En el Ejecutivo Nacional hay 12 personas que no reciben un salario por el puesto en el que fueron nombradas. Remuneraciones por otros cargos, jubilaciones y “no hay plata”.
En el Gobierno nacional, una docena de funcionarios fueron designados en cargos jerárquicos ad honorem. El caso de Daniel Scioli fue el que más rebotó. El dirigente peronista abandonó su puesto en la Embajada de Brasil para asumir al frente de la secretaría de Turismo, Ambiente y Deportes. En el Boletín Oficial se confirmó que no va a cobrar un sueldo a cambio de su trabajo. Unos días después se repitió la historia con Claudia Barcia, nombrada como subsecretaria de Protección contra la Violencia de Género. ¿De qué viven?
Si se hace una búsqueda avanzada en el Boletín Oficial del término “ad honorem” se puede encontrar 12 funcionarios que fueron designados de la misma forma en el Ejecutivo nacional. Sin embargo, no todos los casos son iguales: hay quienes tienen otra remuneración estatal por otro cargo, quienes decidieron quedarse con su jubilación -porque era mejor que el salario- y quienes están ocupando un puesto de manera temporal, mientras cumplen otras funciones, para que el Estado no se paralice.
En ninguno de los casos se comete un delito. De hecho, hay personas que renunciaron a una remuneración para evitar incompatibilidades. Mientras que en algunas áreas se trata de decisiones que tienden a recortar gastos, en otras se trata de picardías que se corren unos centímetros de la narrativa oficialista, que despotrica contra los trabajadores estatales que se aprovechan del erario público.
Jubilados en funciones
Scioli no tiene ingresos como secretario (que hubieran rondado los $2,5 millones, según respondieron a PERFIL otros funcionarios con la misma jerarquía). De todas formas, percibe cerca de $4 millones mensuales que le corresponden por haber sido el vicepresidente de Néstor Kirchner entre el 2003 y el 2007. Según sus allegados, no se trata de una jubilación de privilegio, sino de una asignación vitalicia por la función que cumplió. Según la normativa, la cifra es el equivalente al 75% del sueldo de un juez de la Corte Suprema.
El actual secretario de Javier Milei había interrumpido la asignación vitalicia cuando fue nombrado embajador en Brasil. Por estar al frente de la sede diplomática, durante ese período, su sueldo fue de unos US$17.300 (casi $15 millones) mensuales.
Desde el entorno de Scioli insistieron en que sus decisiones no fueron motivadas por lo económico (ni cuando interrumpió la asignación a cambio de un salario mucho mayor, ni ahora que la reactivó y renunció a uno mucho menor).
“Cuando se fue a Brasil, Daniel pidió que se interrumpiera lo que percibía por haber sido vicepresidente por una razón lógica: en el exterior los costos son mucho más elevados que en Argentina y necesitás dólares. Cuando terminó, el 9 de diciembre, pidió que se reactivara. Después vino la designación como secretario y era muy engorroso darla de baja para dar de alta el sueldo de secretario”, aseguraron a PERFIL.
Otro de los jubilados en funciones es el exjuez Alberto Baños, el secretario de Derechos Humanos. “Mi caso es muy distinto. Yo vengo de otro mundo y mis números son otros”, bromeó cuando contó su situación.
En septiembre del 2023 Baños presentó su renuncia como magistrado en lo Criminal y Correccional. “Estuve 46 años en la Justicia y 36 como juez. Cuando me jubilé surgió esto”, contó. Al hombre lo convocó el propio ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, su amigo con el que compartió pasillos en tribunales y la cátedra de Especialización en Derecho Procesal Penal de la Universidad del Museo Social Argentino (UMSA).
La decisión de Baños de ser designado ad honorem fue económica. Según confirmó, su sueldo hubiera sido de unos $2,5 millones “y la jubilación un poquito más”. “Igual todavía no cobré nada. Mi mujer no está muy contenta con esta patriada porque están llegando las facturas del colegio de los chicos”, renegó.
