Los delincuentes se llevaron el vehículo de un corralón de Ezpeleta y, tras una persecución, terminaron chocando a gran velocidad contra un árbol en Bernal.
En un nuevo hecho de inseguridad en el Conurbano, dos delincuentes murieron este sábado y otros dos resultaron heridos al chocar con una camioneta robada mientras escapan de la policía en el partido bonaerense de Quilmes.
El desenlace fatal tuvo lugar en el cruce de las calles Don Bosco e Ituzaingó, de la localidad de Bernal, cuando el vehículo se subió a la vereda e impactó a gran velocidad contra un árbol.
De acuerdo a medios locales, el hecho se inició en Ezpeleta, en la intersección de Lisandro de la Torre y Ecuador, donde los ladrones asaltaron un corralón y escaparon en una camioneta Toyota Hilux. Tras un llamado al 911, se inició una persecución que minutos después concluyó cuando perdieron el control del vehículo.
Producto del fuerte choque contra un árbol, dos delincuentes perdieron la vida en el acto y otros dos fueron rescatados por personal del SAME y bomberos voluntarios, que debieron usar expansores hidráulicos para cortar la camioneta. Ambos quedaron hospitalizados con pronóstico reservado.
Dentro del vehículo se encontró material de construcción, como cemento y pintura.
Una semana a sangre y fuego en el GBA
En los últimos días se repitieron los hechos de inseguridad violentos en la provincia de Buenos Aires. Primero fue Uma, la nena de 9 años que murió tras ser baleada cuando le quisieron robar el auto a sus padres en Lomas de Zamora. Después fue María Lucrecia, que no pudo desabrocharse el cinturón de seguridad y recibió un disparo que le segó la vida en Castelar. Este sábado le tocó a Maximiliano Rojas (27), muerto con un balazo en el pecho por resistirse al robo de su moto en Monte Chingolo, partido de Lanús.
Tres víctimas mortales en seis días, y un escenario común: las calles del conurbano bonaerense. Un entramado de realidades diversas donde la inseguridad se señorea desde hace tiempo y la vida parece valer cada vez menos.
Y más allá del escenario, las circunstancias y el desenlace común a los tres hechos, un hilo invisible los une: en ninguno de los tres casos los asesinos lograron llevarse algo. Ejecutaron a sus víctimas y escaparon con las manos vacías.