En el último año, Brasil ha sido devastado por varios desastres naturales, como las recientes inundaciones en Río Grande do Sul, que han dejado al menos 177 víctimas mortales, o la sequía sin precedentes en el estado de Amazonas, que el año pasado causó la muerte de decenas de delfines de agua dulce. Este 24 de junio, Mato Grosso do Sul decretó la “situación de emergencia” debido a los incendios forestales “fuera de control” en el Pantanal, el mayor humedal del mundo. ¿Qué está pasando allí y por qué nos debería preocupar?
Desde el inicio de junio, incendios forestales sin precedentes han destruido el 59% del Pantanal, el mayor humedal del planeta. Con una superficie de 138.183 kilómetros cuadrados, está ubicado entre los Estados de Mato Grosso do Sul (65%) y Mato Grosso (35%).
Debido a sus características, en el año 2000 esta región, una de las reservas naturales más exuberantes y diversas de la Tierra, fue reconocida por la Unesco como Reserva de la Biosfera.
Los humedales, lugares donde la tierra está cubierta por agua salada, dulce o salobre, cubren cerca del 6% de la superficie del planeta y brindan alimentos, agua potable y refugio a innumerables especies animales.
A pesar de su importancia, la mitad de los humedales ya han desaparecido.
Para hacer frente a esta ola de incendios inédita para esta época del año, el pasado 17 de junio el Gobierno estatal lanzó la Operación Pantanal 2024. Entre las medidas adoptadas está la prohibición del uso del fuego para limpieza y manejo en áreas del bioma hasta finales de este año.
Mientras tanto, más de 30 organizaciones y ONG han pedido ayuda internacional a través de una carta abierta. Los incendios del Pantanal van camino a convertirse en la peor tragedia medioambiental de la década y deberían preocuparnos por estas razones:
1. No es la primera vez, pero podría ser la peor
El Pantanal registró el mayor incendio del bioma en 2020, cuando se quemaron 4,5 millones de hectáreas y fallecieron 17 millones de animales. Varias especies intentaron en vano escapar del fuego, pero no lo consiguieron debido al tamaño de las llamas.
Incluso cuatro años después de aquellos incendios, los investigadores han constatado que este humedal no se ha recuperado por completo y que las poblaciones de especies todavía no han vuelto a su tamaño anterior. Por el contrario, unos 75 millones de animales vertebrados y 4.600 millones de invertebrados se vieron afectados directa o indirectamente.
Sin embargo, este año la situación es mucho más grave. Los incendios en el Pantanal podrían batir récords históricos, ya que la superficie quemada en lo que va de año mide casi el doble que la registrada en el mismo período de hace cuatro años.
Hasta el 20 de junio, el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe) había registrado 2.628 focos. Los focos en el Pantanal aumentaron un 1.818% de 2023 a 2024, según este organismo.
2. Es el bioma más castigado de Brasil (más que la selva amazónica)
Un estudio realizado por MapBiomas, una red de organizaciones de la sociedad civil, del mundo académico y empresarial, e instituciones estatales dedicada a generar mapas anuales de la cobertura y el uso del suelo, revela que el Pantanal es el bioma que más sufrió por los incendios en los últimos 40 años, proporcionalmente a su superficie. En esta región se quemaron nueve millones de hectáreas, lo que equivale al 59,2% de todo el bioma.
Este estudio revela, además, que en todo Brasil las llamas destruyeron 199 millones de hectáreas entre 1985 y 2023, es decir, casi una cuarta parte del territorio nacional. Más de dos tercios de la superficie afectada por incendios (68,4%) era de vegetación autóctona.
3. Es un ecosistema amenazado
El Pantanal alberga una diversidad única, que incluye 3.500 especies de plantas, 325 especies de peces, 53 especies de anfibios, 98 especies de reptiles, 656 especies de aves y 159 tipos de mamíferos.