Ejecutivos casi judiciales
Barcia, la subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género (el exministerio de la Mujer que hoy se inscribe en Capital Humano) aceptó el puesto, pero no renunció a su cargo como fiscal Penal, Contravencional y de Faltas del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Desde Capital Humano confirmaron a PERFIL que la mujer pidió licencias y que cumplirá sus tareas cobrando el sueldo de su puesto anterior.
En el Ministerio de Justicia la situación del subsecretario de Política Criminal es similar. Alberto Nanzer fue designado ad honorem, pero según informaron a PERFIL desde la cartera está “adscrito”, es decir, que su nombramiento original es en otro lugar “y lo prestan para cumplir funciones”. En su caso, su sueldo proviene del Ministerio Público Fiscal de CABA.
Según su perfil en LinkedIn, Nanzer se desempeñaba como secretario general de Política Criminal y Asistencia a la Víctima en el organismo porteño. Además, es profesor en la Universidad de San Andrés.
Para que la rueda gire
Según el Boletín Oficial, el último funcionario designado ad honorem -el 20 de febrero- es Jorge Maximiliano Keczeli como responsable interino a cargo del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa). Sin embargo, su designación no solo es temporal, sino que tiene un objetivo claro: que el organismo pueda funcionar. Hasta su nombramiento, ninguna autoridad tenía firma ni siquiera para que se liquiden los sueldos.
Keczeli desembarcó en Capital Humano, conducido por Sandra Pettovello, primero como presidente del Consejo nacional de Coordinación de Políticas Sociales y luego -el puesto en el que está ahora- como secretario Legal y Técnico del ministerio.
“No quiere cobrar”
En el Ministerio de Defensa, el 23 de enero se designó sin cobrar un salario a cambio de sus tareas a Carlos Alfredo Pérez Aquino como director titular de Fabricaciones Militares Sociedad del Estado. Según aseguraron desde la cartera a PERFIL, “se trata de un coronel retirado que no quiere cobrar y que lo hace ad honorem porque le gusta”.
Según su perfil en LinkedIn, en la actualidad Pérez Aquino es profesor en la Universidad de Belgrano y en la Universidad de la Defensa Nacional. Sus más de cuarenta años en el Ejército Argentino le han permitido, de acuerdo a su descripción, asesorar en temas de defensa.
En Jefatura de Gabinete “no hay plata”
Jefatura de Gabinete, al mando de Nicolás Posse, es el área que más funcionarios ad honorem tiene designados. En total, hasta el momento, son cinco: Mauricio Miguel González Botto, el secretario de Empresas y Sociedades del Estado, quien también es director de Fabricaciones Militares Sociedad del Estado ad honorem; Patricio Ezequiel Jaccoud Girart, el subsecretario de Empresas y Sociedades del Estado; María Bárbara Fernández Villa, la subsecretaría Legal de la secretaría de Coordinación Legal y Administrativa; José Rolandi, el secretario Ejecutivo de Gobierno; y Mariano Ezequiel Fantoni, el subsecretario de Gestión Administrativa de la secretaría de Coordinación Legal y Administrativa.
Además, en Jefatura de Gabinete también fue designado el 21 de diciembre Armando Guibert como secretario de Transformación del Estado y Función Pública. Sin embargo, el 16 de febrero se oficializó que el funcionario se iba a estar al frente del Banco Nación con carácter ad honorem.
Desde Jefatura de Gabinete explicaron a PERFIL que en todos los casos se busca reducir el gasto estatal. “En lugar de nombrar más funcionarios en diferentes roles que pueden ser cubiertos por una misma persona, se definió priorizar la austeridad”, aseguraron. Además, insistieron en que hay personas que cobran su sueldo por un cargo pero que también forman parte del directorio de organismo o de empresas estatales sin percibir ingresos.
En ese sentido, desde Jefatura ejemplificaron la situación con Fantoni, quien además de estar en el organismo es el gerente general de Ferrocarriles Argentinos es una Sociedad del Estado o Rolandi, en el directorio de YPF.