Amelie Oudéa-Castéra, de Deportes, se zambulló en el río parisino después de que un informe señalara que la calidad del agua cumple con los estándares exigidos
La ministra de Deportes de Francia, Amelie Oudéa-Castéra, se zambulló este sábado en el Sena, en un hecho que las autoridades francesas esperan que demuestre que el río de la capital está lo suficientemente limpio para albergar pruebas de natación en los Juegos Olímpicos que comienzan en dos semanas.
Acompañada por uno de los abanderados del equipo paralímpico francés, el paratriatleta Alexis Hanquinquant, la ministra, equipada con un traje y un gorro de baño, se tiró a las aguas del Sena a la altura del puente de los Inválidos, cerca de donde está previsto la disputa de las pruebas olímpicas de natación en aguas abiertas y el triatlón.
“¡Promesa cumplida! Con @AHanquinquant, nuestro campeón paralímpico de triatlón, que celebró su papel de abanderado en París 2024!”, escribió la ministra en su cuenta de X, junto a un video y dos fotos del evento.
Oudéa-Castéra se adelantó así a la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, quien tiene programado zambullirse en el Sena el 17 de julio si la calidad del agua lo permite para conmemorar la llegada de los Juegos a París y demostrar la idoneidad del curso de agua para las pruebas de natación.
Luego de varios resultados negativos sobre la calidad del agua del Sena, como consecuencia de una primavera y un inicio de verano anormalmente lluvioso y poco soleado, las autoridades locales anunciaron el viernes que los parámetros entraron dentro de los límites autorizados para la competición.
Los malos resultados de la calidad del agua y el alto caudal del río provocaron diferentes aplazamientos de los ensayos de la ceremonia de apertura de los Juegos, prevista para el 26 de julio con un desfile por el Sena.
La calidad del agua cumplió con los estándares exigidos “once días, o diez días” de los últimos doce, indicó este viernes a Radio Francia Internacional (RFI) el vicealcalde responsable de los Juegos Olímpicos y el Sena, Pierre Rabadan.
Según el programa anunciado, el Sena debe acoger la ceremonia de apertura de los Juegos el 26 de julio, y después las pruebas de triatlón (30 y 31 de julio, 5 de agosto), natación en aguas abiertas (8 y 9 de agosto) y por último de paratriatlón, el 1 y 2 de septiembre.
“Esperamos que el tiempo sea un poco mejor, pero no estamos para nada inquietos en cuanto a la posible celebración de las competiciones, que se harán”, abundó Rabadan, matizando, sin dar más detalles, que “si es necesario habrá ajustes”.
Como cada semana desde inicios de junio, el ayuntamiento y la prefectura publican el viernes los resultados de los análisis de la calidad del agua del Sena en los últimos días.
La semana pasada, y según indicaron las dos instituciones, el Sena tuvo por primera vez sus indicadores aptos para el baño varios días seguidos a finales de junio.
Las autoridades están preocupadas de que haya precipitaciones intensas en los próximos días. En París, las aguas pluviales y residuales pasan por la misma red, diseñada en el siglo XIX y, cuando se registran precipitaciones excepcionales, las alcantarillas se desbordan. Para remediar esto, se modernizaron río arriba dos depuradoras, y a principios de año entró en funcionamiento una nueva planta de tratamiento de aguas pluviales.
Igualmente se inauguró en mayo un gigantesco tanque para recoger agua de lluvia en Austerlitz, junto al centro de París, capaz de contener 50.000 m3 de agua, el equivalente de 20 piscinas olímpicas.
El plan B sería postergar la fecha de las pruebas, y en última instancia desplazar la prueba de natación en aguas abiertas a Vaires sur Marne, al este de París.
Las autoridades francesas gastaron unos 1400 millones de dólares en sanear el río, donde los parisinos tienen prohibido bañarse desde hace un siglo a causa de la navegación fluvial y la contaminación.