El pueblo de Timor Oriental dio este lunes una calurosa bienvenida al Papa Francisco, que llegó al país del sudeste asiático para alentar su recuperación y celebrar su desarrollo tras dos décadas de libertad del dominio indonesio.
Los timorenses abarrotaron la ruta de la caravana de Francisco hacia la ciudad desde el aeropuerto. Ondearon banderas del Vaticano y de Timor Oriental y sostenían paraguas amarillos y blancos, los colores de la Santa Sede, para protegerse de un abrasador sol del mediodía.
Timor es uno de los países más católicos del mundo con casi un 95% de la población creyente. Una fe que aparentemente no ha sufrido a pesar del oprobio de las violaciones a menores, abusos cometidos, entre otros, por uno de los héroes de la independencia de Indonesia, Carlos Ximenes Belo, obispo y premio Nobel de la paz en 1996. Francisco ha combatido ampliamente estos crímenes en su pontificado.
Francisco demostró disfrutar del recibimiento
En un momento dado, su coche descapotable redujo la velocidad lo suficiente para que pudiera bendecir a un bebé que le presentaron en medio de la multitud.
Los guardias timorenses que se encontraban a lo largo de la ruta de la caravana no eran rival para la multitud de personas, muchas de ellas vestidas con camisetas con el rostro del Papa.
Francisco, de 87 años, parecía disfrutar del recibimiento, sonriendo ampliamente desde el automóvil y saludando mientras dejaba atrás una valla publicitaria tras otra con su imagen y palabras de bienvenida.
Francisco llegó a Dili desde Papúa Nueva Guinea para abrir la tercera etapa de su viaje por el sudeste asiático y Oceanía. El presidente José Ramos-Horta y el primer ministro Xanana Gusmao, dos de los héroes de la independencia de Timor Oriental más reverenciados, recibieron a Francisco en el aeropuerto y se reunieron con él en privado.
Timor Oriental emergió como país independiente en 2002, pero aún arrastra el trauma y las cicatrices de una violenta ocupación de Indonesia que dejó hasta 200.000 muertos, casi una cuarta parte de la población.
Por Euronews