Historia de vida y militancia de uno de los sobrevivientes de los fusilamientos de José León Suárez, el 9 de junio de 1956, un hecho cobarde y atroz que un tiempo después Rodolfo Walsh investigaría, con precisión quirúrgica, para publicar Operación masacre, un texto icónico del periodismo argentino.
Julio Tomás Troxler nació el 19 de noviembre de 1926 en Florida, Vicente López, provincia de Buenos Aires. A los 18 años ingresó a la escuela de policía bonaerense “Juan Vucetich”. En 1955, se retiró de la fuerza con el grado de Oficial Inspector.
Se sumó a la Resistencia Peronista. El 9 de junio de 1956 fue actor de un hecho memorable, al escapar con vida de los fusilamientos en el basural de José León Suárez, ordenados por la dictadura apátrida de Rojas y Aramburu.
En diferentes acciones, que fueron del 9 al 12 del mes antes citado, entre civiles y militares peronistas asesinaron a 31 personas. El diario oligárquico “La Nación” con fecha 11 de junio dio a conocer una editorial –o sea la posición oficial del matutino- bajo el título de “La Libertad ha ganado la partida”. ¿La libertad de fusilar impunemente?
Son interesantes y de rigurosa actualidad las reflexiones que hizo públicas Troxler en relación a esa matanza. Se preguntó: ‘¿Qué significaba ser peronista? ¿Qué significaba ese odio, por qué nos mataban así? Tardamos mucho en comprenderlo, en darnos cuenta de que el Peronismo era algo más permanente que un gobierno que puede ser derrotado, que un partido que puede ser proscripto. El Peronismo era una clase, era la clase trabajadora que no puede ser destruida, el eje de un movimiento de liberación que no puede ser derrotado y el odio que ellos nos tenían era el odio de los explotadores por los explotados’.
Julio Troxler se exilió en Bolivia para continuar la lucha, estando encargado entre otros menesteres, de los enlaces necesarios para introducir explosivos en nuestro país, abundantes en el altiplano por las tareas de los obreros mineros.
En 1958 integró el Consejo Coordinador y Supervisor del Peronismo designado por el propio Perón. Afincado en Mar del Plata, luego de la traición frondizista, volvió a la resistencia siendo secuestrado, detenido y torturado en más de una oportunidad.
Con el triunfo popular en las elecciones de marzo de 1973, fue designado subjefe de la Policía de Buenos Aires durante el gobierno del Dr. Oscar Bidegain, pero renunció en agosto del mismo año, luego de los tiroteos acontecidos en Ezeiza el 20 de junio, cuando regresaba Perón a la Argentina.
Luego de una breve estadía en el diario “Noticias” como jefe de seguridad del mismo y en donde además colaboró con algunos artículos periodísticos, fue nominado sub director del Instituto de Estudios Criminalísticos de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires (UNPBA).
En la mañana del 20 de septiembre de 1974 fue secuestrado por cuatro energúmenos de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) en las inmediaciones de la facultad y asesinado a balazos, con las manos atadas a la espalda, junto a un paredón del ferrocarril Roca, en el Pasaje coronel Rico al 700, del Barrio de Barracas, cerca del mediodía. El destino de Julio se había decidido en una reunión de gabinete en la quinta presidencial de Olivos (gobierno de Isabel Martínez y José López Rega) cuando un proyector pasaba diapositivas de él y otros militantes, en tanto una voz en “off” los hacía culpables de todos los problemas que se les iban sumando a los gobernantes que defraudaron el mandato popular.
El historiador y poeta, Fermín Chávez, escribió en memoria de Julio Troxler –horas después de su deceso- un sentido poema que termina así: “Tu nombre es Julio o Junio lo mismo da. Cuando te mataron sabían por qué. Te maniataron para despenarte por una cosa que empieza con P”.
Protagonista de su propia historia, quien quiera puede recordar la imagen y voz de Julio Troxler, en películas que recuperan la historia nacional y popular, como “Operación Masacre” de Jorge Cedrón y “Los Hijos de Fierro” de Fernando Solanas. En septiembre de 1985, al cumplirse el undécimo aniversario de su asesinato, ante una nutrida concurrencia, se lo homenajeo en la Casa de la Familia Gráfica (Balcarce 236. Capital Federal) siendo oradores entre otros, Sebastián Borro y Raimundo Ongaro. Como imperecedero homenaje a su trayectoria, una calle de Villa Soldati en la actualidad, lleva su nombre.
En el año 2003, Troxler recibió un homenaje por parte de la “Casa de la Memoria y la Resistencia Jorge ‘Nono’ Lizaso”, cuyo hermano Carlitos murió asesinado en los basurales. En la misma Mar del Plata, -donde Troxler vivió- con la aprobación del Honorable Concejo Deliberante de General Pueyrredón, desde el 26 de septiembre de 2014, hay una placa en su memoria y la de otros compañeros con una estrella federal que dice: “El buque 9 de Julio bombardeó tanques de depósito de YPF el 19-9-55. En homenaje a los Compañeros de la Resistencia Peronista ¡No nos han vencido!”.
Hasta el día de hoy siguen los reconocimientos a su persona, que se renuevan año a año. Troxler, qué duda cabe, es de los imprescindibles.
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(Foto de portada: Troxler ocupa el medio de la fotografía; en la margen del lado derecho, Rodolfo Walsh; y la segunda mujer, contando desde la izquierda, es Enriqueta, la compañera de trabajo de Walsh que lo secundó en su investigación sobre los fusilamientos).
Por Roberto Baschetti-kranear