Es el refugio de especies simbólicas, muchas de ellas amenazadas. Ostenta, por ejemplo, la mayor concentración de cocodrilos del mundo: unos 10 millones de caimanes. También cuenta con una de las densidades más altas de jaguares, el felino más grande de América, y el loro más grande del mundo, el guacamayo azul.
Además, este ecosistema actúa como regulador natural de inundaciones, porque absorbe y almacena agua durante los períodos de lluvia.
El Pantanal también funciona como depósito de agua dulce, con altitudes que alcanzan los 150 metros. Sus recursos hidrológicos son importantes para el abastecimiento de distintas ciudades, donde viven aproximadamente tres millones de personas, en Brasil, Bolivia y Paraguay.
4. Aumenta la superficie seca y disminuye la cantidad de agua
La superficie del agua en el Pantanal se ha ido reduciendo significativamente en las últimas décadas. Según la red colaborativa MapBiomas, a lo largo de 35 años esta región ha perdido el 29% de su humedad superficial, y como consecuencia se ha reducido la extensión de las inundaciones.
Desde finales del año pasado, el bajo volumen de lluvias puso a la región en alerta. La cuenca del río Paraguay enfrenta una sequía récord, según reconoció la Agencia Nacional de Agua y Saneamiento Básico en mayo. Como resultado, el bioma no pudo alcanzar su cuota ideal de inundación.
5. Temperaturas más altas de lo normal
Además de la sequía, la previsión de temperaturas superiores a lo normal en esta región hasta el mes de agosto puede aumentar el riesgo de que el fuego siga propagándose. Los incendios en este bioma suelen concentrarse entre agosto y octubre, con un pico en septiembre.
La alta cantidad de focos en el mes de junio es un fenómeno fuera de la curva. De hecho, 2024 comenzó de manera atípica. En enero, la región de la Serra do Amolar, un santuario de biodiversidad en el Pantanal, ya estaba expuesta al fuego.
Además, estos incendios tempranos han dificultado el trabajo de los equipos de combate contra el fuego, que todavía estaban en la fase de contratación del personal.
6. Récord latinoamericano
La explosión de incendios en el Pantanal ha otorgado a Brasil el liderazgo en el ranking del número de focos de incendios entre los países sudamericanos en junio de este año, según datos del Inpe.
7. El factor humano
Más del 95% de los incendios son provocados por la acción humana, ya sea intencionada o no.
“Puede ser el dueño rural que prende fuego para recuperar pastos, el ribereño que prende fuego para recolectar miel, la población que la utiliza para quemar basura y hacer fogatas. Hay varios usos del fuego que interfieren y provocan estos incendios”, explica Gustavo Figueiroa, biólogo de la ONG SOS Pantanal.
8. Una tragedia anunciada
Con la sequía extrema que afecta a la mayoría de los Estados del norte de Brasil y el aumento de los incendios en la Amazonia, varios expertos han alertado en los últimos meses sobre el riesgo de una temporada de incendios y sequía más severa para el Pantanal.
“Con la disminución de la evaporación del agua en la Amazonía, que lleva agua al Centro-Oeste de Brasil, y con la disminución de los bosques ribereños en el Cerrado, que es de donde nacen los ríos que bañan el Pantanal, el aumento de la sequía es inevitable. Varios factores combinados con la acción humana están reduciendo la capacidad del Pantanal, porque depende del agua que viene del exterior”, advirtió Gustavo Figueiroa el pasado mes de octubre.
9. El papel del cambio climático
El aumento de eventos climáticos extremos junto con la presencia del fenómeno de El Niño son la causa de este período seco más extremo y del aumento de los incendios en el Pantanal, según expertos en meteorología.
“Estamos en una situación de cambio climático, con muchas alteraciones en los ciclos y en el clima. En terrenos más secos, los efectos de El Niño traen impactos de caída de las precipitaciones y en el nivel de los ríos. Ya al principio de este año, constatamos y denunciamos que el Pantanal iba a vivir una situación compleja”, señala el especialista en conservación de WWF-Brasil, Osvaldo Barassi Gajardo.
Por Valeria Saccone-France24