario mundial, México aparece como uno de los grandes beneficiados del denominado “nearshoring”. Así se denomina a la estrategia comercial que consiste en la reubicación de las operaciones productivas de las empresas en países cercanos a los centros de consumo, de manera de minimizar riesgos de interrupción en las cadenas de logística y transporte.
De acuerdo con los datos de la Secretaría de Economía mexicana, existen anuncios de inversiones por cerca de 70 mil millones de dólares de empresas extranjeras y alrededor de 33 mil millones de dólares de empresas locales. Así lo transmitió la titular de Economía, Raquel Buenrostro, en el encuentro Nearshoring Talks 2023, que tuvo lugar en noviembre pasado.
“Lo que buscamos es que lleguen inversiones que sean sostenibles, que sean oferta de puestos de trabajo dignos y bien remunerados. Estamos dando un banderazo para los próximos 30 años de México. El país tiene todo el potencial para ser una gran potencia económica en los próximos 30 años”, manifestó la funcionaria, entusiasmada con las oportunidades que brinda el país.
Las ventajas competitivas de México
La cercanía al mercado estadounidense, el bajo costo de la mano de obra y una economía abierta al mundo son algunas de las ventajas que presenta México para atraer inversiones. El gigantesco mercado del T-MEC –acuerdo comercial sucesor del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (NAFTA), firmado por México, EE.UU. y Canadá–también es un factor determinante para la radicación de inversores.
Un ejemplo de éxito es el sector automotriz: la fabricación de autopartes concentró el 35% del nearshoring en México en el primer semestre de 2023, de acuerdo con CBRE Research. Por su parte, el sector de fabricación de equipos electrónicos y electrodomésticos continúa creciendo su participación, al concentrar el 29% de la demanda industrial de este tipo de inversiones en el mismo período.
Aprovechar la ventana de oportunidad
En octubre, el presidente Andrés Manuel López Obrador había sancionado un decreto por el que se brindan incentivos fiscales en diez sectores productivos clave. Entre las ventajas, destacan las deducciones aceleradas de inversiones de entre el 56% y el 89% durante el ejercicio fiscal 2024. Además, se garantiza una deducción adicional del 25% durante tres años en gastos de capacitación de trabajadores.
Entre los sectores identificados en el decreto, se encuentran, entre otros: el automotriz; la producción de componentes electrónicos, baterías y acumuladores eléctricos; fertilizantes y agroquímicos; motores y turbinas para aeronaves; y aparatos de uso médico.
“Nosotros en México tenemos que aprovechar esta oportunidad porque va a ser breve”, sentenció la canciller Alicia Bárcena, en noviembre pasado, durante su presentación ante el Congreso Mexicano de Comercio Exterior (COMCE).
Por Mariano Roca-DEF