Javier Milei, realizó un verdadero acto de malabares retóricos para explicar que firmó decretos millonarios sin saberlo y terminó señalando a Cristina Kirchner como culpable de su desproporcionado aumento salarial. Después de esto, sólo dos cosas quedaron en claro, la política de austeridad libertaria es puro humo y en segundo lugar surge la pregunta ¿Quién le firma los decretos al presidente? .
Javier Milei protagoniza un nuevo episodio en su serie de contradicciones y malabarismos políticos. Esta vez, el controvertido presidente ultraderechista, decidió otorgarse un aumento del 48 por ciento por decreto, desatando la indignación en las redes sociales y el repudio de la opinión pública.
El 28 de febrero, Milei, junto a su equipo, firmó el decreto 206/24, estableciendo un aumento del 12 por ciento acordado en paritarias para el personal estatal, pero extendiéndolo al personal jerárquico del Poder Ejecutivo. A esto se sumó un 14 por ciento de la paritaria de diciembre y un 16 por ciento en la base general de cálculo del Sistema Nacional de Empleo Público. El resultado: un aumento del 48 por ciento en el sueldo bruto del presidente en tan solo un mes.
Sin embargo, lo que sorprendió aún más fue la reacción de Milei frente a la polémica. En un intento desesperado por desviar la atención, culpó a Cristina Kirchner, alegando un supuesto “aumento automático” establecido por un decreto del 2010. Hay que remarcar que esto último es falso. Sin embargo, la ex presidenta no tardó en responder, calificando la maniobra como “más casta y menos original”.
La diputada Julia Strada desmontó la falacia, recordando que Milei firmó en enero un decreto excluyendo a las autoridades superiores del aumento, para luego incluirse a sí mismo en febrero. La falta de coherencia y transparencia del presidente quedó al descubierto.
Pero fue la abogada Vilma Ibarra, ex Secretaria Legal y Técnica de la Presidencia de la Nación Argentina, quien señaló también por Twitter que Milei dijo que “le informaron” que se había aumentado su sueldo, el de sus ministros y secretarios. Según informó Ibarra, el decreto 260 que dispone el aumento lleva su firma, que es digital y exige token y contraseña. Si el presidente entregó token y contraseña para que alguien firme por él, es responsable.
Ahora bien, si el presidente firmó por sí mismo sin conocer el contenido del decreto, es responsable (ídem los ministros que refrendaron). Agregando que si por el contrario conocía el contenido de lo que firmó, le está mintiendo con descaro al pueblo argentino y por lo tanto también es responsable.
A esta altura de los acontecimientos es imperante reflexionar y aclarar en qué situación nos encontramos a nivel institucional. Es necesario e imperioso saber si el presidente firma sin saber, deja que cualquiera firme cualquier cosa, o simplemente es un mentiroso.
Este episodio se suma a la serie de marchas atrás del gobierno libertario, que intenta disimular sus decisiones cada vez con menos éxito. La política de austeridad se desmorona ante la voracidad de la casta, reflejando una desconexión con la realidad económica que afecta a trabajadores y jubilados.
Si el decreto fue firmado digitalmente, la pregunta sería: ¿Quién es la persona de mayor confianza de Javier Milei? La respuesta es por todos conocida, Karina, su hermana menor. La emprendedora, tarotista y pastelera ahora es la mujer más influyente en el Gobierno nacional y la única con posibilidad de manejar la firma presidencial. Hay que decirlo, es una simple conjetura fundamentada en las propias palabras de Javier Milei, ella es “el jefe”.
Recordemos que “el jefe” del presidente y su mano derecha inseparable es la Subsecretaria de Planificación General de la Secretaría General de la Presidencia es la señora María Belén AGUDIEZ. Sólo un dato.
Es verdad, como escribió el periodista Nico Fiorentino en X, si este acontecimiento significa que el presidente “firma decretos cuyos efectos desconoce. Eso es bastante más grave, en términos institucionales, que el aumento en sí mismo.” Imaginemos por un segundo si nuestro pais contara con arsenal nuclear, sería un verdadero peligro por alguien controla la firma del ejecutivo.
Mientras el gobierno intenta desviar la atención con cortinas de humo, la problemática económica, los precios y los desafíos cotidianos de los argentinos quedan relegados. La casta se beneficia más y más, mientras la sociedad paga las consecuencias de decisiones erráticas y desacertadas.
Dentro de este teatro político, Javier Milei, diariamente va perdiendo credibilidad sobre su capacidad para ejercer el cargo ejecutivo nacional. Recordemos, otro dato, que nunca ejerció la conducción de ningún organismo estatal. Al menos De la Rua, por ejemplo, había sido intendente de la Ciudad de Buenos Aires.
Ahora la historia de los decretos revela una realidad preocupante para el ciudadano de a pie abriendo el interrogante de quien firma por el presidente, de la misma depende por ejemplo, todos los recursos naturales que son deseados por las potencias mundiales. Es sólo una pregunta.
Por Walter Onorato-EO