Tres fotos públicas en 48 horas. Contra su decisión de cobijar bajo las sombras el creciente poder que adquirió en más de nueve meses de la gestión de Javier Milei, el asesor premium Santiago Caputo se vio forzado a asomar la cabeza.
Varias fuentes que acceden a la Casa Rosada coinciden en confirmar esta innovación de Caputo respecto a la visibilidad. Difieren, sin embargo, en quién la generó: si fue el propio asesor o cumple un pedido del Presidente.
Se llega a este cambio como consecuencia no de un accidente, sino de un pico en la exposición negativa del influyente consultor. A esa cima arribó Caputo tras quedar al desnudo sus diferencias con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, horas antes de que este debiera ser internado.
Como se contó aquí hace dos domingos (https://www.perfil.com/noticias/columnistas/tension-entre-el-asesor-caputo-y-francos-por-javier-calvo.phtml), las controversias entre Caputo y Francos venían en alza y con recargados pases de factura por promesas incumplidas o desautorizaciones mutuas, que habían provocado, entre otros efectos, duras y sorpresivas derrotas legislativas.
La gota que rebalsó el vaso fue la resonante desautorización de Caputo, vía el vocero Manuel Adorni, de que a la cuestionada modificación de la norma para acceder a información pública no se le iba a tocar ni una coma. Dos días antes, Francos había asegurado en la Cámara de Diputados que se podía reformar.
Bramó por TV el jefe de los ministros, al decir que él pone la firma en los expedientes y que su función tiene rango constitucional. El asesor envía una factura mensual por locación de servicios a la Secretaría General de la Presidencia como consultor II.
Es cierto que poco antes de este chispazo con Francos, la dimensión del peso de Caputo había sido verbalizada por aliados al Gobierno. Uno, el senador Francisco Paoltroni, que contó que el asesor lo había llamado para que dejara de hablar en contra de la candidatura del juez Ariel Lijo a la Corte Suprema. Fue expulsado del bloque. El otro postulante oficial, Manuel García Mansilla, declaró que el cargo se lo había propuesto Caputo y Sebastián Amerio, el secretario de Justicia muy cercano al asesor.
El fuego amigo se agravó. Comunicadores afines a Milei y al Gobierno (en especial a Francos) empezaron a apuntar contra Caputo como si fuera la reencarnación del mal. Hasta lo convirtieron en el principal responsable de la escasa audiencia de la cadena nacional del domingo 15, cuando Milei se presentó ante un Congreso raleado en las bancas y pletórico de joven militancia en las galerías. Lejos de victimizarse, Caputo redirigió la jauría digital oficial y paraoficial hacia los nuevos críticos.
Puertas adentro, sin embargo, debió tomar nota de la temporada en baja. Por eso, las tres imágenes planificadas que lo capturaron tal vez busquen dar la señal de que se está apagando el incendio interno. ¿Lo lograrán?
Hagamos un ejercicio de gramática visual y política. La primera foto es del martes 17 a la mañana. Caputo posa sonriente e informal con Francos y Karina Milei, la otra integrante del “triángulo de hierro” junto al jefe de Estado, con la que también había versiones intrigantes. “Todos peleados”, tituló quien posteó en sus redes la imagen, el secretario de Interior, Lisandro Catalán.
La siguiente secuencia fue ese mismo martes pero a la noche, en el controvertido asado que se organizó en Olivos para los diputados que preservaron el veto presidencial al aumento jubilatorio. En la mesa principal, Milei aparece micrófono en mano. A su izquierda, la hermanísima. A su derecha,
Francos. Y al lado, Caputo. Hay funcionarios en la Rosada que lo quieren leer como un desplazamiento. ¿Acaso un triángulo estirado? Habladurías de palacio.
El cuadro se completa el jueves 19. Reunión con el CEO de Aerolíneas, Fabián Lombardo. Lo rodean alrededor de una mesa Catalán, Francos, Karina, Adorni, el ministro de Economía, Luis Caputo, y su sobrino, Santiago. El asesor Caputo es el único que no mira a la cámara. Pero se muestra en acción.
¿Bastará esta salida del clóset político para acallar los embates sobre su influencia, que es
cada vez mayor? Se verá con el correr de los días y de su figuración delante de las bambalinas. En Balcarce 50 alguien dejó correr la versión de que si el Operativo Foto no funciona, se alumbraría el Plan Designación. Y así, Caputo tendría cargo. ¿Será?
Por Javier Calvo Perfil