La Armada se suma a la Fuerza Marítima Combinada, una coalición que le permitirá profundizar los conocimientos en materia de seguridad y protección de los mares. La mirada de Juan Battaleme, secretario de Asuntos Internacionales del Ministerio de Defensa sobre la necesidad de adiestramiento con potencias occidentales.
“Lo que tengo claro es que llegó el momento de modernizar las Fuerzas Armadas argentinas”, dijo Juan Battaleme, secretario de Asuntos Internacionales del Ministerio de Defensa, desde su despacho en el Edificio Libertador, sede del Ministerio de Defensa.
La declaración tuvo lugar durante un mano a mano con DEF, y durante el encuentro no solo se refirió a la reciente incorporación de la Armada Argentina a la Fuerza Marítima Combinada (CMF), por sus siglas en inglés), sino que también habló de la solicitud que hizo Argentina para sumarse como socios globales de la OTAN, la compra de los aviones F-16, y si conviene (o no) que nuestras Fuerzas Armadas se adiestren con las principales potencias occidentales.
¿Qué es y cómo opera la Fuerza Marítima Combinada?
-¿Por qué la Armada Argentina se sumó a la Fuerza Marítima Combinada?
-La República Argentina ha definido alianzas con aquellas naciones que tienen una serie de valores. Uno de esos es la globalización económica-liberal que se expresa en líneas de comunicación naval, entre otras múltiples cosas.
Y, cuando hablamos del comercio, es básicamente cómo se mueven los contenedores de un lado al otro. Siendo que nosotros tenemos responsabilidades en las vías de comunicación naval, lo más inteligente es estar en uno de los núcleos donde el comercio mundial se distribuye, pues está en estrés constante por la acción de actores estatales o no estatales, como son los hutíes. Ahí hay un espacio donde nuestros hombres se pueden entrenar, actualizar la doctrina, y entender la conectividad y vinculación que Argentina tiene con otros ámbitos geográficos distintos, como puede ser el Mediterráneo o el mar Rojo.
-¿Cómo surgió esta iniciativa?
-En el año 2023 Estados Unidos invitó a la Armada a sumarse a la Fuerza Marítima Combinada. La Fuerza hizo la consulta y acá se cajoneó. Después, con la nueva administración, invitaron a la Armada a sumarse a la Prosperity Guardian, que tiene que ver con una operación específica que está relacionada con la CMF. Hicimos las evaluaciones del caso y dijimos por qué no ver. Vimos una oportunidad. Más allá de que esto también nos acerca militarmente con Brasil, que ya está.
-¿Cómo se traduce en el nivel de posibilidades de nuestras FF.AA.?
-Desde lo concreto, Argentina se posiciona de cara al siglo XXI como una parte central en materia de seguridad energética y alimentaria. Tenemos que tener la capacidad de poder proteger eso. No nosotros solos, sino como se hace tradicionalmente, con coaliciones multilaterales. Y, la única de ese estilo que además es plenamente compatible con nosotros es la Fuerza Marítima Combinada.
La CMF tiene cinco fuerzas de tareas: desde la 150 a la 154. Cada uno elige en cuál y en qué calidad se suma. Nosotros hacemos algo escalonado: vamos a ir a la 154, que es de entrenamiento. Con eso definido, vamos a dar un segundo paso: evaluar qué más podemos aportar. En ese sentido, puede ser, por ejemplo, alguno de los 4 aviones P-3 Orión que vamos a recibir.
Fuerzas Armadas: “¿Por qué no aprender y darles oportunidades profesionales?”
-¿Qué tareas lleva adelante la CMF?
-No solo combate tráficos, sino que también mira cuestiones vinculadas a la pesca. Por ejemplo, la pesca ilegal en Somalia. Ahí hay tecnología, entrenamiento y cosas de las que podemos aprender.
Otro dato relevante es que volvemos a una región en la que, durante los años ´90, estuvimos involucrados cuando fuimos parte del bloqueo en la Guerra del Golfo.
Otra cuestión, y que no es menor, es que esta Fuerza no está diseñada contra alguien, no es contra un estado. La CMF es más bien diseñada para proteger el comercio global y actuar contra aquellos actores que generan disrupciones en el orden internacional basado en redes.
-¿Qué ventajas nos da integrar esta Fuerza?
-Desde todo punto de vista es ganancia, ya sea desde el profesional como del posicionamiento de nuestro país.
Lo que pasa es que este es un país que viene de 16 años de “vivir con lo nuestro” y con la lógica aislacionista… Porque, quieras o no, uno está inserto en el mundo. A la Guerra de Ucrania la sentimos, queramos o no. Lo que pasó en el mar Negro terminó impactando en nosotros. Entonces, ¿por qué mejor no aprender y darles oportunidades profesionales a nuestros hombres? Porque, además, la CMF está pensada para oficiales y suboficiales. Tiene que ver con una concepción más inteligente de lo que la defensa demanda a la República Argentina.
“Necesitamos aprender, pase o no pase en nuestro entorno geográfico”
¿La Fuerza actúa contra otros Estados?
-Esta no justamente, hay otra cuestión que es importante y tiene que ver con la actualización legislativa. El ministro ha trazado un norte y quiere dejar un legado. Pero, ¿dónde está el límite hoy?
