La ministra de Seguridad está indignada con la cúpula policial porque perdieron celulares y una notebook del acusado por estafa y quiebra fraudulenta
Como coletazo de la denuncia por estafa y quiebra fraudulenta contra el financista Alejandro Muzsak, CEO de la fintech Wenance, por la cual está detenido, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ordenó una investigación administrativa dentro de la Policía Federal por el robo de una prueba clave del caso y crece el malestar con su conducción administrativa y operativa.
La tensión involucra a la cúpula de la Federal encabezada por el jefe, comisario general Luis Alejandro Rolle y el subjefe, comisario general Mariano José Giuffra. La Policía Federal perdió dos celulares iphones y una notebook que le habían sido incautadas a Muszak acusado por el fraude. Muzsak está denunciado además de usura y lavado de activos.
“Patricia está muy caliente con el jefe de la Policía Federal, porque considera que esta desaparición de evidencia puede ser un acto de corrupción muy grave dentro de la fuerza”, dijo un allegado de la ministra de Seguridad a iProfesional.
El financista Muzsak está detenido por una causa de estafa y quiebra fraudulenta en el juzgado federal de San Isidro porque Wenance dejó de pagar a 20.000 inversores por un monto de alrededor de 200 millones de dólares, con una maniobra de estafa estilo Ponzi.
En otra causa penal, la jueza en lo criminal y correccional 43, Paula González, investiga a Muszac y a varios socios por otras denuncias equivalentes y fue en esa causa donde se produjo el robo de la prueba clave. Por eso, González ordenó una investigación por la desaparición de los dos iphones y de la notebook en el marco de la causa que ella investiga.
“La ministra les exigió una investigación a fondo de todo el procedimiento por la desaparición de una prueba clave para la investigación”, dijo a iProfesional un allegado a Bullrich.
La tensión involucra a la cúpula de la Federal encabezada por el jefe, comisario general Luis Alejandro Rolle
Patricia Bullrich interviene en el caso del CEO de la fintech Wenance
El principal apuntado es el subcomisario de la división Antifraude de la Policía Federal, Marcelo Rodríguez Vimo. De este oficial dependía la prueba robada: dos iphones que pertenecían y una notebook que pertenecían a Muzsak y que fueron decomisados hace nueve meses y nunca peritados.
“Patricia está muy caliente con Rollé y Giuffra. El principal sospechoso es Rodríguez Vimo de quien dependía la prueba desaparecida“, señaló un allegado a la ministra.
La jueza González ordenó que se abran actuaciones por un delito de acción pública de sustracción de evidencia y está involucrada la Policía Federal. Esta presentación quedó radicada en el juzgado criminal y correccional 50. Pero el abogado Alejandro Liporace, que es damnificado y representa a varios afectados, considera que esa medida es dilatoria porque esa causa debería estar en su propio juzgado y no dividirse tanto el expediente. Liporace se presentará para rechazar esa medida y pedirá que se remitan al juzgado 43 esas actuaciones que ordeno crear la jueza.
En rigor, los abogados de los damnificados consideran que la jueza Paula González actuó en general con dilaciones, negligencias y omisiones a las medidas probatorias e investigativas que propusieron. Incluso muchas veces también rechazó pedidos de la fiscal Mónica Cuñarro.
Es por eso que algunos analizan denunciar a Paula González por estas dilaciones ante el Consejo de la Magistratura. En este marco, desaparecieron los dispositivos electrónicos digitales de Muzsak, donde podría haber información y Bullrich ordenó abrir una investigación administrativa.
“Hay mucha bronca de Patricia con el jefe de la Policía Federal, hay un sumario contra varios comisarios y una denuncia penal. El rumor es que Muzsak podría haber comprado gente a través de sus abogados. Es un caso muy grave de corrupción en una fuerza de seguridad”, dijo un allegado a la ministra de Seguridad.
Los damnificados por Wenance están enfurecidos por la desaparición de los dos celulares y la notebook de Muzsak
Damnificados por Wenance, enfurecidos por la desaparición de pruebas
Los damnificados por Wenance están enfurecidos por la desaparición de los dos celulares y la notebook de Muzsak y sospechan de una “mano negra” para ayudar al prestamista, acusado por estafas, usura, lavado de activos y de haber hecho un clásico “esquema Ponzi” para perjudicar a ahorristas de Argentina, Uruguay y España.
El subcomisario de la división Antifraude de la Policía Federal, Marcelo Rodríguez Vimo, denunció días pasados el extravío de los dispositivos electrónicos del fundador de la firma, Alejandro Muszak, dos iphones y una notebook.
Los elementos estaban en el depósito policial de la calle Zepita y pese a haber sido requisados hace más de nueve meses, todavía no habían sido peritados en el expediente que tramita la jueza Paula González.
La demora de esta jueza es inversamente proporcional a la del fiscal, Alejandro Guevara, que libró una orden de detención contra Muzsak, que fue detenido el 16 de abril pasado por la Policía de la provincia de Buenos Aires mientras volvía de su trabajo a bordo de un automóvil de lujo. En ese expediente Muzsak es acusado de una estafa cercana a los 1.500.000 de dólares y 5.000.000 de pesos.
En esa causa sólo es denunciado por un centenar de afectados, indignados por haber perdido sus ahorros en un contexto inflacionario y recesivo. Wenance informó en junio del año último que por la morosidad de los deudores no bancarizados impedía a la empresa devolver los ahorros.
A las causas por estafa en la Argentina, se suman otras que se siguen en Uruguay y España, donde también existen inversores damnificados por haber prestado su dinero para que Muzsak le hiciera préstamos por montos bajos a deudores que sin calificación crediticia y por altas tasas de interés a cortísimo plazo. Por lo general, estos créditos de 200 o 300 dólares se devolvían en dos o tres meses y servían para comprar un electrodoméstico o terminar estudios. Muzsak se fondeaba con las inversiones de ahorros de años de los ahorristas muchos de ellos jubilados.
Por Mariano Obarrio-IP