Decenas de personas murieron este jueves 13 de junio, cuando las tropas israelíes intensifican sus ataques en el occidente de Rafah y en el campamento de refugiados de Nuseirat, en el centro del enclave. Aumenta a al menos 37.232 la cifra total de víctimas mortales en más de ocho meses de la guerra en curso. Entretanto, persisten las dificultades y esfuerzos para alcanzar un acuerdo de tregua. El Gobierno de Estados Unidos, estrecho aliado de Israel, señaló que instará a los líderes del G7, cuya cumbre inició en Italia, a presionar a Hamás para que respalde el más reciente plan de alto el fuego sobre la mesa.
Intensos bombardeos israelíes sobre Gaza, mientras Estados Unidos presiona a Hamás a aceptar una tregua, que en los últimos días ha generado reacciones confusas.
Decenas de personas han muerto este jueves 13 de junio, mientras las tropas del Estado de mayoría judía aumentan sus ataques en la zona occidental de Rafah, localidad en el extremo sur del enclave donde se había refugiado la mayor parte de la población internamente desplazada, así como en el campo de refugiados de Nuseirat, en el centro del enclave palestino.
Residentes, citados por la agencia de noticias Reuters, describieron que los militares se dirigieron hacia la zona de Al-Mawasi, en Rafah, cerca de la playa, designada como zona humanitaria por los mapas distribuidos por Israel desde el inicio de su ofensiva terrestre en esa área, el pasado mayo.
Allí, aviones de combate Apache, tanques y barcos dispararon en la noche entre el miércoles y este jueves contra “edificios residenciales ocupados”, según reportó la agencia de noticias palestina Wafa.
Sin embargo, el Ejército negó haber lanzado embestidas dentro del área que delimitó como segura y señaló que sus ataques en Rafah proceden como “operaciones selectivas basadas en información de inteligencia”.
Asimismo, la institución castrense remarcó que el objetivo de sus asaltos es destruir “las últimas unidades” de Hamás que, asegura, se resguardan en esa parte del territorio.
Pero la mayor parte de víctimas mortales siguen siendo civiles, incluidos miles de niños. El total de muertos ascendió a al menos 37.232 personas, de acuerdo con las cifras divulgadas este jueves por el Ministerio de Salud local.
Entretanto, en el campo de refugiados de Nuseirat, los equipos médicos indicaron que recuperaron tres cuerpos entre los escombros de una casa familiar, donde un número indeterminado de niños resultaron heridos.
“La artillería de ocupación israelí disparó proyectiles contra viviendas de ciudadanos al noroeste del campamento de Nuseirat y la zona de Al Mughraqa, en el centro”, aseguró Wafa.
En un comunicado, las tropas israelíes, por su parte, señalaron que eliminaron más de diez milicianos en el centro de Gaza en el último día, “incluido un participante de la masacre del 7 de octubre”. También afirmaron que destruyeron más de 45 “objetivos” en toda la Franja, incluidas estructuras militares, milicianos, lanzacohetes, túneles e infraestructura.
Asimismo, la nota oficial confirmó la continuación de lo que el Ejército denomina “redadas selectivas” en el área meridional de Rafah, donde, según los soldados, enfrentaron a militantes palestinos “cuerpo a cuerpo” y destruyeron, con un ataque aéreo, un puesto de lanzamiento de cohetes listo para ser usado.
EE. UU. presiona a Hamás para alcanzar una tregua
Mientras las letales embestidas aumentan en Gaza, en el terreno diplomático, Estados Unidos, estrecho aliado de Israel, puja por un acuerdo de tregua.
Sin embargo, en los últimos días las partes involucradas en la guerra han expuesto diferencias frente a la última propuesta de alto el fuego, anunciada por el mandatario estadounidense Joe Biden, el pasado 31 de mayo.
Este jueves, al inicio de la cumbre del G7, en Italia, el asesor de Seguridad Nacional de EE. UU., Jake Sullivan, señaló que su Gobierno instará en el encuentro a los líderes de las siete principales potencias- Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos-a apoyar las negociaciones de alto el fuego y alentar a Hamás a aceptar la oferta respaldada por el Gobierno de Benjamin Netanyahu.
“Nuestro objetivo es descubrir cómo cerrar las brechas restantes y llegar a un acuerdo”, sostuvo Sullivan, quien agregó que las conversaciones continuarían con Qatar y Egipto, que a su vez, trabajarían con Hamás para llegar a un acuerdo lo más rápido posible.
El grupo islamista anunció el pasado martes 11 de junio que acepta el plan para frenar las hostilidades, justo un día después de que la propuesta fuera respaldada en una votación del Consejo de Seguridad de la ONU.
Sin embargo, el miércoles 12 de junio, el secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, aseguró que el movimiento que controla Gaza entregó una respuesta con “numerosos cambios”, algunos de los cuales eran viables, pero otros no.
Hamás negó haber modificado la oferta recibida.
Días antes, el grupo islamista remarcó que aceptaba ese reciente plan sobre la mesa, debido a que contemplaba una vía para terminar con la guerra en curso. Una exigencia que Israel aún rechaza.
Según lo expuesto previamente por Biden, se trata de un plan de tres fases: la primera prevé un cese total de hostilidades por seis semanas y la retirada de las fuerzas israelíes de las zonas pobladas del territorio palestino.
Durante ese periodo de tiempo, se iniciarían negociaciones para lograr una segunda fase, a saber, el cese permanente de las hostilidades y el intercambio de rehenes israelíes por prisioneros palestinos.
El cese al fuego se extendería más allá de seis semanas si continúan dichas conversaciones.
La tercera fase sería el lanzamiento de un amplio plan de reconstrucción para la Franja de Gaza, sostuvo el líder de la Casa Blanca.
Pero en los últimos días el Gobierno de Netanyahu ha resaltado que su aliado divulgó la oferta de forma parcial e incompleta, por lo que insistió en que cualquier acuerdo debe incluir la continuidad de ataques hasta cumplir con su objetivo declarado de “erradicar” a Hamás.