La epidemia de rupturas de ligamento cruzado anterior en el fútbol argentino pone en evidencia lo poco que se registra y lo mucho que se habla.
Cuando Lucas Passerini intentó sostener la marca rival de Internacional de Porto Alegre mientras su rodilla derecha hacía una flexión en valgo y saltaba por el aire, cualquiera que estuviese mirando el partido con un poco de formación en ciencias médicas hubiese sospechado lo peor.
Más difícil, careciendo de datos concretos, es explicar la epidemia y afirmar las causas de las rupturas del ligamento cruzado anterior (LCA) de rodilla que han sufrido en estos tres meses Passerini y otros diecinueve jugadores del fútbol argentino. Vayamos por pasos.
El movimiento de rodilla en flexión y valgo está descripto como mecanismo de ruptura en la mayor parte de los estudios que investigan esta patología y a modo de ejemplo uno podría citar este trabajo de Thomas Withrow: https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0268003306000945 donde se estudia in vitro el efecto del impulso en valgo sobre la rodilla que genera un aumento de la tensión relativa del LCA durante un aterrizaje con salto simulado.
Lo que despierta más interés, es procurar entender por qué varios de los jugadores afectados se han lastimado sin tener contacto con un rival, como ocurrió también en el caso del jugador de Belgrano de Córdoba.
“Neurocognitive Errors and Noncontact Anterior Cruciate Ligament Injuries in Professional Male Soccer Players” de Alli Gokeler https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/37248515/ y varios colaboradores un paper muy actual, que comentábamos recientemente con el Lic. Eduardo Tondelli en el espacio de trabajo de ciencias médicas aplicadas al deporte de la Universidad de Buenos Aires, porqué estudia e intenta dilucidar como un movimiento anómalo, vinculado a un error en el control motor inhibitorio, (por poner la mente en contener al rival antes que en pensar en el propio movimiento), puede ser un gran condicionante.
A ciencia cierta, hay muchas hipótesis y también afirmaciones sin sustento.
“Hace dos semanas subí una publicación que pasó desapercibida. Calendario muy apretado, terrenos de juego en algunos casos en mal estado, modas en el uso de tapones semicirculares en lugar de tapones redondos, estrés psíquico (todos se juegan algo, descenso, clasificar a instancias finales, etc etc), fatiga física. El futbol argentino es sumamente difícil”, escribió un traumatólogo muy reconocido y probablemente uno de los que más LCA de futbolistas haya operado en el siglo XXI. Sus pergaminos claramente invitan a prestarle atención. Sus afirmaciones no son tan precisas como el manejo del bisturí en su mano.
Desmenucemos incongruencias:
- El calendario del futbol inglés es mucho más apretado que el del futbol argentino pero solo tiene dos rupturas de LCA en el 2024
- En el fútbol brasileño se disputan más partidos además de ser realmente un torneo donde todos juegan por algo y nunca ha tenido una incidencia trimestral tan importante.
- No es la ruptura de LCA sino las lesiones musculares quienes correlacionan mucho mejor con la afirmación sobre la fatiga como corrobora la revisión bibliográfica reciente de Richard Page https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC9758680/
Tiempos y afirmaciones sobre el calendario tampoco cierran si uno corrobora que en el listado de lesionados figuran muchos jugadores lesionados antes del inicio del campeonato: a mediados de enero y en un amistoso tanto Gonzalo Martínez de River el 14/1 como Federico Paradela de Sarmiento el 18/1, mientras que Juan Bisanz y Alejandro Cabrera de Banfield, junto con David Sotelo de Newels, Lucas Ambrogio de Atlético Tucumán y David Barbona de Defensa fueron a fin de ese mes, cuando recién comenzaba el campeonato.
Otra de las afirmaciones iniciales, no puede ser dilucidada entre los veinte jugadores (más allá de la evidencia existente) es la correlación entre lesionados y tipos de botines utilizados: nadie hizo y difundió una revisión del tipo de calzado utilizado por los futbolistas lesionados
Otra de lo que se ha leído oración deja entrever contradicciones flagrantes “El trabajo de los preparadores físicos es excelente. Si bien la mayoría son lesiones indirectas también debo remarcar que en el futbol europeo se protege más al jugador. Una o dos faltas, amarilla luego roja. En el fútbol argentino no se cuida al jugador” La duda es: ¿si ninguna o solo una de la ruptura de LCA puede considerarse por falta grave y la gran mayoría de las lesiones son sin contacto (como todos observamos) que tienen que ver las infracciones y el cuidado de los árbitros sobre los jugadores?
Además de desavenencias también hay puntos de encuentro, especialmente en las conclusiones a la que son difíciles no adherir en el contexto actual pero disentir en el resignamiento. “De todo esto se me ocurre una sola conclusión: no veo una salida rápida. No hay programas de prevención que se puedan instaurar porque las variables a corregir son muchísimas y tocan intereses económicos en muchos casos. Se seguirán rompiendo cada vez más jugadores, esto es INEVITABLE.”
Siempre se pueden hacer cosas para mejorar la situación. Por eso, aprovechando esta tragedia y el prestigio de los profesionales involucrados, sería muy positivo para la salud y la calidad de vida futura de los futbolistas que se diese esa pequeña batalla que está a nuestro alcance para implementar: la implementación de un reporte de lesiones institucional y federativo en todos los equipos del fútbol argentino. Un monitoreo que permitiese vigilar y estudiar “epidemias” como hay en otras ligas profesionales y no existe en la Argentina. Si queremos mejorar, eso es mucho más importante que escribir en las redes sociales. Si se convoca, pongo a disposición mi aporte desinteresado.
Por Juan Manuel Herbella