Los ecologistas quieren que se establezcan salvaguardias más estrictas para proteger la biodiversidad de Suiza, pero muchos sostienen que es demasiado caro.
El referéndum que concluye el domingo en Suiza se ha convertido en una votación entre los ciudadanos de mentalidad ecologista que quieren una mayor protección de la biodiversidad y los que argumentan que es demasiado caro.
Suiza, famosa por sus prístinos lagos y sus majestuosos picos alpinos, figura entre los países más ricos del mundo cuya vida vegetal y animal está más amenazada.
Los últimos sondeos sugieren que el entusiasmo inicial se ha desvanecido ante la propuesta que impulsaría la financiación pública para animar a los agricultores y otras personas a reservar tierras y cursos de agua para dejar que se desarrolle el paisaje salvaje. La propuesta también aumentaría la superficie total destinada a espacios verdes no tocados por el desarrollo humano.
La contienda, que se decide en su mayor parte mediante voto por correo seguido de una mañana de votación en persona el domingo, sigue estando muy reñida. Un sondeo de gfs.bern publicado el 11 de septiembre mostraba que el apoyo había caído al 46% a principios de septiembre desde el 51% de una encuesta anterior a mediados de agosto.
Implicaciones de la aprobación
El Gobierno federal -Parlamento y Ejecutivo- se opone al plan, al igual que muchos votantes rurales y el principal partido de derechas del país, según los sondeos. Alegan que es demasiado costoso; ya se gastan 630 millones de euros al año en protección de la biodiversidad; y temen que el desarrollo económico se resienta.
La aprobación costaría al menos otros 420 millones de euros a los Gobiernos nacionales y locales, según estimaciones del Consejo Federal. La iniciativa también prohibiría, por ejemplo, la construcción de nuevas líneas de ferrocarril a través de una pradera seca protegida, incluso si dicha pradera se aparta y se desarrolla en otro lugar, afirma.
“La aprobación de la iniciativa sobre biodiversidad limitaría gravemente la producción (sostenible) de energía y alimentos, restringiría el uso de los bosques y las zonas rurales para el turismo y encarecería la construcción”, argumenta la campaña por el “no” en su página web. “SÍ a la biodiversidad, pero NO a la iniciativa de biodiversidad extrema”.
Sus defensores, por su parte, señalan la disminución de los recursos naturales en Suiza y las amenazas que se ciernen sobre abejas, ranas, pájaros, musgos y otros animales salvajes. Argumentan que los espacios verdes protegidos son “el principal capital para el turismo” y que un mayor número de ellos apoyaría las economías locales.
Una naturaleza diversificada garantiza la pureza del aire, el agua potable, la polinización, la fertilidad del suelo y nuestro suministro de alimentos
“Pero en Suiza, la biodiversidad se resiente. Un tercio de todas nuestras especies vegetales y animales están amenazadas o ya han desaparecido“.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, un grupo de reflexión que cuenta entre sus miembros a 38 países ricos en su mayoría, ha elaborado un estudio comparativo de las amenazas que pesan sobre la vida vegetal y animal. Suiza figura entre los cuatro países con mayor índice de especies amenazadas en las ocho categorías de fauna y flora silvestres.
La votación forma parte de los últimos referendos suizos, que se celebran cuatro veces al año para dar a los votantes voz directa en la elaboración de las políticas del país, de unos nueve millones de habitantes.
El único otro asunto de ámbito nacional que se somete a consideración en esta ocasión es un plan de reforma de las pensiones respaldado por el Gobierno, que también muestra un apoyo cada vez menor, según el sondeo.
Fuente EuroNews