El ex colaborador intelectual de Milei sostuvo que las expectativas del Gobierno son poco realistas y que el rebote económico es imposible si no hay un crecimiento del ahorro, como plantea la escuela austríaca. “Este gobierno aniquila el ahorro en pesos”, criticó.
Diego Giacomini sostuvo que el tipo de cambio real actual es insostenible al no estar respaldado por fundamentos económicos sólidos como en 2007 y 2008. Además, criticó la estrategia del Gobierno de fomentar el desahorro y planteó que el plan actual es “recesivo” y “antagónico a lo que propone la escuela austriaca”, la cual “considera el ahorro como la base del crecimiento”. “El golazo macroeconómico para el Gobierno sería abrir el cepo”, aseguró el consultor en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).
Diego Giacomini es economista, profesor de grado y director de la consultora E^2 (Economía y Ética). Fue socio intelectual de Javier Milei durante 15 años, entre 2005 y 2019, periodo durante el que escribieron juntos cuatro libros. El último fue publicado en 2019 y lleva como título “Libertad, libertad, libertad”. Giacomini fue quien acercó al Presidente las ideas libertarias de la Escuela Austríaca.
Publicaste en tu cuenta de Twitter los valores de una reconocida pasta dental en un supermercado nacional comparándola con uno en Francia, destacando que el producto estaba 50% más caro en Argentina. Más allá de la cuestión de la pasta dental, ¿no está allí el núcleo del problema de la inconsistencia del programa económico de Javier Milei? El hecho de que no se puede tener precios del hemisferio norte y salarios como los de África…
Si, en realidad lo que hace ese fenómeno es mostrar las inconsistencias dinámicas del programa.
El Gobierno se vanagloria del resultado de febrero de 13,2% de inflación, pero no se puede olvidar que en ese mismo mes, febrero, la inflación en dólares fue 18,9%. Cuando miramos los primeros tres meses de resultados de inflación, nos encontramos que el acumulado de diciembre, enero y febrero, tuvo una inflación en pesos de 71% y una inflación en dólares de 40%.
Esto quiere decir que, desde que asumió el Gobierno, si la cotización cambiaria de hoy llegara exactamente sin movimientos hasta final de marzo, el blue habría caído 47% en términos reales y el contado con liqui, 40%. Esto quiere decir que cuando empezó este Gobierno, si uno compraba algo con 100 dólares blue, hoy necesita 147. Si uno compraba algo con 100 dólares contado con liqui, para comprar exactamente lo mismo hoy necesitaría 140. Son dos cosas que son inseparables y hay que prestar atención a las dos porque van de la mano.
El Gobierno apuesta a que el dólar se abarate en términos reales, porque eso, en teoría, ayuda a que la inflación baje más rápido. Son dos fenómenos que hay que prestarle atención en forma conjunta.
Ahora, cuando nosotros miramos el tipo de cambio real, el dólar ajustado por inflación, y lo ponemos en la escala de, para hacerlo sencillo, 1 a 1 de la salida de la convertibilidad, nos encontramos que el dólar blue, el dólar contado con liqui, están en torno a 1,70 y moneditas. Esto es equivalente al 2007. El dólar oficial, por otro lado, está donde estaba en 2008.
¿Por qué esto es insustentable? Utilizando la misma lógica libertaria de Milei, porque en 2007 y 2008 el gasto público era 32% del PBI, 10 puntos menos. En 2007 y 2008 el tipo de cambio era ese con cuatro años seguidos de superávit financiero, que había llegado a cuatro puntos del PBI.
Estos dólares son dólares que, para que lo entienda la audiencia, estarían en línea con si Javier Milei hubiera hecho todo bien a lo largo de, inclusive, una presidencia completa. Son dólares que están en línea con haber bajado el gasto público 10 puntos del PBI y tener superávit financiero durante cuatro años seguidos.
¿Y cuál es el punto? Primero, eso no ha acontecido todavía. Entonces, si no ha acontecido, pasamos a tener una inconsistencia entre el tipo de cambio y los fundamentos macroeconómicos, fiscales y también monetarios. Porque el Banco Central en el 2007 y en el 2008 tenía una salud monetaria muchísimo mejor que la de hoy en día.
Y como usted lo dijo, para sostener y para que sea permanente un tipo de cambio así, uno tiene que tener el stock de capital, uno tiene que tener la productividad, uno tiene que tener la generación de riqueza, acorde con ese tipo de cambio.
