Suelen ser personas complejas, con atributos y capacidades que los hacen atractivos, pero también tóxicos. Cómo lidiar con ellos y protegerse de heridas emocionales
Existen todos los ámbitos: personas egocéntricas, con comportamientos individualistas y escasa empatía, que en general solo provocan enojo y frustración. Se trata de los narcisistas.
El concepto de narcisismo proviene de un mito antiguo en el que un joven, llamado Narciso, cautivaba a todos con su belleza, pero los rechazaba constantemente. Una de las personas atraídas por él era Eco, a quien también despreció, lo que llevó a la joven a esconderse en una cueva, repitiendo eternamente sus palabras, lo que dio origen al término “eco”. Como castigo por su vanidad, Némesis, la diosa de la justicia y la venganza, hizo que se enamorara de su propia imagen. Su ensimismamiento consigo mismo fue tan fuerte, que cayó al agua y murió. En ese lugar creció luego una bella flor llamada narciso.
La doctora Alejandra Gómez, médica psicoanalista, psiquiatra, coordinadora del Departamento de Psicosis de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), de la Asociación Psicoanalítica Internacional (IPA) y magister en Psiconeurofarmacología, explicó a Infobae, que “el término narcisismo, inspirado en el mito griego, fue introducido por Sigmund Freud y luego tomado por los distintos autores del psicoanálisis y la psiquiatría para nominar lo que él observó y describió como un momento de la constitución del psiquismo. El mito de Narciso nos explica los ‘riesgos’ de quedarse embelesado con la imagen propia”, destacó la experta.
El narcisismo es un término inspirado en el mito griego de Narciso, que refleja la fascinación por la propia imagen y fue introducido por Sigmund Freud para describir una etapa en la constitución del psiquismo (Getty Images)
Por otro lado, el doctor Enrique De Rosa Alabaster, médico psiquiatra, neurólogo, sexólogo y médico legista, en una nota reciente describió a los narcisistas como “personas complejas, con un espectro de atributos y capacidades al menos de forma superficial que los hacen atractivos, pero también tóxicos”.
Los definió como “aquellos que no pueden o no quieren ver más allá de sí mismos, creando un microsistema del cual están convencidos y que logran atrapar a su víctimas en una captación de la voluntad”.
Y completó: “En términos simples, el mundo del narcisista es un universo centrado en sí mismo donde los demás son satélites que solo considerará en cuanto a sus necesidades y objetivos. En ese modelo egocéntrico, están obsesionados por la atención y los conceptos de los otros que, en la medida de ser favorables, son válidos si no quedan furiosamente denostados. Ese juego hace que los otros pasen de la sensación de importancia a la de ser desechos, de manera imposible de prever”.
¿Los narcisistas nacen o se hacen?
No se conocen cuáles son las causas exactas de este perfil narcisista, sin embargo, es evidente la relación que existe entre un componente hereditario y el desarrollo de una personalidad narcisista. En aquellas familias en las que existen antecedentes familiares de trastorno narcisista, cuentan con una mayor probabilidad de poder desarrollar este desorden.
No se conocen las causas exactas, pero parece haber una combinación de factores hereditarios y de desarrollo temprano que contribuyen a la formación de una personalidad narcisista (Getty)
La doctora Gómez explicó cómo se genera desde la infancia. “El recién nacido es un ‘manojo pulsional’ de energía sexual vital que, de a poco y con los cuidados maternos adecuados, va integrándose; atravesando diferentes momentos en la constitución psicofísica. La energía libidinal va evolucionando desde el autoerotismo (satisfacción de pulsiones sexuales separadas), pasando por la etapa del narcisismo, (colocación libidinal en el propio cuerpo y unificación del psiquismo y del cuerpo) siendo este un momento sumamente importante: el espejo en la mirada de la madre y el atravesamiento del llamado estadio del espejo, que facilitará luego la exploración del mundo y la colocación de la energía libidinal en los objetos del mundo externo”.
Y agregó: “Cuando Freud habla sobre el narcisismo, habla también de narcisismo primario (constitutivo, narcisismo del hijo como restitutivo del narcisismo de los padres), habla del bebé como “su majestad” (lo más importante del mundo para sus padres); habla de narcisismo secundario (aquello que vuelve de los objetos), de las elecciones narcisistas de un objeto (“elijo lo que es igual a mí”; “lo que formó parte de mí -un hijo-”) y habla de ideales, del sentimiento de sí o autoestima. Es decir que el atravesamiento narcisista es fundante y trófico, de modo que esta fase, la colocación de la libido/pulsión sexual sobre sí mismo es estructurante del psiquismo”.
