La protesta de la Asamblea de Barrios por el Decrecimiento Turístico en la ciudad llamó la atención de medios internacionales por su agresividad.
Varios medios de comunicación a lo largo del mundo, incluyendo algunos de Alemania, Francia, Reino Unido y Estados Unidos, entre otros, hicieron eco de los ataques contra turistas que ocurrieron durante la protesta contra la masificación convocada en Barcelona, España, el pasado fin de semana y comenzaron a hablar de “turismofobia”.
La convocatoria fue impulsada por la Asamblea de Barrios por el Decrecimiento Turístico en Barcelona y, a pesar de solo haber congregado a 2800 personas, llamó la atención en el mundo por la agresividad que algunos manifestantes mostraron contra los turistas que se encontraban en el lugar.
Entre otras cosas, como indicó el medio Preferente, los turistas fueron insultados, algunos de ellos fueron rociados con pistolas de agua y otros incluso fueron “encerrados” luego de que los manifestantes precintaran hoteles y restaurantes en la ciudad donde el turismo representa un 15% del PIB.
La movilización se llevó a cabo bajo el lema “Decrecimiento turístico ya” e impulsó mensajes como “Tourism kills the city” (“El turismo mata a la ciudad”) y “Tourists go home” (Turistas vuelvan a casa), una situación que generó gran rechazo por parte de los empresarios del sector y de las diferentes fuerzas políticas.
En diálogo con el medio mencionado, el presidente de la Asociación Catalana de Agencias (ACAVE), Jordí Martí, lamentó: “Dimos una imagen deplorable incluso como sociedad”. “Hay que afrontar los problemas con más seriedad y menos populismo, y nunca dar una imagen así ya que no beneficia a nadie”, analizó.
Por su parte, el Gremio de Hoteles de Barcelona calificó como “inaceptables” los ataques al turismo y sus representantes consideran que se trata de “un grupo limitado de ciudadanos que visualiza una corriente de opinión particular de ciertos movimientos sociales”.
No obstante, luego de que se viralizaran las imágenes de los turistas siendo apuntados con pistolas de agua, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, reaccionó de forma favorable frente a la protesta y manifestó su “voluntad y compromiso de limitar la masificación turística y sus consecuencias en la ciudad”.
El sucesor de Ada Colau, quien incentivó la “turismofobia” durante sus ocho años de gestión, se comprometió en su momento a suprimir más de 10 mil pisos turísticos para volverlos de uso residencial y prometió aumentar el recargo del impuesto turístico a cuatro euros por noche.
Desde la política, el presidente del grupo municipal del Partido Popular, Daniel Sirera, ha acusado a Collboni de fomentar el rechazo a los turistas y le pidió que inicie una campaña para revalorizar los beneficios de dicha actividad. Además, le indicó que no puede permitir que se dañe la imagen de la ciudad “por entidades afines a la izquierda más radical que lo único que fomentan es el empobrecimiento de la ciudad”.
En este sentido, el dirigente político calificó al alcalde de Barcelona como “el colaborador necesario de las políticas turismofóbicas de Colau” y señaló que dichas prácticas “han llevado a que el turismo sea mal visto por parte de los barceloneses, cuando es el gran generador de empleo y riqueza de la ciudad”.
Desde Vox, el presidente del Grupo municipal, Gonzalo de Oro, calificó la situación como “inadmisible” y como representante del espacio, exigió: “Reclamamos al alcalde Collboni que la Guardia Urbana identifique a los autores y sancionen este tipo de conductas incívicas y radicales que fomentan la turismofobia en Barcelona”.