Una parte de la dirigencia ya lo mete en la carrera por la presidencia. El gobernador esquiva y deja decir. El deseo de Pablo Moyano y el impulso de los intendentes.
Pablo Moyano, líder del poderoso sindicato de camioneros y uno de los protagonistas en la pelea contra el presidente Javier Milei, echó leña a una candidatura presidencial de Axel Kicillof. El gobernador de Buenos Aires esquiva una postulación temprana, pero acepta el clamor de parte de la dirigencia que insiste en ponerlo en la primera línea de un peronismo desorientado y sin conducción.
Tras una reunión en La Plata y ante decenas de trabajadores camioneros que lo esperaban, Moyano se refirió a Kicillof como “el gobernador de la provincia de Buenos Aires y, si Dios quiere, futuro presidente de la Nación”. Fue minutos después de que el mandatario aceptara homologar en la provincia la paritaria del sindicato, algo que el gobierno nacional no está dispuesto a hacer.
Así, el integrante del clan Moyano se sumó a un incipiente -y reiterado- operativo clamor de un sector de la dirigencia que insiste en fogonear una postulación, pese a la incomodidad que produce en calle 6. Días antes, el intendente de Villa Gesell, Gustavo Barrera, un kicillofista de la primera hora, había dicho “Axel es el futuro presidente de Argentina”. Para el jefe comunal costero, “no hay otro candidato en el espacio”.
Otros intendentes habían dado ese paso semanas atrás. Uno es el jefe comunal de Avellaneda, Jorge Ferraresi. También lo hizo el de La Costa, Juan de Jesús, quien incomodó al gobernador en un acto: “Quisiera verlo antes de que termines tu gobierno y puedas seguir con otras aspiraciones más grandes que seguramente te va a dar el pueblo”, dijo el intendente en alusión a un proyecto para generar un polo regional en la zona y el próximo paso en la carrera del mandatario.
Axel Kicillof esquiva, pero…
El gobernador prefiere no hablar de una candidatura presidencial, menos aún tan tempranamente. Repite que la responsabilidad de gobernar la provincia es demasiada grande como para ocuparse de candidaturas y considera que esa discusión lo aleja de las preocupaciones de la gente.
“Nuestra postura es la misma desde que empezó el gobierno de Milei: nos parece que elecciones y candidaturas no son hoy temas de la gente, más bien todo lo contrario”, dice un funcionario del entorno del gobernador a Letra P e insiste con el daño que el Presidente está haciendo a la provincia con el uso de la motosierra.
Sin embargo, la fuente reconoce que por el lugar que ocupa y la imposibilidad de competir por un nuevo mandato ponen al mandatario en un lugar expectante: “Sabemos que eso existe. Axel no deja de ser el gobernador de la provincia más importante del país. Por decantación, enseguida se lo pone en ese lugar, pero no es algo que hoy estemos discutiendo ni pensando realmente”.
Con todo, Kicillof no se esfuerza en obturar el operativo clamor. “Con el peso de esos dirigentes… Axel no les va a decir no digas esto, no pasa por ahí”, dice una fuente con despacho cercano al del gobernador. Los comentarios fueron similares tras los dicho de Ferraresi sobre la estrategia para llevarlo a Casa Rosada: “Puede decir lo que quiera”.
Como contó Letra P, el gobernador ya inició un proceso de metamorfosis que tendrá su primera prueba en 2025. Fue protagonista del último congreso nacional del PJ, donde aseguró que el peronismo tiene “la obligación de generar una alternativa para volver a gobernar la Argentina”.
La salida obligada de Kicillof del principal sillón bonaerense abre la pelea por su sucesión. No hay hasta el momento un nombre cantado. Muchos dirigentes empezarán a levantar el perfil para meterse en la grilla de largada.
Por Macarena Ramírez-LP