La experta indicó que “si esta fase en desarrollo no es adecuadamente acompañada por la madre o el/ la asistente que cría, o es interferida por vivencias traumáticas, pueden llegar a producirse fallos, déficits, disrupciones en la continuidad del existir, en momentos muy tempranos de la vida y de la constitución psíquica que impedirán seguir avanzando en la colocación libidinal sobre los objetos del mundo externo”.
¿Cómo se manifestará esto más adelante? De diferentes maneras: “desde modalidades defensivas, excesos o déficits en la autoestima, modalidades en las elecciones de objeto hasta llegar a formas estructuradas de la personalidad. Es decir, en las ‘maneras de ser’, las formas de lidiar con el mundo, con los otros y consigo mismo, rigidizadas. ¡El carácter! Esta manera de ser, fija y poco flexible o adaptativa es el término que últimamente circula y que describe una ‘una personalidad narcisista’”.
Existen 9 tipos distintos de narcisistas, que varían desde el narcisismo abiertamente arrogante y competitivo hasta formas más encubiertas y dependientes de validación externa
Las características que los delatan
Según la doctora Gómez, los narcisistas se manifiestan con: “sentimientos de grandeza y prepotencia; fantasías de éxito, poder, brillantez, belleza o ideal altos; creencia en que es un ser único y superior al resto, con gran necesidad de ser admirado, de ser tratado con privilegio y de que sus demandas sean rápidamente cumplidas y correspondidas”.
Y destacó: “Cuando esto no sucede aparecen sentimientos de ira, falta de empatía (no puede ponerse en el lugar del otro, simplemente porque el otro ‘no existe’ como ser diferente), una manera de vincularse manipuladora, tratando al otro para sus propios fines (como si no existiera en sus diferencias).
Y, por supuesto, destacó la experta, para manipular y lograr que el otro haga lo que el narcisista quiere, debe poner en acción un juego de seducción. “Pero que quede claro que esto sucede porque no puede convivir con las diferencias, no puede hacer renuncias, no puede aceptar que los otros o el mundo no son como los ‘había pensado o concebido’. Esa es la diferencia que desata la ira. Por esto, debajo de esta ‘grandiosidad’ el sujeto encubre o se defiende de grandes carencias, sufridas tempranamente, que no le han permitido poder conectarse con los objetos (los otros), diferenciarse y aceptar esas diferencias (por eso la falta de empatía, la ira, cuando otro con su presencia o su deseo lo descentra).
El comportamiento de un narcisista puede ser peligroso y dañino en una relación porque generalmente carece de empatía y tiene una necesidad interminable de admiración, afirmó De Rosa Alabaster en su artículo: “De manera similar con las estructuras psicopáticas, los narcisistas no establecen vínculos reales sino alianzas de interés, para lograr sus objetivos, hacerse notar, adquirir ‘contactos’, poder etc. Los demás tendrán, pasada la experiencia con estos personajes, la inevitable sensación (y certeza) de haber sido un instrumento utilizado”.
Los narcisistas pueden presentar riesgos para la salud mental tanto de ellos mismos como de quienes los rodean, pues tienden a establecer relaciones tóxicas basadas en el interés propio (Imagen Ilustrativa Infobae)
7 tipos diferentes de narcisistas
Existen distintas “variantes” de la personalidad narcisista y se manifiestan de diversas maneras. La doctora Gómez describió que “los fallos narcisistas pueden expresarse desde la conocida grandilocuencia, es decir con un narcisismo insuflado, que ya vimos que es defensivo de la carencia (suele decirse ‘dime de qué haces alarde y te diré de lo que careces’), hasta el polo opuesto, que es el sentimiento de baja autoestima, desamparo y minusvalía. O incluso, algunos autores psicoanalíticos contemporáneos como André Green, han descripto el “narcisismo negativo” como un sentimiento depresivo, desvitalizado, de vacío y de una vida sin deseos”.
Los expertos afirman que los distintos tipos de narcisistas generalmente encajan en dos categorías generales: narcisistas abiertos y encubiertos:
1. El narcisista declarado. Dice Rachel Hoffman, psicóloga social clínica en una nota en Wellandgood: “Son superinteresados en sí mismos, muy competitivos y arrogantes, y cuando les hablas, la conversación solo avanza si se trata de ellos. Nunca pensarán en hacerte una pregunta sobre ti”.
2. El narcisista psicopático. Entre los tipos abiertos de narcisistas se encuentra esta “variante” que encarna las cualidades inestables, violentas y agresivas de la psicopatía. De acuerdo a la doctora Gómez, “El mayor riesgo para la salud mental recae en quien padece estos fallos narcisistas y no se da cuenta”. En este caso, la persona tiene un umbral de frustración muy bajo, son frecuentes los estallidos de ira injustificados y su vida social suele ser muy accidentada porque cualquier situación termina en problemas.