La cuestión de fondo es que la sociedad funciona con el consumo, entonces, si los salarios quedan a una diferencia tan grande de las posibilidades de consumir, ese plan económico va a ser recesivo, porque cada vez va a haber menos recaudación, ¿entonces cómo hacen las empresas para subir los salarios si le bajan las ventas?
Su comentario es muy atinado, porque el plan económico del Gobierno tiene en su centro medular, como vengo explicando hace tiempo, que el sector privado desahorre dólares, queme dólares para pagar gasto corriente. O sea, las familias guardan el canuto de dólares que juntó a lo largo de los años para poder pagar los colegios de los chicos, la medicina prepaga, las cuotas de los clubes, la luz, el gas, la clase media.
Las empresas, las pymes, y no tan pymes también, que tienen su producción, sus ventas, su facturación en caída libre en términos reales, queman dólares por ahora para pagar salarios, por ejemplo. Esto es un desahorro.
El desahorro, al ser desahorro para pagar gasto corriente, deja de ser ahorro para financiar inversión. Entonces, es destrucción de la capacidad de producción, porque pasa a haber, entonces, menos ahorro para amortizar el stock de capital, para invertir y ampliar el stock de capital, e implica menos producción en el futuro y menos consumo en el futuro. O sea, es un plan bien anti-austríaco. ¿Por qué? Porque la teoría del pensamiento austríaco dice que el ahorro es la base del crecimiento económico, porque vos ahorras y ese ahorro va hacia la inversión, va hacia la acumulación de capital, aumenta la capacidad de producción, produce más, contrata más trabajadores y hay más consumo en el futuro.
Ahora, este Gobierno aniquila el ahorro en pesos, porque si ahorras en pesos, la tasa es negativa, pierde contra la inflación. Aniquila el ahorro en dólares, porque como dije, hay en tres meses 40% de inflación en dólares y el dólar se abarató 40%-47% en términos reales.
Si ahorras en mercadería, también atenta contra el ahorro, porque es mercadería la cual ahorras y no se la vendes a nadie. Entonces, tenemos un plan que paradójicamente atenta contra el ahorro, atenta contra el crecimiento futuro, cuando el presidente vive hablando de la luz al final del túnel con una salida económica con crecimiento en forma de V.
¿Y cuál es el problema? Que por ahora eso se daría como resultado de las fuerzas del cielo y la magia, y el problema es que la economía es parte de la acción humana y la acción humana es física, tangible, material, del mundo terrenal.
Para que Argentina tuviera una salida en forma de V, para que se entienda, necesitaría que muchos argentinos decidieran traer la plata que tienen afuera o por fuera del sistema, que muchos extranjeros al mismo tiempo decidieran que Argentina es una gran oportunidad de negocios en la economía real y que trajeran inversión extranjera directa para hundirla en la economía real, en la producción. Porque cuando uno la hunde en la economía real son dólares que vienen para quedarse, no para entrar por una ventana y salir por la otra buscando rendimientos en dólares.
El punto es que eso está a años luz de suceder. Obviamente, el Gobierno te va a decir que eso está a años luz de suceder porque no le aprueban nada, no sale el DNU, no le aprueban la ley ómnibus, etcétera, etcétera. Pero del otro lado hay que decir que el mismo Gobierno, paralelamente, subió un montón de impuestos y que la macroeconomía argentina está a años luz de bajar el gasto público, 10 puntos del PBI, bajar las regulaciones en serio, porque son en los tres niveles de gobierno las regulaciones. Entonces realmente por ahora y desgraciadamente yo no veo que, entre esa andanada de inversión extranjera directa, Argentina pueda salir creciendo en forma V.
De hecho, según el relevamiento del estudio de Orlando Ferreres, la formación bruta de capital en los primeros tres meses de Milei cayó entre 14% y 16%, son caídas récord.
Fernando Meaños: ¿Crees que una eventual salida del cepo podría romper la inercia en la que está el Gobierno hoy con este encarecimiento en dólares que vive la Argentina?
Yo vivo insistiendo que el Gobierno necesita hacer un golazo macroeconómico para ganar reputación y credibilidad económica y eso intentar trasladarlo a la arena política, o sea, generar reputación y credibilidad política para presionar a que la oposición le firme, le acepte, le haga algo que quiera hacer.
El golazo macroeconómico sería abrir el cepo. Las condiciones para abrir el cepo están dadas, de ahí a que sea lo que necesita el Gobierno, que es una apertura exitosa, no tiene ninguna certeza.
