¿Hacia una nueva Conquista del “Desierto”?
Quien escribe estas líneas habita un barrio bastante modesto, ubicado en la periferia de la capital bonaerense. Tal circunstancia no da chapa de nada. Pero brinda algunos indicios no mediáticos dignos de tomarse en cuenta: Así como en diciembre uno se cruzaba con vecinxs eufóricxs y otxs bastante abatidxs, buena parte de lxs primerxs hoy advierte que al fin y al cabo “la casta” eran ellxs, y reconoce abiertamente haber desatinado al votar por el oficialismo, aunque manifiesta una gran desazón ante la falta de alternativas a futuro.
Se trata pues de una ínfima muestra de un fenómeno mucho más abarcativo, puesto que la imagen del presidente Javier Gerardo Milei sigue en caída casi constante, mes a mes. Del 56 por ciento que consiguió en el balotaje, perdió 12 puntos y ahora sólo opina bien del líder de La Libertad Avanza el 44 por ciento. Pero lo más alarmante para él es que treparon fuertemente las opiniones negativas, hasta el 55 por ciento. O sea, más de la mitad de la población opina mal o muy mal del mandatario. Sin embargo, el punto a favor de Milei es que casi la mitad de los argentinos cree que las cosas van a mejorar, tanto en el país como en su economía personal y familiar. Hoy por hoy dicen que no llegan a fin de mes, afirman que redujeron el consumo fuertemente, pero que tal vez sea un sacrificio que en algún momento se revierta. Pese a que, ya en el noveno mes de su mandato, la inflación ha vuelto a subir, las ventas cayeron un 10%, y son mayoría quienes creen que el gobierno va en dirección incorrecta.
Qué catástrofe hubo de ocurrir para que un país del que el mundo espera muy otro devenir atraviese las penurias que padecemos hoy…
A lxs nacidxs a mediados de los 50s, durante más de 17 años nos tocó en suerte experimentar una escalada ininterrumpida de resistencias a todo nivel, producto de la sostenida proscripción política y electoral de las grandes mayorías nacionales. Es cierto que el mundo era muy otro, y que la dimensión de la crisis civilizatoria no era la actual. Nos formó, por ende, un contexto que, tanto desde las transgresiones snobistas del Instituto Di Tella como desde los subversivos aires tricontinentales de la Revolución, propició que nuestro viaje de ida existencial fraguara con un sólido amalgama colectivo que invitaba a no quedarse en casa y salir a luchar por causas nobles.
La transición entre aquel capitalismo productivo y este otro financiero, y fundamentalmente una Revolución Tecnológica que tanto facilitaría un montón de actividades como potenciaría al máximo la individuación de las personas, hizo el resto. Para ilustrarlo con un ejemplo sencillo, extraído de nuestros hábitos y costumbres cotidianos, acaso alcance con reparar en que, así como la profusión de series – tan en boga – retiene al espectador frente a un plasma en la soledad de su living, el cine exhibido en una sala oportunamente cumplió un rol sumamente socializador, y hoy asistimos al lento, pero aparentemente inexorable desmantelamiento de tales espacios de encuentro. Ni qué hablar de las consecuencias sico sociales que han causado el teletrabajo o el aprendizaje on line.
El presente, en consecuencia, tiende a privilegiar la plena realización de cada uno de espalda a la de lxs demás, y en un escenario que invierte el sentido de la célebre frase con que Héctor Germán Oesterheld explicaba la gesta de El Eternauta (“el único héroe válido es el héroe colectivo, nunca el héroe individual”), encuentran su inmejorable caldo de cultivo los libertarianos. Por ahora…
Así, en el árido contexto descripto se produce la aparente paradoja etaria de que gran parte de la ferocidad represiva que ejerce el gobierno de Mileise descargue sobre lxs trabajadorxs pasivxs, que ya lo han dado todo durante más de la mitad de sus vidas.
Y si decimos “aparente” es porque la razón de fondo de semejante ensañamiento remite a su “improductividad”, noción derivada del paradigma de la Modernidad, regido por una expectativa de productividad y desarrollo ilimitado en un planeta que tiene límites, algunos de los cuales ya van apareciendo con todo su dramatismo.
