La cantidad de ejemplares en el Gran Chaco es tan baja que una sola pérdida significa una retracción del 15% de su población total en la región. Especialistas marcaron la necesidad de reforzar el accionar de la Justicia y de concientizar para lograr medidas preventivas
La caza ilegal de un yaguareté en Formosa encendió las alarmas en las múltiples iniciativas que se dedican a preservar a un animal que no sólo es icónico en el país y la región sino que también se encuentra en peligro crítico de extinción. Aseguran que una sola muerte significa una gran retracción en términos de trabajo y que se debe poner especial atención en el acompañamiento, tanto de los animales como de la gente, para que no se den matanzas de este tipo, más allá de aplicar sanciones correspondientes, para poder actuar de manera preventiva.
El yaguareté está prácticamente extinto en la región chaqueña. Según detalló a TN el director de conservación de Rewilding Argentina, Sebastián Di Martino, en esa zona habitan apenas siete ejemplares, todos machos.
“Desde 1990 no se registran hembras en la región chaqueña de Argentina, por lo que tampoco se registran cachorros. Estos machos que aparecen, se supone que llegan desde Paraguay o las selvas de Salta y Jujuy”, añadió.
Una muerte, en este contexto, no da lo mismo. Di Martino manifestó: “Es terrible porque es una proporción enorme de la población. Que se pierda uno es perder el 15% de la población de yaguaretés de la región chaqueña de un solo tiro y no le damos posibilidades a la población para que se recupere”.
La Dirección Nacional de Conservación de la Administración Nacional de Parques Nacionales, que preside Cristian Larsen, calculó el daño monetario por el yaguareté asesinado y estima pérdidas por más de 1.700 millones de pesos. En un comunicado, señalaron que “la multa económica es un aporte simbólico para dar una pequeña dimensión de un daño que es irreparable”.
Planes de conservación sin éxito
El director ejecutivo de la Fundación Red Yaguareté, Nicolás Lodeiro Ocampo, remarcó que existe el Plan Nacional de Conservación del Yaguareté desde 2017 pero que todavía “no se desarrolló ninguna medida seria, de eficacia comprobada y sostenida en el tiempo”.
“Esta nueva muerte evidencia la falla de las políticas de conservación que se vienen desplegando desde hace muchos años”, expresó en diálogo con TN, para sumar que las medidas por las que reclama no abordan un conflicto histórico entre los yaguaretés y los productores ganaderos “para dar el paso crucial para la convivencia entre ambos, a pesar de que existen ejemplos de más de una década de aplicación exitosa por parte de nuestra red en diversas zonas de Misiones”.
En paralelo al plan nacional, se implementó un Plan de Emergencia para la Conservación del Yaguareté en el Gran Chaco Argentino, también en 2017, aunque Lodeiro Ocampo afirmó que ya se venció su aplicación y que nunca se renovó.
El refuerzo, según el director de Red Yaguareté, debe posarse sobre el control y fiscalización de la caza: “Es una actividad que se practica casi libremente en la región y es la que nos va extinguiendo a la especie, porque se matan yaguaretés como represalia por sus depredaciones al ganado pero, también, por diversión o preventivamente, por temor. Esta falta de atención ha privado a Santiago del Estero de este animal, ya que desde el 2013 no hay registros documentados confirmados de la especie allí”.
Lodeiro Ocampo expuso que desde la fundación documentaron y judicializaron 70 casos en los últimos 20 años pero que nadie fue preso: “Esto se debe a la falta de interés de fiscales, jueces y abogados de los organismos de control, tanto provinciales como nacionales”.
Concientización
Generar la reinserción de cada ejemplar en estas regiones conlleva un alto costo, tanto en dinero como en esfuerzo de trabajadores, explicaron desde Rewilding. “Que se pierdan tan fácilmente es bastante desalentador”, dijo Di Martino.
Justamente, este año liberaron una hembra de más de tres años en El Impenetrable chaqueño que les llevó cuatro años y medio de trabajo, contemplando la reunión de sus padres (un macho silvestre con una hembra en cautiverio) para la reproducción. Los costos totales para llevar adelante el proyecto rondan el millón de dólares.
Para el referente, una de las variantes para frenar estas prácticas gira en torno a la concientización, más allá de pedir que la Justicia actúe, porque la idea es lograr acciones preventivas y no reclamar luego de hechos consumados. Y la importancia recae en el acompañamiento a los “escasos yaguaretés que viven en la región y a la gente a la cual estos animales visitan”.
“Considerando que el yaguareté es un monumento natural nacional y que, además, es monumento natural en la mayoría de las provincias en las que habita, tendría que haber un acompañamiento de estos ejemplares y la gente en el territorio”, detalló Di Martino.
El especialista, poniendo como ejemplo los conflictos en los campos, explicó que “si uno va y conversa con la gente, explica y acompaña, pueden entender los beneficios y la importancia de la conservación del yaguareté, y también las consecuencias de matarlos”.
Di Martino agregó que además de la primera liberación de una hembra que concretaron este año en El Impenetrable, se sumará otra “en poco tiempo, para que se empiece a verificar la reproducción”.
En tanto, Lodeiro Ocampo señaló: “O cambiamos ahora y reaccionamos combatiendo la caza, abordando la convivencia con la ganadería y castigando de acuerdo a las leyes que ya existen, o el panorama es sombrío”.
Por Tomás Barrandeguy-TN