El joven condenado a perpetua por el crimen de Báez Sosa publicó una carta para dar a conocer su posición tras las declaraciones de Máximo Thompsen.
n un nuevo giro en el caso del crimen de Fernando Báez Sosa, Matías Benicelli, uno de los condenados a perpetua por el asesinato, respondió a las declaraciones recientes de Máximo Thomsen, cuando se desligó del crimen ocurrido en Villa Gesell hace cuatro años.
En una entrevista televisiva, Thompsen había intentado distanciarse del crimen y señaló a Benicelli como parte del grupo que lideraba el ataque al joven de 18 años. En respuesta, Benicelli publicó carta dando su visión sobre los eventos que rodearon la fatídica noche en el boliche Le Brique de la localidad balnearia.
Benicelli negó rotundamente haber participado en lo que describe como un “pelotón de fusilamiento” que resultó en la muerte de Fernando Báez Sosa. Además, sugirió que Thomsen era quien solía buscar peleas para “jactarse de supuestas hazañas”. Esta afirmación contrasta con la versión dada por su amigo en su entrevista con TN, donde nombró a Benicelli como uno de los involucrados en la golpiza mortal.
“Nunca fui parte de un pelotón de fusilamiento que a patadas segó la vida de Fernando”, enfatizó Benicelli en su carta que fue revelada esta semana por el periodista Diego Estevez de A24, y así refutando las declaraciones que Thomsen había dado a TN, siendo la primera vez que habló después de la condena a cadena perpetua.
El joven de 24 años también expresó su arrepentimiento y pidió perdón en nombre de todos los involucrados en el trágico suceso, aunque afirmó: “Yo sé que no maté a Fernando”. “Mi solidaridad y mi amor está con los padres de Fernando, como está también con mi familia”.
La carta de Benicelli también aborda aspectos espirituales y de responsabilidad, haciendo un llamado a la “misericordia de Dios” para encontrar paz y justicia en este caso. Además, instó a que la memoria de Báez Sosa sea “honrada como la de un mártir” y a utilizar este caso como un llamado para erradicar la violencia en los boliches y otros lugares donde “se reúnen los jóvenes para celebrar la vida”.
El nuevo representante de Benicelli, Carlos Attias, dijo a Clarín que la carta no fue escrita por Benicelli pero reconoció que se reconstruyó con base a las conversaciones que tuvo con su defendido. Además, destacó que la misiva forma parte de la documentación que remitió a los jueces de Casación para cambiar de abogado, algo que ocurrió “hace dos meses”.
“Desde el lugar en donde estaba Matías, es decir, en la parte trasera del Volkswagen Vento que estaba estacionado sobre la vereda, a unos cinco metros de donde Fernando Báez Sosa era asesinado, en la calle, en la parte delantera de ese auto, mal podía ver Matías quiénes eran los que lo pateaban”, dijo Attías.
Este intercambio público entre los condenados complejizó un caso que capturó la atención nacional y que sigue generando debate sobre la justicia y la responsabilidad en casos de violencia juvenil. Además, siguió a la decisión de romper con la estrategia de defensa común que sostuvieron los responsables de la muerte de Báez Sosa durante el juicio, que estuvo a cargo de Hugo Tomei.
Tanto Benicelli como Thomsen cambiaron recientemente de abogados, buscando estrategias legales que puedan mitigar sus condenas. Durante el juicio, el fiscal argumentó que Benicelli tenía el “codominio del hecho”, basándose en pruebas que lo vinculaban directamente con el ataque mortal.
“Yo sé que no maté a Fernando, pero pido perdón de todo corazón en nombre de todos los que causaron su trágica desaparición”, añadió Benicelli..
Durante el juicio, el fiscal Juan Manuel Dávila sostuvo que Benicelli “tuvo el codominio del hecho”, ya que contó con “la posibilidad de emprender, proseguir o detener el curso causal del delito”.
Benicelli y Thomsen son dos de los cinco jóvenes que recibieron condena a perpetua. Los otros son Ciro Pertossi, Enzo Comelli y Luciano Pertossi. Mientras que Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi fueron condenados como partícipes secundarios y recibieron una pena de 15 años de cárcel.
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