A expensas del funcionario apartado, se fortalece la figura del jefe de gabinete, Nicolás Posse, mientras que Luis Caputo absorbe una secretaría clave y se convierte cada vez más en el “superministro” libertario. La reunión de Gabinete y la posterior filtración que terminó siendo el clavo en el ataúd de Ferraro.
un mes y medio del inicio del mandato, Javier Milei expulsó al primer integrante de su gabinete: se trata del ahora ex funcionario Guillermo Ferraro, quien se desempeñaba como ministro de Infraestructura. La expulsión del dirigente produjo un reacomodamiento sustancial en el gabinete que terminó consolidando la figura de Nicolás Posse, mientras que Luis Caputo a partir de ahora tiene el camino allanado para tomar las atribuciones de un “superministro”, ya que Infraestructura se reducirá al rango de secretaría y sus funciones quedarán a cargo del ministro de Economía.
El Gobierno nacional atravesó esta semana una seguidilla de tensiones tanto internas como externas. Las arduas negociaciones en el Congreso por la Ley Ómnibus y el primer paro nacional convocado por la CGT planteaban de antemano un panorama de cierta agitación y desgaste natural.
Pero más allá de las circunstancias “externas”, se abrió una línea de confrontación interna en las filas libertarias, en la cual quedó involucrado el titular de Infraestructura, Guillermo Ferraro, a quien acusaron de haber filtrado “información sensible” de la reunión de ministros que tuvo lugar este jueves por la mañana.
Ferraro nunca terminó de asentarse como un funcionario fuerte dentro del organigrama del gobierno libertario. Es que Milei nunca estuvo conforme con su gestión y Ferraro tampoco se sentía cómodo. De hecho, sin obra pública a su cargo, con poco presupuesto, su trabajo se limitaba a meras reuniones protocolares, sin relevancia.
Fuentes confirmaron que el ex ministro venía experimentando roces y desencuentros con el jefe de gabinete Nicolás Posse, quien finalmente le retiró el apoyo de manera definitiva cuando se produjo la supuesta filtración de información sensible, lo que dio lugar a un “punto de quiebre” entre ambos dirigentes, sin retorno posible. Es decir, una relación que venía deteriorada terminó disolviéndose por completo.
En este marco, la autoridad de Posse se robusteció dentro del gabinete, pero también se terminó de consolidar Luis “Toto” Caputo, ahora convertido en “superministro” de Economía, dado que Infraestructura, reducida al rango de secretaría, pasaría a formar parte de su cartera junto a las áreas clave de Transporte, Obras Públicas, Minería, Energía y Comunicaciones.
La reunión de gabinete para delinear la hoja de ruta a fin de aprobar la Ley Ómnibus
Este jueves Milei encabezó una reunión con los integrantes del gabinete, durante la cual les habría transmitido la estrategia de presionar a los gobernadores y dejarles en claro que si la Ley de Bases no se aprueba, “las más perjudicadas van a ser las provincias”.
De hecho, fuentes de Casa Rosada confirmaron que se trata de un “claro mensaje a los gobernadores para que presionen a sus diputados para que voten [a favor de la Ley Ómnibus]”.
Durante este intercambio que se extendió poco más de una hora, se lo escuchó al ministro de Economía advertir que “si esta ley no llega a buen puerto se va a seguir ajustando el gasto público de todas las maneras alternativas que haya, incluyendo las partidas que se asignan a las provincia“.
La jugada del Gobierno consiste en “socializar con los gobernadores el costo de la ley” si los cambios económicos que la administración quiere aplicar no pasan el filtro del Parlamento.
Del encuentro participaron la vicepresidenta Victoria Villarruel, Nicolás Posse y los ministros Ferraro, Caputo, Guillermo Francos (Interior), Mariano Cúneo Libarona (Justicia), Mario Russo (Salud), Patricia Bullrich (Seguridad), Sandra Pettovello (Capital Humano), y Luis Petri (Defensa), además de los secretarios Karina Milei (General de la Presidencia), Eduardo Serenellini (Comunicación y Prensa) y José Rolandi (Ejecutivo de Gobierno de la Jefatura de Gabinete); el el vocero presidencial, Manuel Adorni y el asesor presidencial, Santiago Caputo.
La presunta frase que detonó la crisis
“Los voy a dejar sin un peso”, fue la aparente frase de Javier Milei que supuestamente se filtró contra la voluntad del jefe de Estado y terminó profundizando la crisis con los mandatarios provinciales.
El clima de adversidad entre los gobernadores y el Ejecutivo se visibilizó de inmediato: esta misma tarde el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, publicó en redes un severo descargo en el cual cuestionó al Gobierno por presuntos “aprietes” y “amenazas”.
En este contexto, Milei le exigió la renuncia a Ferraro, quien se convirtió en el primer funcionario apartado del gabinete.
Durante la jornada habían circulado rumores acerca de “turbulencias” y posibles cambios en la composición del gabinete de La Libertad Avanza, pero la salida concreta de Ferraro se conoció en las últimas horas del día.
El entorno del Presidente responsabilizó al ahora ex ministro de Infraestructura por filtrar a la prensa la advertencia inflexible del jefe de Estado contra los gobernadores por el posible recorte de partidas presupuestarias a las provincias si no se aprueba la Ley Ómnibus en el Congreso.
Si bien el proyecto obtuvo un dictamen de mayoría el último martes, el oficialismo sigue negociando para reunir los votos necesarios para aprobar la ley en el recinto.