Justamente de esto nos hablan los alarmantes índices de pobreza e indigencia que se registran en las dos franjas generacionales extremas, la niñez y la vejez.
Ya que el gran dogma capitalista sostiene que “tiempo es dinero”, su inhumana lógica conduce a desatender a la masa social que – aún o ya – no lo genera.
Entonces, como a todas luces la única política oficial exitosa consiste en aplicar la Ley del Garrote, hace falta una batería de argumentos capaces de justificarla. Pero su estrategia “contrainsurgente” es tan inconsistente, que pretende desempolvar iniciativas como una carta explosiva dirigida a la Sociedad Rural Argentina, que – aunque consigan engatusar a algún/a que otrx desprevenidx – son propias de un mundo que quedó atrás.
Sin embargo, el ajustazo económico en curso, proclamado por el gobierno como “el más grande de la Historia”, pide a gritos una prédica intimidatoria – a veces manifiesta y a veces tácita – capaz de desplegar una batería de recursos como la foto que acompaña esta nota, publicada recientemente en sus redes por la Vicepresidenta de la Nación (referente de un posible Plan B que, incluyendo a Macri, se propondría suceder a esta gestión constituyéndose como una derecha más “racional” y dialoguista, una vez que Milei le haya allanado el terreno haciendo el “trabajo sucio”), a cuya intencionalidad el filósofo Diego Sztulwark dedicó una nutrida enumeración de interrogantes absolutamente justificados e inquietantes, dado que la misma propone múltiples interpretaciones, aunque la más obvia e ineludible estriba en mostrar a una apologista de la dictadura oligárquico militar genocida flanqueada por elementos armados que no permiten inferir si pertenecen a alguna fuerza de seguridad o se trata lisa y llanamente de irregulares listos para defender el saqueo de nuestros bienes comunes (léase RIGI), lo que inequívocamente se convierte en advertencia para quien ose levantar cabeza contra este régimen autocrático rubricado por los votos de una sociedad harta de bancarse políticxs veganxs (parafraseando las delirantes “sospechas” antisubversivas esgrimidas por nuestra grotesca Ministra de Seguridad, que también pretendió haber capturado al lugarteniente en la RAM del líder mapuche Facundo Jones Huala, quien resultó ser un joven comunero que se presentó ante la Justicia por propia voluntad)
Haciendo causa común con aquel patriciado local que en el Siglo XIX denominó “anarquía” a la rebelión de la Argentina Profunda, y edificó la “organización nacional” sobre la sangre del malón originario y la montonera federal, con más prisa que pausa, La Libertad Avanza despliega sus veleidades re fundacionales ante las narices de un pueblo desconcertado que aún no atina a “barajar y dar de nuevo”.
El panorama descripto se completa con un debate en redes sociales entre un presidente que encarna el programa de destrucción nacional en curso – a nuestro entender, inviable en el largo plazo – y una ex presidente representativa de un progresismo impotente, intercambio que Alejandro Horowicz analiza expresando que “el silencio del otro (pueblo) es reemplazado por discursos que le son ajenos”.
Lo cierto es que, de momento, el terror resultante del cóctel hambre + represión ha dejado significativas secuelas, advertibles en la escasa potencia de las movilizaciones casi testimoniales que se vienen sucediendo desde el 12 de junio último, como las que acaban de realizarse contra el veto a la movilidad jubilatoria (finalmente aprobado por una partidocracia venal y rentística), o en defensa del financiamiento a las universidades nacionales (también amenazado con veto), ambas innecesariamente gaseadas al solo efecto de mantener el disciplinamiento social.
Quedará a cargo del lector o lectora dilucidar hasta cuándo podrá El Palacio mantener su tranquilidad desoyendo a La Calle.
