En la quinta jornada del juicio contra el exgobernador de Tucumán, el hermano del padre de la mujer aportó datos sobre la reacción del imputado ante la denuncia.
La justicia recabó nuevos testimonios en el marco de la causa contra José Alperovich por abuso sexual que le inició su sobrina y exasesora. A los testimonios de dos profesionales que atendieron a la denunciante se sumó el de su tío José Alberto León, que a su vez es primo hermano del exgobernador de Tucumán, quien tuvo un rol clave en el momento previo a la denuncia.
En una nueva audiencia, este lunes el testigo aportó detalles del momento en que habló con su sobrina sobre el hecho denunciado y contó un detalle que no pasó desapercibido: un llamado que recibió de Alperovich, preocupado ante la inminente presentación judicial en su contra. “¿Cuánto me va a costar esto?”, le preguntó el exgobernador tucumano.
El juicio contra Alperovich, que se tomó licencia de su cargo como senador nacional, se desarrolla en los tribunales porteños a raíz de tres denuncias de abuso sexual -dos de ellos en grado de tentativa- y seis casos de violencia sexual agravada por acceso carnal en perjuicio de su sobrina. Para la fiscalía, a cargo de Sandro Abraldes, los hechos ocurrieron entre el 14 de diciembre de 2017 y el 26 de marzo de 2018 en el barrio porteño de Puerto Madero, y en San Miguel de Tucumán y Yerba Buena, en Tucumán.
El testimonio del primo de Alperovich
En la quinta audiencia del juicio, declaró por primera vez José Alberto León, hermano del padre de la denunciante y miembro del clan familiar de Alperovich en el organigrama tucumano, luego de que éste lo ascendiera a miembro del Tribunal Fiscal cuando todavía era gobernador.
Ante el juez federal Juan Carlos Ramos Padilla, el funcionario de la justicia tucumana dio detalles del primer encuentro que mantuvo con su sobrina, F.L, antes de que tomara el trabajo de asesora de Alperovich. Sin embargo, alegó que después “no la vio más” y que el siguiente contacto fue cuando la mujer no solo había renunciado al cargo sino que había presentado la denuncia.
“Leo la denuncia y no lo podía creer, fui hasta la esquina, vomité y volví. Le pregunté si era consciente de lo que estaba haciendo y ella me dijo que quería sacarse el monstruo que tenía adentro“, contó León, además de agregar que en ese momento la vio “muy mal” y “temblando como una hoja”. El fiscal Sandro Abraldes, por su parte, le preguntó si “le creía” a su sobrina, a lo que indicó que “sí”, según consta en el testimonio.
Con respecto a la llamada y orden que recibió de Alperovich, el testigo dijo que recibió una llamada de un número desconocido mientras se encontraba de viaje en el exterior. “Atiendo y era José, que me dice: ‘Primo, ¿cómo andás? Vos sabés que F.L. me está por hacer una denuncia. Decile que se deje de llenar la cabeza con David Mizrahi'”, detalló.
“A lo cual yo le contesto que lo único que le podía decir era que está hecha mierda física y emocionalmente. ¿Cuánto me va a costar todo esto?“, dijo que preguntó Alperovich. Asimismo, León aclaró que mantuvo una reunión con el denunciado quien le pidió que intervenga para que su sobrina “no cometa una locura”.
Según la defensa, a cargo de Augusto Garrido, quien está detrás de la denuncia es la expareja de la denunciante, David Mizrahi. El exconcejal tucumano y aliado de Alperovich habría “orquestado” la denuncia en su contra, en complicidad con el diputado nacional y referente de La Bancaria, Carlos Cisneros.
Otros testimonios contra Alperovich
En otro momento de la audiencia declaró la ginecóloga de la denunciante quien aseguró haberla atendido en 2019 “por un control”, un año después de la comisión de los hechos según consta en la demanda. La testigo dijo que vio a F.L. “muy desmejorada y angustiada”, y que durante la consulta “rompió en llanto al relatar una situación de abuso y de violencia en el contexto laboral”.
También declaró una fonoaudióloga quien dijo tuvo cinco sesiones con la denunciante, que había acudido para poder “comunicar” lo que estaba atravesando. Según el testimonio, el relato de la joven era “cortado” y “nervioso”.
También coincidió con lo que contó la otra profesional, y dijo que la joven había sufrido “una suerte de acoso en su ámbito laboral y que había sufrido abuso de poder en su relación”. “Ella me dijo que se había podido finalmente librar”, recordó la profesional respecto al último contacto que tuvo con la denunciante.