Los Gobiernos de Colombia y de Ecuador enfrentan una situación crítica por la sequía, que ha llevado a racionamientos de agua o electricidad y a decretar la suspensión de jornadas laborales para ahorrar agua. Las altas temperaturas y la falta de precipitaciones han causado una crisis en el sector energético de ambas naciones porque los embalses se acercan a su nivel mínimo. En Ecuador, la crisis se agravó por la suspensión de las exportaciones de energía desde Colombia y han sido frecuentes los apagones.
El 19 de abril, Ecuador afrontó de nuevo apagones de hasta ocho horas por una grave crisis energética que ha obligado al Gobierno de Daniel Noboa a suspender la jornada laboral y las clases escolares durante el fin de semana.
A pesar de que expertos apuntan al cambio climático como causante de que el fenómeno de El Niño sea cada año más drástico, el Gobierno ecuatoriano también baraja la hipótesis de presuntos sabotajes a la red eléctrica ante la celebración de un referendo en materia de seguridad, justicia y empleo, que tendrá lugar este domingo 21 de abril.
En la vecina Colombia, el Gobierno de Gustavo Petro también exhortó a suspender las actividades del sector público e incluso privado para el viernes 19 de abril, con el fin de ahorrar agua en lo que nombró como“Día Cívico de la Paz con la Naturaleza”.
Sin embargo, solo algunas regiones del país acogieron la medida del presidente Petro, que pretende que el tercer viernes del mes de abril de cada año sea un día no hábil. El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, y el Senado contradijeron al Ejecutivo y desarrollaron con normalidad la jornada laboral, pese a que la capital colombiana también afronta un calendario de racionamientos de agua por la sequía en los embalses que abastecen energía en la zona.
Racionamiento de agua en Bogotá y apagones en Ecuador
A partir del 10 de abril, la Alcaldía de la capital colombiana tomó medidas para ahorrar agua, como el racionamiento escalonado del recurso vital en la ciudad de 8 millones de habitantes, que aún está en curso.
Sin embargo, la restricción no ha dado los resultados esperados. Por lo que, en un comunicado difundido por medios locales, el alcalde Bogotá endureció las medidas y reiteró que la amenaza de un apagón es real.
“Las viviendas que utilicen más de 22 metros cúbicos de agua al mes tendrán que pagar tarifas adicionales”, dijo el alcalde de Bogotá. También advirtió con imponer multas de hasta 300 dólares a las personas que laven sus automóviles en las calles o realicen otras actividades que se consideren un desperdicio de agua.
Mientras que en Ecuador y en su capital, Quito, las autoridades dieron un paso que Colombia aún trata de evitar: el corte del servicio de electricidad. Los primeros apagones derivados de la actual crisis energética comenzaron el 13 de abril.
A pesar de que el Gobierno ecuatoriano se concentró en la red eléctrica, el suministro de agua también se ha visto afectado durante los apagones.
La Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento de Quito informó el pasado jueves que su personal operativo debe reiniciar los tanques de bombeo en los sitios afectados por el corte de luz.
El servicio se restablecerá paulatinamente una vez que se haya reiniciado el bombeo y se recupere el sistema de distribución.
La empresa pública anunció horarios de cortes de agua que tendrán algunos barrios de Quito este sábado 20 de abril de 2024.
Colombia y Ecuador, en alerta por escasez en los embalses
El embalse de Mazar, el segundo más grande de Ecuador, se encuentra en el centro de la crisis energética que afecta al país andino.
Con una capacidad para almacenar 410 millones de metros cúbicos de agua, este embalse está situado en la sureña provincia andina de Azuay y alimenta a un complejo de tres centrales hidroeléctricas, cuya potencia en conjunto es de 1.757 megavatios, equivalente a más de un tercio de la demanda nacional.
El Gobierno reconoció el miércoles 17 de abril que el embalse de Mazar no cuenta con reservas para producir electricidad y desde el martes en la tarde se encuentra fuera de operación.
La sequía vinculada al patrón climático de El Niño agota los embalses ecuatorianos y limita la producción de las plantas hidroeléctricas que producen alrededor del 75% de la energía del país.
Las precipitaciones han disminuido en Ecuador y Colombia este año debido al calentamiento de las temperaturas en el Océano Pacífico sur, que provoca intensas sequías en los valles andinos, donde se encuentran muchas de las principales ciudades de estos dos países suramericanos.
En Colombia, las plantas hidroeléctricas también están pasando apuros debido a que la capacidad de los embalses se aproxima al nivel crítico de 27%, cuando pueden dejar de operar.
Según los datos presentados por el Ministerio de Ambiente, entre enero y marzo se ha registrado desabastecimiento de agua en 277 municipios y 24 departamentos del país.
Durante la primera semana de abril, Colombia suspendió las exportaciones de electricidad a Ecuador en un intento de ahorrar energía para las necesidades internas. Colombia obtiene alrededor del 70% de su electricidad de plantas hidroeléctricas.
América Latina, de El Niño a La Niña
Las naciones latinoamericanas están en alerta a medida que el fenómeno climático conocido como El Niño se convierte rápidamente en La Niña, dijeron expertos el pasado jueves, dejando a las poblaciones y a los cultivos poco tiempo para recuperarse.
El Niño y sus abundantes lluvias pronto podrían convertirse en sequías causadas por La Niña, así como en una intensa temporada de huracanes en América del Sur, dijeron expertos en un panel organizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
El patrón climático completo que involucra a El Niño, La Niña y una fase neutral generalmente dura entre dos y siete años. Pero los expertos dijeron que el período de transición de El Niño a La Niña se está acortando.
Por Samuel Salgado-France24 con EFE y medios locales