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El BCE ajustará su política monetaria para apoyar objetivos climáticos

Así lo expresó el organismo a través de un comunicado, en donde remarcó los esfuerzos de los bancos centrales para con la sostenibilidad.

El Banco Central Europeo dijo que está listo para considerar mayores ajustes a su enfoque de política monetaria para apoyar la transición a una economía verde.

Como parte de una hoja de ruta actualizada para sus esfuerzos climáticos, el banco central con sede en Fráncfort dijo que intensificará el trabajo sobre las necesidades de inversión verde y los intentos de comprender cómo la lucha contra el calentamiento global afecta a la economía.

“Los resultados también servirán de base para el marco de modelación macroeconómica del BCE”, dijo el martes en un comunicado. “Además, el BCE explorará, dentro de su mandato, los argumentos a favor de realizar más cambios en sus instrumentos y carteras de política monetaria en vista de esta transición”.

Si bien algunos bancos centrales se resisten a desviarse más allá de su función principal de mantener estable la inflación, el BCE ha comenzado a incorporar consideraciones climáticas en sus herramientas de política monetaria, por ejemplo, mediante el ajuste de su programa de compra de bonos corporativos para recompensar a los emisores con un mejor desempeño en materia de sostenibilidad. Los funcionarios también decidieron considerar la huella de carbono en el marco de garantía del banco central.

Estas acciones son importantes para los mercados financieros. Un estudio del Instituto para la Estabilidad Monetaria y Financiera publicado el martes afirma que las “acciones verdes” reaccionaron positivamente a una ampliación de Network for Greening the Financial System (NGFS), una alianza de bancos centrales comprometidos a impulsar la transición hacia una economía más sostenible.

Esto sugiere que “el compromiso de los banqueros centrales con la transición hacia una economía sostenible es percibido como una señal creíble por los mercados financieros”, dijeron los autores.

Frank Elderson, miembro de la junta ejecutiva, había sugerido previamente cambiar la composición de las tenencias de bonos del sector público del BCE para reflejar las prioridades climáticas de la Unión Europea. Los grupos de defensa han pedido a los bancos centrales que vayan aún más lejos, por ejemplo, mediante la oferta de financiación a largo plazo a tasas reducidas para inversiones verdes.

Elderson señaló el martes que “importantes desafíos relacionados con la cobertura de datos y las definiciones de calidad” hasta ahora obstaculizaban la adopción de dicha política. Pero a medida que evolucionen las regulaciones en esta área, “continuaremos trabajando en este campo y reevaluaremos la viabilidad de las operaciones potenciales en el futuro siempre que se ajusten a nuestro objetivo principal”, dijo a los periodistas.

El BCE señaló que también “profundizará su análisis del impacto de los fenómenos meteorológicos extremos sobre la inflación y el sistema financiero, y cómo esto puede integrarse en los escenarios climáticos y las proyecciones macroeconómicas”.

Pero Greenpeace no quedó impresionado con el último impulso del BCE en materia de política climática.

Los anuncios “no son más que palabrería”, afirmó Mauricio Vargas, experto financiero de la organización. “Hace mucho que está claro que las inversiones en compañías petroleras que dañan el clima, como Shell y TotalEnergies, deben reducirse si se quiere que la política monetaria cumpla con el Acuerdo de París”.

Por Alexander Weber y Mark Schroers-Perfil