Desde que entró en funcionamiento por primera vez en 2011, el sistema de defensa aérea cúpula de hierro de Israel ha interceptado miles de cohetes lanzados hacia su territorio. El mecanismo ha resultado fundamental para la potencia militar a la hora de interceptar y derribar proyectiles, drones y cohetes lanzados por parte de cualquier de sus adversarios cerca a sus fronteras, principalmente de Hamás en Gaza y de Hezbolá en el Líbano. Ahora, las amenazas directas llegaron desde Irán.
La cúpula de hierro, el sistema crucial de Israel para frenar ataques frente a cualquiera de sus fronteras en una convulsa región.
Con una efectividad del 90%, según la firma de defensa que ayudó a diseñarlo, Rafael Advanced Defense System LTD, la cúpula funciona con un mecanismo de detección radar y respuesta, que primero detecta el lanzamiento de cohetes. Luego, determina si la trayectoria del mismo representa una amenaza a zonas pobladas o infraestructuras en territorio israelí.
Posteriormente, un interceptor de misiles Tamir es disparado, pero solo si el cohete entrante corre el riesgo de golpear un área poblada o una construcción relevante. Es entonces cuando intercepta el artefacto y lo detona en el aire.
Por años, el Estado de mayoría judía ha dependido en gran medida del también llamado domo de hierro para proteger sitios militares y civiles de los frecuentes bombardeos de cohetes disparados desde Gaza y el Líbano, como también se ha visto en la guerra en curso entre el Ejército israelí y el grupo islamista Hamás que controla el sitiado enclave palestino.
En la noche del sábado 13 de abril, Irán lanzó 300 drones y misiles en un ataque directo y sin precedentes contra el territorio israelí. Sin embargo, el Ejército del Estado de mayoría judía lo describió como un ataque “frustrado”. Y es que la mayor parte de los artefactos disparados por Teherán fueron interceptados.
Aunque Estados Unidos señaló que detectó e interceptó “casi todos” los proyectiles iraníes, la cúpula de hierro también se encontraba en funcionamiento.
Inicialmente, Israel desarrolló la cúpula de hierro después de la Guerra del Líbano de 2006, y luego se le unió Estados Unidos, que ha proporcionado su conocimiento de defensa y miles de millones en apoyo financiero bipartidista para el programa.
La cúpula está diseñada para derribar cohetes con un alcance de hasta 70 kilómetros.
Además, Israel cuenta con otros sistemas de defensa antimisiles, como el Arrow, que actúa contra los misiles balísticos, y el sistema David’s Sling, cuyo objetivo es contrarrestar ataques de cohetes o de misiles de medio alcance.
¿Qué coste tiene?
La producción de cada interceptor de la Cúpula de hierro cuesta entre 40.000 y 50.000 dólares, según el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, con sede en Washington.
Ese instituto calcula que la fabricación de un sistema completo, con el radar, la computadora y tres o cuatro lanzadores -cada uno de ellos, con hasta 20 interceptores- cuesta alrededor de 100 millones de dólares.
Israel tiene diez sistemas de ese tipo, de acuerdo con el grupo estadounidense de aeronáutica y de defensa RTX, que participa en la construcción de la cúpula de hierro. Según otras estimaciones, la cifra podría ser ligeramente más alta.
El crucial apoyo de Estados Unidos
El sistema es uno de los pilares estratégicos de la alianza estadounidense-israelí, y lo han apoyado los sucesivos gobiernos, tanto demócratas, como republicanos.
En agosto de 2019, el Ejército de Estados Unidos firmó un contrato para la compra de dos baterías de la cúpula de hierro, para reforzar sus propias capacidades de defensa contra misiles de corto alcance.