Misiones Para Todos

Sus huellas dactilares y las cámaras de seguridad, pruebas clave contra el policía acusado del asesinato en Posadas del chofer de Uber

Las distintas cámaras de seguridad de la ciudad le permitieron a la Policía de Misiones esclarecer el asesinato del chófer de Uber en menos de 96 horas. Un efectivo de la fuerza quedó detenido como único y principal sospechoso, con un cúmulo de pruebas en su contra.

El detenido es un policía de 26 años, con prestación de servicios en la comisaría Segunda de esta capital. Aún queda determinar el móvil del crimen, pero todo apunta a que se trataría de un robo seguido de muerte, lo que para el código penal implica una pena de prisión perpetua.

El ahora expolicía cometió errores desde el punto 0, es decir desde el momento en que decidió faltar a su juramento como funcionario público y torcer su destino. Otro efectivo de la fuerza de seguridad provincial que elige el camino de la delincuencia, pero su estadía como uniformado claramente llegó a su fin, como así también su libertad.

Efectivamente, minutos después de las 15 horas del pasado lunes, Jorge Daniel Acuña (52) visitó a un mecánico conocido cuyo taller esta ubicado sobre avenida Lavalle casi calle Carlos Pellegrini, como le había comentado a su familia antes de salir de su vivienda en el barrio Santa Helena de Garupá.

El automóvil fue abandonado sobre calle Pedro Correa.

Según las cámaras de seguridad analizadas por los investigadores policiales, cerca de las 16, un Renault Kwid estacionó sobre calle Pedro Correa – frente al cementerio La Piedad – y del vehículo descendió el policía. Cruzó la avenida Almirante Brown y esperó la llegada del Fiat Siena Blanco conducido por Acuña. Se subió en el asiento trasero y emprendieron viaje.

Con el análisis del celular del sospechoso se podrá determinar si solicitó los servicios de la víctima a través de la aplicación de Uber o bien se podría plantear otra línea investigativa con relación al móvil del crimen.

Avanzaron por la Almirante Brown, tomaron la avenida San Martín que luego conecta con la ex ruta 213 o Alicia Moreau de Justo, para por fin llegar hasta la zona del bypass, a las afueras de Posadas, donde el teléfono de Acuña marca la última señal.

Aproximadamente a las 17:20 horas, el Fiat Siena Blanco fue estacionado en la misma zona donde el efectivo había dejado su automóvil, frente al cementerio de la ciudad. Solamente fue el quien descendió del auto, sin antes intentar entorpecer la búsqueda. Quitó las chapas patentes y las guardó en el baúl. También se llevó toda la documentación.

Las pruebas de luminol confirmaron la presencia de sangre en ambos asientos delanteros.

La Dirección de Homicidio halló el automóvil que alquilaba Acuña recién el miércoles. La División Criminalística realizó las pericias pertinentes y hallaron un bala deformada y rastros de sangre en el asiento del conductor y en el del acompañante.

Con estas pruebas se cree que Acuña fue asesinado a traición, de al menos dos balazos, y su cuerpo cayó hacía el asiento derecho del Fiat Siena Blanco, aunque eso se esclarecerá con la autopsia que le practican al cadáver este domingo.

Un crimen nada perfecto

Las cámaras de seguridad de las inmediaciones al cementerio La Piedad lo captaron junto al Fiat Siena Blanco que Acuña utilizaba para trabajar como conductor de Uber, el mismo le alquilaba a un hombre de nacionalidad colombiana.

Se pudo reconstruir además que el sospechoso manejaba un Renault Kwid de color dorado, el cual lo había dejado estacionado en el mismo lugar donde luego abandonaría el Fiat Siena, del cual se lo ve descender alrededor de las 17:20 horas del pasado lunes.

El automóvil que conducía el sospechoso.

Partiendo desde el color del vehículo, el Kwid no podía pasar desapercibido, debido a que tenía marcas de un accidente en la parte delantera del rodado. El Renault era propiedad de su pareja, quien también sería parte de la Policía de Misiones, con funciones en la División Científica.

Eso no es todo. La principal prueba que recae sobre el expolicía son sus huellas dactilares, las mismas quedaron marcadas en las patentes del Fiat Siena, las cuales había tratado de ocultar en el baúl del mismo vehículo.

Todo ello sin contar que aún restan las pruebas de balística y las pericias al teléfono celular del agente policial.

Fuente: MOL