El gobernador Alberto Weretilneck fue el primero en adherir al RIGI y busca asegurarse la inversión para el Gas Natural Licuado en su provincia. Kicillof insiste en que Bahía Blanca es la mejor opción y prometen un régimen de inversiones propio.
La puja entre las provincias de Buenos Aires y Río Negro por la instalación de una planta de Gas Natural Licuado (GNL) sumó un nuevo capítulo en las últimas horas. Ambas regiones sostienen que son “la mejor opción” mientras apuran estratégicas financieras para convencer a YPF y Petronas (Malasia) de elegirlos como destinatarios de una histórica inversión calculada entre 30 mil y 40 mil millones de dólares.
El caso es que la disputa no se da solo en el plano económico: hay un trasfondo político ya que uno de los postulantes es el bonaerense Axel Kicillof, plantado como férreo opositor al presidente Javier Milei. Incluso el jefe de Estado cuestionó al gobernador días atrás por no adherir al Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones y deslizó que la planta de GNL se haría en Río Negro.
Y mientras Kicillof se para en la vereda de enfrente de Milei y el Gobierno, su par rionegrino, Alberto Weretilneck, se enfoca en “hacer todos los deberes”, como señalaron en su entorno a TN. No solo adhirieron con mucha velocidad al RIGI -los primeros en el país- sino que además sostienen un diálogo abierto con Nación.
Pero en las últimas horas, el mandatario sureño fue por más: aseguró que el puerto que se construirá en Punta Colorada para albergar la inversión, será completamente privado. “Río Negro va a discutir con la industria del gas y del petróleo un modelo portuario privado. No queremos consorcio en la administración de los puertos, no queremos gremios, municipios ni cámaras empresariales. El puerto forma parte del complejo de costos de la industria del gas”, anticipó este martes en el canal de streaming Neura.
El caso es que en el gobierno rionegrino prepararon un paquete de medidas para atraer inversiones: exención de Ingresos Brutos y sellos por 10 años; la sesión gratuita de todas las tierras que YPF necesite; una zona franca de 650 hectáreas; la adhesión al RIGI de la provincia y de los municipios involucrados. Además, están dispuestos a sancionar una ley que “garantice el cumplimiento de las pautas”, sin importar el color político de turno. “Esto da muchas ventajas desde el financiamiento”, confían en el Ejecutivo.
En paralelo, la Provincia está discutiendo con Pan American Energy (PAE) la instalación de otro barco de licuefacción. “Estamos trabajando y posicionándonos”, señalan al tiempo que apuntan que se trata de un trabajo conjunto con el resto de la industria hidrocarburífera.
Pero a la vez, Buenos Aires tiene sus propias credenciales. Bahía Blanca tiene uno de los puertos más importantes del país y Latinoamérica. Esa es su principal fortaleza. Ya está la infraestructura en marcha. “El puerto tiene más de 30 años de tradición, con una mayoría privada y un directorio que lo deja trabajar y ser líder a nivel nacional y latinoamericano, opera más de mil buques por año, y tiene un servicio de tráfico marítimo que permite operar con seguridad y tranquilidad”, explicó el intendente Federico Susbielles en conferencia de prensa.
“Es un puerto que mueve 30 millones de toneladas al año, con servicios especializados en todos los ámbitos y una trayectoria larguísima en materia de energía”, agregó el jefe comunal. En la misma línea, añadió: “Tenemos una zona industrial petroquímica instalada que es la más importante de Argentina y la quinta a nivel latinoamericano. Tenemos universidades, un Plan Rector con el cual nos preparamos y licencia social y ambiental vigente. Bahía es la mejor opción para el país”. Y remarcó: “El Puerto de Bahía Blanca está preparado para exportar mañana, lo cual significan dólares para el país”.
En otro tramo de su alocución, se plantó ante la oferta rionegrina y chicaneó: “Es inmensa la diferencia, porque en Bahía Blanca hay un puerto y Punta Colorada es un render, es un proyecto de puerto”. Y sumó: “Bahía tiene la energía, oleoductos, poliductos, gasoductos. Tiene muelles preparados poder operar en la actualidad, tiene experiencia en la materia, recursos técnicos calificados que están formados que han en estos quince años han operado más de 300 buques y más de 15 millones de toneladas”.
Pero también Kicillof tiene pendiente la sanción de un RIGI propio, que pese a que fue anunciado por el gobernador días atrás, todavía no ingresó a la Legislatura. Se trata de un intento por no perder la multimillonaria inversión sin torcer el brazo en una discusión política pública.
“Kicillof defiende a las pymes bonaerenses y las quiere poner en competitividad con cualquier inversión que pueda venir del extranjero, por eso no se adhiere al RIGI nacional”, explicó a TN el presidente de la Cámara de Diputados bonaerense, Alejandro Dichiara. Y aclaró: “En el caso de hacer alguna excepción, como puede ser este caso de GNL, está pensado el proyecto de RIGI propio, que en los próximos días entrará a la Legislatura y será ley”.
Es una iniciativa que está preparando el ministro de Producción, Augusto Costa, y aseguran estará listo en breve. De momento, ningún diputado provincial accedió al texto del proyecto. “Allí pretendemos englobar requisitos que necesitan las compañías para llevar adelante el proyecto en Bahía Blanca: incluye la estabilidad tributaria por un periodo similar al que ofrece el régimen nacional y propone mejoras en el régimen tributario para grandes inversiones”, explicó Kicillof días atrás.
Por Sebastian Simonetti-TN