Eso, obviamente, como toda medida de este tipo, es una medida riesgosa que enfrenta ciertas amenazas, como por ejemplo, cuando subió Milei, esto es la bicicleta financiera, había 200 millones de dólares en depósitos en pesos indexados por UVA y hoy hay 1100 millones de dólares. Todo eso va a correr contra el dólar porque son depósitos que están hechos para ganar tasas en dólares.
Después, tenemos las cuatro cuotas de aproximadamente 4000 millones de las deudas de importaciones. Eso también es demanda de dólares. Eso implica que estas dos cosas, redondeando, se llevan casi toda la liquidación de cosecha gruesa. O sea, en la etapa de cosecha gruesa, se terminaría el proceso de acumulación de reservas en el cual tanto insiste el FMI, porque si todo lo que liquidara el campo se lo llevan estos fenómenos, no hay más acumulación de reservas. Y Javier Milei lo sabe.
Entonces, timorato, miedoso, tal vez, yo espero que no, que recapacite y no lo haga así, lo quiere postergar para el segundo semestre de la apertura del cepo.
¿Cuál es el problema? Que el cepo hay que abrirlo antes que se liquiden los exportadores. Si vos abrís el cepo, desde mi análisis, en julio o en agosto después de la liquidación de exportaciones, cuando ya tu reputación y tu credibilidad, desde mi análisis, va a estar más erosionada que lo que está hoy en día.
Entonces, si ahora vos tenés alguna pequeña chance de que la apertura del cepo sea exitosa, definiendo como exitoso que vos abrís el cepo y tenés alguna pequeña chance que el tipo de cambio no te salte, tenés alguna pequeña chance que la inflación no se desacelere.
Para mí, si vos lo abrís en el segundo semestre, las chances de que sea exitosa son todavía más bajas, porque encima, no solamente vas a tener probablemente menos reputación y menos credibilidad, porque se erosiona debido a los malos resultados en la economía real que vas acumulando. Sino que vas a enfrentar el problema de que en el segundo semestre lo fiscal se va a complicar. Va a ser mucho más difícil mostrar equilibrios fiscales acumulados con ocho, nueve o diez meses del ejercicio fiscal que con enero o febrero.
No se olviden que en Argentina es muy fácil tener resultados no deficitarios los primeros cinco meses del año, porque todo el déficit fiscal se acumula en la segunda parte del año, especialmente en el último trimestre.
FM: Para vos, ¿meter el gol en lo económico es lo que le va a traer mayor fortaleza política al Gobierno? En lugar de lo que piden algunos, que es lo contrario, salir a negociar, hacerse más sólido políticamente y tender puentes con el Congreso para poder conseguir sus medidas económicas.
Exactamente al revés. Porque si fuera de la manera que mencionás, es creer que la política puede hacer todo lo que quiere con la economía, y no es así. La economía tiene sus propias reglas al margen de la política.
De hecho, si fuera al revés de lo que digo yo, no se explica por qué estamos tan mal hace muchos quinquenios o lustros. Porque la política tendría el poder de hacer las cosas bien, o sea, o son todos malas personas, o no es como ellos dicen.
FM: Meter el gol de levantar el cepo, al mismo tiempo, ¿no te haría retroceder en el tema inflacionario?
Obviamente es parte del temor que yo digo que tiene el presidente, porque si se da la pequeña probabilidad que el tipo de cambio no sube mucho, si no sube mucho no va a haber una aceleración inflacionaria importante, a lo sumo tal vez la inflación deja de bajar, viene bajando 25,5%, 20,2%, 13,2%, seguirá uno o dos meses más donde está, y si hace las cosas bien tendrá la chance de seguir bajando.
Obviamente, como el presidente se metió en un callejón muy angosto diciendo que él es el único que sabe cómo y que puede bajar la inflación, puso todas las fichas en eso, entonces tiene miedo, como bien decís, que la apertura del cepo, que también hay una probabilidad que le suba el tipo de cambio y se acelere la inflación, le aborte ese proceso desinflacionario.
Ahora, la acción humana tiene siempre incertidumbre, y toda decisión implica riesgos. Para que se entienda, el hombre en la prehistoria cada vez que tenía que comer tenía que asumir un riesgo, porque tenía que salir de la cueva y tenía que ir a cazar.
Si uno es el que decide la política macroeconómica y quiere tener todo atado, todo asegurado y que todo se mueva como él piensa que se debe mover sin estar dispuesto a asumir ningún riesgo debajo de ningún manto de incertidumbre, uno se ha convertido en un pichón de socialista.