El presidente turco calificó el resultado de “no tan bueno como se esperaba”, tras su victoria en las elecciones generales celebradas en el pasado mes de mayo.
Recep Tayyip Erdoğan, reconoció la derrota de facto de su formación gobernante, el Partido de la Justicia y el Desarrollo, AKP, en las elecciones municipales celebradas en Turquía. Dirigiéndose a sus partidarios en Ankara, el presidente turco calificó el resultado de “no tan bueno como se esperaba”, tras su victoria en las elecciones generales celebradas en el pasado mes de mayo. Unos comicios en los que, al mismo tiempo, fue reelegido presidente de Turquía.
Con una participación superior al 77%, la principal formación opositora, el Partido Republicano del Pueblo, CHP, ganó con un 37,6% de los votos, frente al 35,6% del AKP, tras el 98% de los votos escrutados.
Así, el AKP conserva el gobierno municipal en 23 de las 81 capitales de provincia de Turquía, mientras que el CHP obtiene 36 y el izquierdista prokurdo DEM, diez. La oposición ganó en las ciudades más grandes, incluidas Ankara y Estambul. La mayor parte del poder regional y municipal de la parte occidental de Turquía occidental está ahora pintada de rojo, el color del Partido Republicano del Pueblo. El CHP es la formación más antigua en activo del país, y sigue una línea ‘kemalista’, de centro-izquierda.
Los observadores lo califican como el mayor revés electoral para Erdoğan en décadas, y apuntan hacia la situación económica, sobre todo, como la razón de esta derrota; la enorme inflación que se registra en Turquía alcanzó cerca del 70% el mes pasado, y se espera que el índice siga aumentando. La oposición subraya, también, el descontento con la política autoritaria del presidente turco.