En tanto, parece improbable que un pueblo luchador y memorioso como el nuestro olvide las abundantes lecciones del pasado. Y el mes en que despunta la primavera es pródigo en refrescar acontecimientos que dan cuenta de quién es el antagonista histórico que tenemos delante, y hasta dónde es capaz de llevar su odio de clase. Precisamente el 16 de septiembre de 1955, la restauración oligárquica abortó la experiencia más virtuosa de conquista de derechos políticos y sociales que se haya vivido hasta el presente; en la misma fecha de 1974, el ex vice Gobernador de Córdoba, Atilio López – dirigente sindical de la UTA y protagonista del Cordobazo -, fue secuestrado por la organización paramilitar Triple A, y su cuerpo acribillado apareció en cercanías de Capilla del Señor, en la provincia de Buenos Aires; y exactamente dos años después, los genocidas de 1976 procuraron escarmentar al movimiento estudiantil secuestrando a varixs dirigentes secundarixs de lxs cuales buena parte no aparecería jamás, en lo que se dio en llamar la Noche de los Lápices. De estos tres hechos, coincidentes en el calendario a lo largo de más de dos décadas, puede deducirse que los dueños del país tienen meridianamente en claro quiénes son sus enemigos, y exhiben con didáctica coherencia su voluntad de aplastarlos.
Como no podría ser de otro modo, la encrucijada que atravesamos se advierte con creciente preocupación en distintos espacios del campo popular que vienen tomando providencias al respecto, lo cual puede verificarse tanto en las recientes elecciones estudiantiles de la UBA que en varios establecimientos ganaron los sectores más dinámicos del peronismo; como en la clase magistral y entrega de doctorado Honoris Causa a Cristina Fernández de Kirchner en la Universidad Nacional del Oeste, adonde sintomáticamente pudo verse al gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kiciloff junto a Wado De Pedro; en la convocatoria al Plenario de la Coordinadora Sindical Clasista que sesiona en estas horas en la Facultad de Ciencias Sociales de la mencionada casa de estudios, o en la reunión a celebrarse el próximo 20 de septiembre en Roma entre el papa Francisco y representantes de movimientos populares de todo el mundo – a la que asistirá Juan Grabois -, para conmemorar el décimo aniversario del primer Encuentro Mundial de Movimientos Populares, iniciativa promovida por el pontífice argentino desde los inicios de su papado, y plataforma clave para el diálogo entre organizaciones sociales y la Iglesia.
De modo que, parafraseando lo que alguna vez escribiera desde la cárcel el poeta revolucionario turco Nazim Hikmet a su esposa, amada y Patria a la vez, “nos pasa lo que hoy pasa en nuestro mundo”.
Sin ir más lejos, en un artículo conjunto publicado por el Financial Times, el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), William Burns, y el jefe de la agencia británica de inteligencia MI6, Richard Moore, declararon que “No hay duda de que el orden mundial internacional – el sistema equilibrado que ha conducido a una paz y estabilidad relativas y ha proporcionado niveles de vida, oportunidades y prosperidad crecientes – está amenazado como no se había visto desde la Guerra Fría”.
Como puede apreciarse, para la CIA y el MI6 “el ascenso de China es el principal reto geopolítico y de inteligencia del siglo XXI”. Ambas agencias ya han reorganizado sus procesos para “reflejar esa prioridad”.
Además, Burns y Moore acusaron a Moscú de emprender una “temeraria campaña de sabotaje en toda Europa”, así como de difundir “mentiras y desinformación destinadas a abrir brechas entre nosotros”.
Previamente, el presidente ruso, Vladímir Putin, sostuvo que Moscú está dispuesto a desarrollar un sistema de seguridad igualitario e indivisible en el mundo en colaboración con sus socios extranjeros. “Apreciamos y apoyamos dicho interés, valoramos nuestros lazos de asociación y estamos dispuestos a desarrollarlos y a trabajar juntos para crear una seguridad equitativa e indivisible y construir un mundo nuevo, más justo y multipolar”.
Sin extenderle un cheque en blanco a nadie, parecería ser que, hasta que el campo popular consiga articularse en torno a un proyecto emancipador y vuelva a poner de manifiesto su proverbial capacidad de lucha, para lxs argentinxs las noticias más alentadoras provendrán del ámbito internacional y no tanto del propio terruño. –
Por Jorge Falcone- La Gomera de David