A medida que aumentan las huelgas, los sindicatos alemanes informan de un aumento en el número de afiliados después de años de declive. ¿Qué hay detrás del nuevo compromiso con la acción sindical?
En Alemania , los trabajadores más jóvenes muestran un renovado interés en formar parte de un sindicato y en participar en huelgas , en tanto la industria alemana sigue enfrentándose a numerosos problemas en este invierno boreal. Luego de que el importante sindicato ferroviario GDL convocara a una gran huelga la semana pasada, muchos de los controladores aéreos del país llamaron a una huelga de advertencia en 11 aeropuertos para el 1 de febrero, mientras que numerosos servicios de transporte locales también estuvieron fuera de servicio el viernes 2 de febrero.
La organización sindical Ver.di, la más importante de Alemania en el sector de servicios, llamó a realizar las recientes medidas de fuerza, y dijo que el 2023 fue el año más exitoso desde su fundación, hace 22 años. Ver.di representa a 1,9 millones de trabajadores del sector de servicios de una gran variedad de industrias, y dio la bienvenida a 193.000 nuevos miembros en 2023, una ganancia neta de 40.000 personas.
Esa tendencia se ve también en otros sindicatos. El pequeño pero relevante sindicato de maquinistas GDL, que encabezó la huelga de trenes del fin de semana pasada, informó de un aumento del 18 por ciento en su número de afiliados desde 2015. De manera similar, el sindicato más antiguo de Alemania, el sindicato de gastronomía NGG, acogió a más de 20.000 nuevos miembros que se unieron en 2023.
Stefan Körzell, miembro de la junta directiva de la Confederación Alemana de Sindicatos (DGB), que agrupa a los principales sindicatos del país, aplaudió este avance, en el que ocho sindicatos miembros aumentaron su número de afiliados el año pasado. “Esta es una señal positiva. Creo que a través de una política y una representación inteligente de intereses en los últimos dos o tres años, hemos logrado cambiar la tendencia” a la baja, dijo Körzell.
¿Anomalía o tendencia?
Pero Körzell es consciente de que este fenómeno del año pasado parece ser una anomalía: la afiliación sindical en Alemania viene en constante declive desde hace décadas. Los miembros de la DGB han caído de 9,3 millones a mediados de la década de 1990, a 5,6 millones actualmente, principalmente debido a cambios demográficos: una generación de trabajadores de mayor edad está yendo lentamente hacia la jubilación.
Sólo para hacer frente a estas pérdidas “naturales”, un sindicato importante como Ver.di necesita encontrar al menos 150.000 nuevos miembros cada año. Aunque el aumento parezca relativamente pequeño, es una buena señal para los sindicatos, ya que muestra un interés renovado entre las generaciones más jóvenes: según Ver.di, más de 50.000 de sus nuevos afiliados tienen menos de 28 años.
Para Thorsten Schulten, investigador de la Fundación Hans Böckler, asociado a la DGB, Ver.di debe sus nuevos miembros, principalmente, a los recientes conflictos laborales. Pero eso no significa que los sindicatos estén convocando deliberadamente a huelgas para aumentar su propio poder. “Pienso que los sindicatos mismos están sorprendidos de cuán fuerte es el apoyo y la participación de los afiliados”, señaló. “Creo que en ciertas áreas eso está siendo impulsado por los afiliados”.
Schulten piensa que la actual ola de huelgas es el resultado de la creciente crisis económica que afecta a la sociedad. “No debemos olvidar que en los últimos años hemos visto tasas de inflación históricas para Alemania, y que los trabajadores han sufrido enormes pérdidas salariales en términos reales”, dijo. “Y esto ha creado problemas reales para las personas con bajos ingresos. ¿Y quién, si no un sindicato, puede garantizar que se pueda conseguir una compensación?”.
Presiones crecientes y trabajadores más confiados en sí mismos
Otro factor importante, según Schulten, es que los trabajadores se están dando cuenta de que las empresas los necesitan más que nunca, ante la escasez de mano de obra en el mercado laboral. “No tienen miedo de perder sus empleos”, afirmó. “La escasez de mano de obra calificada no ha conducido automáticamente a mejores condiciones de trabajo; es necesario un compromiso activo”.
Marcel Fratzscher, director del Instituto Alemán de Investigaciones Económicas (DIW), está de acuerdo. “Tenemos 1,8 millones de puestos de trabajo disponibles y los empleados tienen más confianza en sí mismos, y dicen: queremos mejores condiciones laborales y mejores salarios”, explica a DW.
El problema, sin embargo, es que en Alemania hay solo pocos empleos vinculados a la negociación colectiva: sólo el 50 por ciento de los puestos de trabajo están cubiertos por convenios colectivos para garantizar salarios mínimos en ciertos sectores. “Por supuesto, es difícil llegar a los trabajadores que no tienen convenios colectivos”, afirma Körzell. “Pero hemos visto, por ejemplo, que incluso los repartidores luchan con nosotros para que sus empresas también consigan acuerdos de este tipo”.
Por Ben Caballero-DW