El presidente Emmanuel Macron nombró al hasta ahora ministro de Educación, Gabriel Attal, como nuevo primer ministro. Con 34 años, Attal se convierte en la persona más joven en ejercer ese cargo y reemplazará a Élisabeth Borne, que dimitió un día antes. Los cambios se producen en momentos en que Macron busca impulsar una renovación en el Gobierno, de cara a las elecciones en el Parlamento Europeo y tras tomar medidas impopulares como las reformas de pensiones e inmigración.
Una renovación en el Gobierno francés, mientras el presidente Emmanuel Macron busca revitalizar su segundo mandato.
Gabriel Attal, de 34 años, se convirtió en el primer ministro más joven del país y el primero abiertamente homosexual. Pero, además, es uno de los políticos más populares en la nación, de acuerdo con las encuestas de opinión.
Criticado por unos y aplaudido por otros tras asumir uno de los principales cargos del Gobierno, Attal defendió su nombramiento.
“Se ha dicho en las últimas horas, puede que lo haya leído o lo haya oído: el presidente (francés) más joven de la historia nombra al primer ministro más joven de la historia. Quiero ver esto como símbolo de audacia y acción. Es también, y quizás sobre todo, un símbolo de la confianza depositada en los jóvenes. Una generación por la que vale luchar sin descanso. Durante los últimos meses, he dedicado todas mis energías a tratar de devolver la esperanza a esta generación, a estos padres, trabajando por las escuelas de la República”, declaró en un discurso este 9 de enero.
El hasta ahora ministro de Educación sustituirá a Élisabeth Borne, que el lunes 8 de enero presentó su dimisión tras meses de críticas contra el Gobierno por medidas impopulares, como la reforma a las pensiones.
Pero en las últimas semanas, la aprobación en el Parlamento de la nueva ley que endurece las normas de migración expuso las fricciones al interior de la alianza oficialista, ante una medida que fue señalada como “una victoria ideológica” para la extrema derecha.
Los desacuerdos llevaron incluso a la renuncia del ministro de Salud, Aurélien Rousseau, el pasado 20 de diciembre.
“Sé que puedo contar con su energía y su compromiso para implementar el proyecto de rearme y regeneración que anuncié. Fiel al espíritu de 2017: superación y audacia. Al servicio de la Nación y de los franceses”, publicó el mandatario francés en su cuenta de la plataforma X tras confirmar el nombramiento del nuevo premier.
Attal prometió que desde su nuevo cargo seguirá haciendo de la educación una prioridad. “Reafirmo que las escuelas son la madre de nuestras batallas, que deben estar en el centro de nuestras prioridades y que, como primer ministro, les daré todos los recursos que necesitan para tener éxito. Será una de mis prioridades absolutas como jefe de Gobierno”, subrayó.
Se espera una reorganización más amplia del gabinete esta semana, en momentos en que Macron busca perfeccionar su equipo para los últimos tres años de su segundo periodo en el Ejecutivo y de cara a las elecciones al Parlamento Europeo, que se celebrarán en junio, en las que las fuerzas centristas del presidente corren el riesgo de ser derrotadas por la extrema derecha.
¿Continuidad o cambio en el Gobierno francés?
Attal sustituye a Borne, de 62 años, la segunda mujer en ocupar esa posición en Francia. Una tecnócrata diligente y quien se desempeñó como la mano derecha de Macron, mientras impulsaba sus medidas de Gobierno.
Un escenario que se volvió cada vez más complejo. En las últimas semanas, Macron, que lucha por lidiar con un Parlamento más turbulento desde que fue reelegido en 2022, señaló que era hora de hacer cambios.
El año y medio de Borne como primera ministra estuvo marcado por intensas protestas, debido a la reforma de las pensiones –que principalmente aumentó de 62 a 64 años para optar a una jubilación– y los disturbios en las calles de varias ciudades tras la muerte de un adolescente afrodescendiente a manos de la Policía.
Si bien es probable que este cambio en el gabinete no conduzca necesariamente a modificaciones profundas del rumbo político en el país, las renovaciones muestran el intento de Macron de superar las medidas impopulares y mejorar las posibilidades de su partido centrista en las elecciones al Parlamento Europeo, que se llevarán a cabo en junio.
La apuesta de Macron por renovar su Administración llega en momentos en que, según las encuestas, los oficialistas se encuentran entre ocho y diez puntos porcentuales detrás de Agrupación Nacional, la bancada encabezada por la líder de extrema derecha Marine Le Pen.
Desde la oposición, las críticas no se han hecho esperar. “Al nombrar a Gabriel Attal, Emmanuel Macron quiere aferrarse a su popularidad en las encuestas de opinión para aliviar el dolor de un fin interminable de su reinado (…) En cambio, corre el riesgo de llevarse consigo en su caída al efímero ministro de Educación”, señaló Jordan Bardella, líder del partido Agrupación Nacional.
Pero las declaraciones más fuertes vinieron de parte de la excandidata presidencial que perdió en las urnas frente a Macron en 2022.
“¿Qué pueden esperar los franceses de este cuarto primer ministro y de este quinto Gobierno en siete años? Nada. Cansados de este ballet infantil de ambiciones y egos, esperan un proyecto que los vuelva a poner en el centro de las prioridades públicas”, señaló Le Pen.
Algunos ciudadanos subrayan que independientemente de los cambios de gabinete, Macron es quien finalmente toma las decisiones en la política francesa.
“¿Qué cambia para nosotros la reorganización? Personalmente, creo que no mucho”, señaló la parisina Sophie Varillon.
Attal: el fulgurante ascenso de un joven prodigio en la política francesa
Gabriel Attal es “un poco como el Macron de 2017”, señaló el diputado Patrick Vignal, del partido oficialista Renacimiento, refiriéndose al momento en que el presidente asumió por primera vez como el líder más joven en la historia moderna de Francia.
Attal “lo tiene claro, tiene autoridad”, remarcó Vignal.
Y es que el ahora premier, a pesar de su juventud, tiene una larga carrera en la política francesa. Con tan solo 17 años se unió al Partido Socialista, a sus 22 años ya era consejero en un ministerio y a los 29 se convirtió en secretario de Estado.
Pero alcanzó su mayor popularidad ante la mirada de los franceses cuando se desempeñó como portavoz del Gobierno durante la pandemia del Covid-19, etapa en la que ganó la reputación de ser un comunicador eficiente.
Posteriormente, fue nombrado ministro junior en la cartera de Finanzas y luego ministro de Educación, en 2023.
A sus 34 años, Gabriel Attal es el primer ministro francés más joven de la posguerra, un récord que ostentaba el izquierdista Laurent Fabius, que tenía 37 años cuando fue nombrado en ese mismo cargo por Francois Mitterrand, en 1984.
Sin embargo, el joven que ha ganado la confianza del mandatario galo también reabrió el debate sobre la laicidad en la nación. Su primera medida tras ser nombrado ministro de Educación el año pasado fue prohibir el uso de las abayas en las escuelas, un largo vestido que cubre todo el cuerpo y es utilizado por mujeres que practican el islam.
La decisión le ocasionó tanto críticas como un aumento de popularidad entre muchos votantes conservadores, a pesar de que Attal proviene del ala política de izquierda.
Por Yurany Arciniegas-France24 con Reuters y EFE