Al lidiar con narcisistas, es crucial reconocer la rigidez de su estructura psíquica y la improbabilidad de cambio, lo que puede requerir aceptar la realidad de la situación sin esperar una transformación
3. El narcisista exhibicionista. Es el más obvio de los narcisistas abiertos acerca de sus intereses, importancia personal y exceso de confianza. Necesitan ser el centro de atención y suelen ser protagonistas de conflictos (aunque nunca aceptarán haber hecho nada malo). Según explicó en un artículo en Psicologiaymente Arturo Torres, psicólogo, licenciado en Sociología y Psicología por la Universitat de Barcelona, “Se trata de un tipo de narcisismo centrado en las demostraciones de poder, es decir, de imponer su voluntad al resto. Quien lo presenta, disfruta sometiendo a quienes le rodean”.
4. El narcisista encubierto. A diferencia de los narcisistas abiertos, los encubiertos suelen servir a sus intereses personales de formas menos obvias. “Estas personas tienden a tener una autoestima muy baja o un miedo profundo a nunca ser ‘suficientes’, lo que termina manifestándose como narcisismo porque se niegan a aceptar cualquier crítica sobre sí mismos”, dijo Hoffman.
5 . El narcisista centrado en el cuerpo. Este es uno de los tipos de narcisismo en el que más importancia se le da a la imagen proyectada ante los demás. “Toda la atención se centra en la valoración del propio cuerpo y ciertos cánones de belleza. Por supuesto, esta valoración por la estética también se plasma en la necesidad de recibir cumplidos y halagos de una manera regular”, explicó Torres.
Se recomienda mantener distancia y establecer límites con las personas narcisistas
6. El narcisista seductor. Se trata de un tipo de narcisismo orientado a la vida de pareja y al amor. El seductor “te hará sentir bien contigo mismo sólo para ‘ganarte’ como conquista sexual o amorosa”, explicó el doctor John Mayer, psicólogo clínico en Wellandgood. “Pero una vez que consiga que salgas con él, dejará de ser galante y esperará que a cambio le proporciones admiración y validación constantes”, finalizó.
7. El narcisista salvador. “La persona se ve a sí misma como alguien capaz de transformar vidas y, específicamente, de educar a otras personas para que encajen en una manera de ser que cuadre con la personalidad de uno mismo”, señaló Torres.
Cómo lidiar con un narcisista
Según el doctor De Rosa Alabaster ante un narcisista “habrá que aceptar de manera radical, es decir sin establecer juicios o buscar estrategias, la realidad de la situación, ya que esa persona que nos ha tocado profundamente, difícilmente podrá cambiar su estructura psíquica ya que esta es muy rígida. Mantener la esperanza de cambio a veces es el veneno posterior a la mordedura”.
Es recomendable buscar ayuda psicoterapéutica para explorar y entender las dinámicas subyacentes que motivan la permanencia en relaciones con narcisistas (Getty Images)
Por otro lado, la doctora Gómez expresó que si se trata de una personalidad consolidada y rígida, la pregunta es cómo convivir con ella. “Queda claro que la vinculación no es sin padecimiento. La no tolerancia de las diferencias, las uniones fuertes, dependientes y frágiles de estas personas los hacen sucumbir en crisis de ira y violencia si se los contradice, lo que complica la convivencia con los otros”.
Y la experta agregó que “si una persona descubre que ha quedado ‘enredada’ con alguien con estas características, es importante que pueda indagar en su propia historia personal y los posibles causales de lo que le está sucediendo, ya que las motivaciones son siempre inconscientes y desconocidas y es esencial que quiera encaminarse a un cambio en su vida. Una persona que padece una caracteropatía narcisista, difícilmente se interroga por lo que le pasa y/o quiera modificar algo”.
Entonces, Gómez recomendó a quien se vincula con este tipo de personalidades interrogarse: ¿por qué estoy con esta persona?; ¿qué me atrae?; ¿por qué sostener un vínculo que produce sufrimiento?; ¿por qué esta persona es tan importante para mí que no puedo dejarla? Estos interrogantes son los motores para iniciar una psicoterapia psicoanalítica, espacio privilegiado en donde podrán analizarse los mecanismos inconscientes que llevan a tener este tipo de vínculos”.
Finalmente destacó la importancia de “poner distancia, límites (eso que la personalidad narcisista, no puede hacer) y buscar ayuda psicoterapéutica”.
Por Silvia Pardo-Infobae