El Gobierno hondureño aplicará una serie de medidas radicales destinadas a reducir el crimen organizado, incluida la construcción de una nueva megaprisión, juicios colectivos y la designación como terroristas de los miembros de las pandillas. El anuncio tiene lugar en medio de una creciente ola de violencia, sobre la que la CIDH advierte que ubica al país como “el más violento de Centroamérica y el segundo con la mayor tasa de homicidios en América Latina”,
La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, anunció el despliegue de las fuerzas de seguridad para “ejecutar urgentemente intervenciones en partes del país con la mayor incidencia de delitos de pandillas, como asesinatos por encargo, tráfico de drogas y armas de fuego, extorsión, secuestro y lavado de dinero”.
La mandataria afirmó el viernes que se trata de “acciones radicales del plan de solución contra el crimen”.
El plan fue anunciado por Castro en cadena nacional de radio y televisión el viernes 14 de junio, luego de una reunión con los miembros del Consejo de Seguridad, integrado por los tres poderes del Estado, la Fiscalía, las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional y la Policía Militar de Orden Público (PMOP).
El Gobierno que preside Castro puso en marcha en diciembre de 2022 un estado de excepción, parcial, para combatir la criminalidad, que es cuestionado por varios sectores que consideran que no ha rendido los frutos esperados, mientras que las autoridades de seguridad aseguran que sí ha contribuido a reducir los índices de violencia
Las nuevas medidas contemplan juicios masivos y la construcción de megaprisiones, al estilo de las implementadas por el presidente Nayib Bukele en el vecino El Salvador, acciones que han generado críticas de grupos de derechos humanos que alegan abusos, pero que han reducido las tasas de asesinatos en el país y le han ganado una amplia popularidad al mandatario salvadoreño.
El Gobierno indicó que una acción inmediata será la construcción de una prisión con capacidad para unas 20.000 personas en la zona escasamente poblada entre los departamentos orientales de Olancho y Gracias a Dios. Esto ampliaría enormemente la capacidad penitenciaria actual del país, que alberga a unos 20.000 reclusos en 25 prisiones en condiciones de hacinamiento.
El país más violento de Centroamérica
Honduras ha integrado junto con El Salvador y Guatemala el llamado Triángulo Norte centroamericano, considerada una de las zonas más violentas del mundo debido tanto al aumento del narcotráfico y la presencia de aliados de los carteles mexicanos, como a la debilidad de las instituciones estatales, según Naciones Unidas.
Aunque Honduras redujo su tasa de homicidios, continúa siendo el país “más inseguro” de Centroamérica, un flagelo que deja “graves consecuencias” en la población y que se ha exacerbado por la alta presencia de maras o pandillas, afirmó el pasado 15 de mayo la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
“Con respecto a la violencia, si bien se ha observado una disminución en la tasa de homicidios, Honduras continúa siendo el país más violento en Centroamérica y el segundo con la mayor tasa de homicidios en América Latina”, indicó la CIDH en su informe.
Reforma penal
Las autoridades también apuntaron que el Congreso hondureño debe reformar el código penal para que los narcotraficantes y miembros de bandas criminales que cometan delitos específicos, como los enumerados por Castro, sean designados como “terroristas” y enfrenten juicios colectivos.
Héctor Gustavo Sánchez, jefe de la Policía Nacional, explicó que se está distribuyendo una lista de “autores intelectuales, líderes y pandilleros” y que se ordenó la detención inmediata de ellos.
También se lanzarán operaciones para localizar y destruir plantaciones de marihuana y hoja de coca -ingrediente clave de la cocaína-, así como centros utilizados para procesar drogas ilegales.
Honduras declaró el estado de emergencia en diciembre de 2022, suspendiendo partes de la Constitución para poder tomar medidas enérgicas contra un aumento de la delincuencia que atribuía a las pandillas.