Francia, Italia y otros cinco países de la UE gastan en exceso. Pero no se les impone ahora un rígido ahorro. Por lo pronto, recibirán asesoría.
Los inspectores y consejeros de la Comisión Europea dejaron en paz durante cuatro años a los ministros de Finanzas de la Unión Europea (UE). Las reglas fiscales para los presupuestos nacionales y los estrictos límites de endeudamiento no se aplicaban desde 2020, debido a la crisis del COVID y la guerra emprendida por Rusia contra Ucrania.
Pero, a partir de este año, vuelven a regir las normas de un levemente modificado Pacto de Estabilidad y Crecimiento. El renovado pacto fiscal mantiene los límites del 3 por ciento del PIB para el déficit fiscal anual, y del 60 por ciento del PIB para la deuda total.
Los países demasiado endeudados
La Comisión Europea se propone emprender procedimientos contra el excesivo déficit de siete Estados, que contraen nuevas deudas superiores al 3 por ciento: Francia, Italia, Bélgica, Malta, Eslovaquia, Hungría y Polonia. Francia tiene actualmente un déficit del 5,5 por ciento, y una deuda total del 110 por ciento de su PIB. En Italia, el déficit se eleva al 4,5 por ciento, y el endeudamiento equivale al 140 del rendimiento de su economía.
El nivel promedio de endeudamiento en la eurozona se cifra en un 88 por ciento, muy por encima del 60 por ciento permitido. El de Alemania se cifra en un 63 por ciento, pero su déficit fiscal se mantiene por debajo del límite establecido. En general, el endeudamiento de todos los países de la UE, excepto Estonia, va bajando lentamente, tras haber alcanzado un máximo en el año 2020, en plena pandemia.
Valdis Dombrovskis, vicepresidente de la Comisión Europea, anunció que los siete países que se han excedido en sus deudas deberán presentar, hasta el 20 de septiembre, un programa para sanear sus finanzas. Además, la Comisión de Bruselas planteará sus propias recomendaciones para la consolidación de sus presupuestos.
El procedimiento formal contra el déficit deberá ser abierto por el Consejo de Ministros de la UE, en julio. El período concedido para regular las finanzas se extiende ahora por cuatro años. Antes de la reforma del Pacto de Estabilidad, la regla general era establecer objetivos anuales, que podían suponer duros programas de ahorro.
Paolo Gentiloni, Comisario de Economía de la UE, considera que la austeridad impuesta tras la crisis financiera de 2008 sería hoy una respuesta “terriblemente equivocada”. Más importantes resultan, a su juicio, las reformas estructurales y las inversiones en las áreas correctas.
Luz en el horizonte
Dombrowskis, por su parte, hizo notar que la apertura de procedimientos antideficitarios es una herramienta normal de la Comisión Europea. Y agregó que la recuperación económica comienza lentamente a cobrar impulso, lo cual ayudará a reducir las deudas.
Además, hay suficiente dinero disponible. Según la Comisión de Bruselas, los países de la UE sólo han recurrido al 38 por ciento del fondo común destinado a financiar inversiones, que fue creado para la recuperación tras la pandemia de COVID. Pero hay que agilizar la materialización de proyectos, ya que en 2026 caducará dicho fondo, el primero en la historia de la UE financiado con créditos contraídos en forma conjunta.
El único procedimiento antideficitario actual afecta a Rumania. El país, que tenía un elevado déficit presupuestario ya antes de la crisis del COVID, ha aplicado hasta ahora de forma insuficiente las recomendaciones de la UE.
A nivel mundial, el mayor nivel de endeudamiento relativo lo tiene Japón, con un 256 por ciento de su PIB. El de Estados Unidos se cifra en un 122 por ciento, y el de China, en un 87 por ciento.
Noruega, rico en materias primas, es uno de los pocos países del mundo que tiene desde hace años un superávit fiscal.
Por Bernd Riegert-DW