Los amish en Estados Unidos viven como hace 300 años. Conocer su comunidad es un viaje al pasado. Tienen sus propias reglas, rechazan el progreso tecnológico, conducen carruajes, visten a la antigua y los hombres se dejan crecer la barba al casarse.
Originaria del sur de Alemania y Suiza, la comunidad amish ha traído su cultura y su len-gua al Nuevo Mundo. Profundamente arraigados en su fe, los amish siguen reglas estric-tas y rechazan la tecnología. Para los forasteros, estas normas pueden resultar a veces desconcertantes. Utilizan carruajes tirados por caballos para recorrer sus comunidades rurales, aunque si está demasiado lejos, pueden recurrir a algún otro transporte. El telé-fono no se utiliza a menos que sea por motivos de trabajo y el aparato se mantiene fuera de la casa.
Los niños trabajan en casa desde pequeños. Sin embargo, antes de bautizarse como jóve-nes adultos para pertenecer definitivamente a la comunidad amish, tienen la oportunidad de “rumspringa”, palabra que en su dialecto equivale a “retozar”. Durante esa fase en la adolescencia, se les permite probar todo lo que suelen hacer los jóvenes de su edad. Lue-go deberán decidirse por un estilo de vida. Sin embargo, quien elija después del bautismo una vida moderna, será excomulgado de la comunidad amish. El documental ofrece una visión fascinante de este mundo anclado a tradiciones antiguas.