Una destructiva lucha de poder por el “derecho humano” a ser presidente está ocupando lugar actualmente en Bolivia. Las víctimas son los ciudadanos y el Estado de Derecho.
¿Quién manda realmente en Bolivia ? ¿El ex presidente Evo Morales o el actual presidente Luis Arce? El partido oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) está dividido en dos bandos, unos que apoyan a Morales y otros a Arce, debido a las tensiones internas en el partido que comenzaron a finales de 2021. Básicamente, ambos quieren ser candidatos a las elecciones presidenciales. de 2025.
Luis Arce tiene el control del aparato del Estado, lo que le da un margen de maniobra mucho mayor que el de Evo Morales. “Casi todas las personas cercanas a Morales han sido apartadas de los ministerios e instituciones para que sigan la línea de Arce. Además, ejerce una fuerte influencia sobre muchas instituciones que, en realidad, son independientes, como el poder judicial y la autoridad electoral” , afirma Jan Souverin, director y representante de la fundación política alemana Konrad Adenauer, en La Paz, en entrevista con DW.
Evo Morales, por su parte, es el líder del MAS y, por tanto, controla el aparato del partido. Intentó utilizarlo para iniciar la expulsión de Luis Arce y del vicepresidente David Choquehuanca en el último congreso del partido y evitar así que se presenten de nuevos como candidatos presidenciales del MAS en 2025. Sin embargo, el congreso fue posteriormente declarado nulo por la autoridad electoral, un ejemplo de lo importante que es para Arce controlar estas instituciones.
Decisión controvertida del Tribunal Constitucional
El pasado 29 de diciembre, el Tribunal Constitucional (TCP) inhabilitó al expresidente Evo Morales como candidato a la presidencia en 2025, tras anular la figura de la reelección indefinida, que permitió al líder indígena repostularse en 2019. Según la sentencia, restringir la repostulación indefinida “es una medida idónea para asegurar que una persona no se perpetúe en el poder”.
La decisión del Tribunal revierte otra adoptada en 2017 por esa misma instancia, que había considerado la reelección como un “derecho humano”. Para Jan Souverin, esto es una prueba de “cómo el Gobierno utiliza instituciones teóricamente independientes como instrumentos para su propia agenda”.
Pero, básicamente, la última decisión del Tribunal Constitucional no hace más que volver a la redacción original de la Constitución. Esta permite “una única reelección directa”.
Moira Zuazo, politóloga e investigadora boliviana del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Libre de Berlín, considera que, en este ir y venir del Tribunal Constitucional, se observa el progresivo desmantelamiento del Estado de Derecho en Bolivia: “Ya a partir del primer Gobierno de Morales, se puede observar un desmontaje del Estado de derecho, de los pesos y contrapesos, pero utilizando siempre un matiz legal”.
Países que limitan el número de mandatos
Limitar el número de mandatos no es nada inusual en el mundo. El presidente de los Estados Unidos está limitado a dos mandatos consecutivos, según la Enmienda 22 de la Constitución estadounidense. La presidencia francesa también tiene un límite de dos mandatos consecutivos. Y la Constitución mexicana limita el mandato presidencial a un solo período de seis años, sin posibilidad de reelección.
Pero la cuestión de limitar o no el mandato de un presidente depende también de otros factores. Los tres ejemplos mencionados son sistemas presidenciales. Estos difieren mucho de los sistemas parlamentarios, como, por ejemplo, el de Alemania.
Morales compara peras con manzanas
Evo Morales llegó al poder casi al mismo tiempo que Angela Merkel en Alemania. Y a pesar de su evidente admiración por la ahora excanciller, Morales nunca entendió la razón por la que Merkel pudo gobernar en Alemania durante 16 años ya él se le critica que quiera hacerlo en Bolivia.
En los sistemas parlamentarios, el Parlamento constituye el centro del poder: los ciudadanos no eligen a una persona, sino al Parlamento, del que luego surge el Gobierno. En cambio, en los sistemas presidenciales, el presidente es elegido directamente por el pueblo y su cargo es, por tanto, independiente de las mayorías en el Parlamento. Para limitar esta abundancia de poder y el riesgo de abuso, los sistemas presidenciales suelen limitar el mandato presidencial.
Crisis judicial y constitucional
Sin embargo, en la actual situación política de bloqueo, parece completamente imposible encontrar una solución a la cuestión de los mandatos, que, en cualquier caso, no es más que una farsa de debate en la lucha de poder entre los dos protagonistas. “El país está inmerso en una crisis judicial y constitucional”, subraya el director de la fundación alemana KAS, en La Paz. Y la politóloga boliviana Moira Zuazo, en Berlín, agrega: “El futuro democrático de Bolivia depende de la manera en la que se resuelva o no la disputa dentro del MAS”.
Por Gabriel González Zorrilla-DW