Guillermo Montenegro se alejó de la vicepresidenta, aunque controla dos áreas importantes del Senado. Los motivos de la ruptura.
Victoria Villarruel tomó distancia de su operador político, Guillermo Montenegro, y achica aún más su círculo de confianza. Se trata de una crisis de magnitud que pone en jaque el sigiloso proyecto presidencial de la vice de Javier Milei. “Montenegro es el que entiende y hace la política de Victoria”, explicó a LPO un allegado al diputado.
Montenegro nació en Esquel, Chubut, pero es diputado nacional por la provincia de Buenos Aires y fue clave en el desembarco de Villarruel en la Cámara Alta.
A tal punto que puso a funcionarios de líneas intermedias que le responden y manejan las áreas de Automotores y Personal del Senado, entre otras. De hecho, el detonante del choque de Montenegro con Villarruel se produjo por una designación en el área de política internacional de Senado.
Luego de ese cruce la relación política del diputado con la vicepresidenta se enfrió y Montenegro faltó a los últimos tres viajes de Villarruel por el interior, que como adelantó LPO armó una agenda presidencial con viajes a las provincias en cada fin de semana, en las que posa como modelo y reparte sonrisas.
La vicepresidenta viaja por el interior con una comitiva muy acotada. La acompaña el fotógrafo que la siguió durante su campaña, el ceremonial de planta permanente del Senado y su mano derecha, Guadalupe Jones.
El último viaje fue a Mendoza, en donde Villarruel se tomó un descanso en medio del ajuste feroz que encara el gobierno de Javier Milei para una sesión de fotos -con fuerte edición de photoshop como hace Milei- en la exclusiva bodega mendocina Catena Zapata.
La vicepresidenta mantiene un vínculo fluido con Macri, a quien visitó en Cumelén durante el verano. Esta relación alimenta sospechas de intrigas al punto que este martes Juan Grabois dijo sin eufemismos que la vicepresidenta “prepapa un golpecito”.