La vicepresidenta formó una comisión para que, durante un mes, ponga bajo la lupa los nombramientos y ascensos que se firmaron en los últimos dos años. “Hay cuestiones que no parecen demasiado claras”, señalan. Los detalles y qué había dicho CFK al irse.
Del lapiz rojo a la “Bic azul”, lo cierto es que la vicepresidenta de la Nación y titular del Senado, Victoria Villarruel, firmó una resolución para la creación de una Comisión de Análisis de la Dotación (CAD), cuyo objetivo será nada menos que el de poner bajo la lupa y revisar cada nombre de la enorme planta de empleados de la Cámara alta.
Según especificaron fuentes libertarias a la agencia Noticias Argentinas, “hay cuestiones que no parecen demasiado claras”. La comisión estará integrada por la secretaría administrativa, María Laura Izzo; el prosecretario administrativo, Lucas Clark; el prosecretario de Coordinación Operativa, Manuel Ignacio Chavarría; el director de Recursos Humanos, Gonzalo Diego Izurieta; y la directora general de Asuntos Jurídicos, Alejandra García Ortiz.
Buscan “optimizar los recursos públicos destinados a las diversas áreas”.
En el escrito, Villarruel apunta acerca de revisar los ingresos de personal y su categorización, indicando que esos lugares “requieren la acreditación de idoneidad y antecedentes que respeten la observancia de los recaudos establecidos por la Constitución; como así también el cumplimiento de los requisitos legales para su incorporación y ascenso, todo ello en una relación de razonabilidad con las misiones, funciones y objetivos de gestión de calidad de la organización”.
Las frases pueden sonar, a oídos de quienes no tienen los papeles en orden, como un verdadero tembladeral, y habrá que ver hasta donde está dispuesta a llegar la vice con esa cuestión, porque se descuenta que cada nudo que intente desatar en procura de tocar “ascensos e idoneidades” puede derivar en serios choques políticos.
Una vez culminado el proceso liderado por la comisión que encabezara la secretaria Izzo, que durará un mes (aunque puede extenderse), la CAD emitirá “recomendaciones a los efectos de optimizar la utilización de recursos humanos existentes”.
El estudio comprenderá los últimos dos años de gestión e incluirá un análisis de la designación, capacidad y ubicación laboral de las plantas permanentes, temporaria y contratados; las recategorizaciones, los agentes con destino en trámite y con requisitos jubilatorios.
La decisión de Villarruel se encuadra dentro de un proceso que inició desde su desembarco en el Senado, en diciembre pasado. Fuentes cercanas al despacho de la abogada libertaria señalaron en reiteradas oportunidades las pésimas condiciones laborales en las que se desempeñaban algunos trabajadores de la Cámara alta como así también otras vinculadas a la infraestructura.
En la actualidad la planta total del Senado de la Nación ronda los 4.700 empleados, siempre los sobrevuela en el imaginario popular la definición de “hay muchos ñoquis” y Cristina Kirchner se había referido al tema en noviembre pasado, cuando ya la gestión libertaria estaba a punto de asumir, señalando al respecto que abandonaba su gestión en la Cámara Alta habiendo reducido la nomina respecto a la que había encontrado en 2019:
Cuentan que Perón, en una de sus míticas frases, dijo alguna vez “si quieren que algo no avance, formen una comisión”. Hay pruebas por miles de esa certeza en la política argentina, así que queda por ver las conclusiones a las que llega la CAD de Villarruel, y si luego consigue en los hechos “optimizar los recursos” en la Cámara Alta. Tarea extremadamente compleja, incluso para la motosierra libertaria.