Las fuerzas militares actúan, se preparan y se equipan para defenderse contra actores estatales. Cuando ves el entorno actual en el que vivimos, que es una era de unpeace, básicamente hay que lograr darles las herramientas a nuestros hombres para que puedan operar en todo el espectro de las operaciones militares; que pueden ser misiones de paz o de estabilización, con componentes donde puede estar vinculada la guerra contra actores que ejercen terror. Entonces, por qué no darles las herramientas para que puedan entender y cubrir la operatoria y después será el poder político el que determine dónde actuar y dónde no.
-En diciembre de 2023 la CMF fue activada para contrarrestar los ataques de los hutíes en el mar Rojo…
-Exactamente. Entonces, tenés la posibilidad de entender todo el rango de operaciones. Por ejemplo, los hutíes amenazan y atacan buques petroleros, incluso con drones. Entonces ahí hay una discusión que tienen que llevar a cabo las fuerzas militares. Necesitamos aprender de eso, pase o no pase en nuestro entorno geográfico.
Ejercicios militares con Estados Unidos
-¿Cuál es tu balance de esta primera parte del año?
-No me gustaría hacer un balance parcial. Digo una sola cosa: el Ministro trazó una línea clara, pensada y articulada, y nosotros la tenemos que implementar. Esa línea tiene que ver con reequipar, entrenar y posicionar a la República Argentina. Los tres objetivos, con distinto grado de intensidad, se van cubriendo.
Lamentablemente, las fuerzas del mal operan para hacer más difícil el equipamiento y el entrenamiento porque básicamente les conviene el status quo. Por ejemplo, se cayó en el Senado el tema de un ejercicio militar con Estados Unidos en Tierra del Fuego.
-¿Por qué?
-Hay razones operacionales que hacen que eso sea una buena decisión. Sin embargo, con la excusa de que EE.UU. apoyó a Inglaterra, no tenemos que hacer ningún ejercicio. Argumentan que son miembros de la OTAN pero, por ejemplo, Francia también era de la OTAN en 1982 y nos dio los aviones y misiles. Italia, siendo de la OTAN nos apoyó. España también. Entonces esos argumentos buscan dejar renga a la Argentina en la protección de su soberanía. Pero bueno, es la voluntad de los legisladores y hay que aceptarla.
Lo que hizo hoy la senadora María Eugenia Duré (senadora por Tierra del Fuego) es que nuestros hombros no se puedan probar con otras fuerzas.
-¿Por qué sería óptimo que nuestras FF.AA. participen de ese tipo de ejercicios?
–Sería interesante y bueno operativamente. Ahora vamos a volver para atrás. El balance es que se trazó un curso y nos estamos moviendo. Un ejemplo: la administración anterior decía que iba a comprar aviones, pero no lo hacía. Esta administración lo plantea y lo hace.
Argentina en la OTAN
-Argentina también busca sumarse como socio global de la OTAN, ¿por qué?
-¿Cómo puedo contribuir a la estabilidad internacional? La razón por la que nos queremos sumar como socios globales de la OTAN tiene que ver con entrenar y acceder a equipamiento y a mejor inteligencia situacional. Es en esos lugares donde está el interés internacional.
-¿En qué aspectos nos sumaría ser socios globales?
-Un dato: Argentina fue, técnicamente, el primer socio global de la OTAN de la mano de nuestra condición de aliado extra-OTAN. Luego vino la crisis del 2001, el cambio de foco de la política de defensa y que la exministra Nilda Garré, en vez de entender que eso era un proceso, lo sacó. Aprovechó el momento y entendió que a la audiencia de ellos les servía.
-¿Qué cambió?
-El Ministro planteó que había que evaluar la posibilidad de volver. Lo que pasa es que el mundo siguió avanzando y el programa de Socios Globales mutó en uno formal con una serie de requisitos, que no deja de ser otra cosa que la formalización de un programa de cooperación con la OTAN. En esa lógica de entrenar, equipar y posicionarnos, decidimos volver.
Al ministro le entusiasmó la perspectiva en términos de acceso a la información, centros educativos, empezar a tener discusiones de alto nivel e, incluso, trabajar temas de ciberdefensa. Así que hicimos la aplicación. Es un proceso largo que puede tardar dos o cuatro años. Por ejemplo, Brasil comenzó el proceso y al año dos lo detuvo. Colombia lo comenzó, lo terminó y ahora tiene un vínculo sólido.
-¿Cómo repercute eso en el ámbito de las Fuerzas Armadas?
-Como repercuten las Misiones de Paz. Posibilidades de equipamiento, de adaptación de doctrina, entrenamiento o participar de algún ejercicio, por ejemplo en el Ártico.
Podemos jugar la carta del aislacionismo e insularidad, y sí. Al fin y al cabo, en el continente, somos una especie de península, como dicen los entendidos. El tema es a dónde nos llevó eso. Estamos tratando de revertirlo. Pero bueno, son opciones políticas.
La compra de los aviones F-16
-Fuiste parte de la comitiva que viajó a Dinamarca para comprar los F-16, ¿cómo viviste esa adquisición?
-Con un rol menor. A mi me tocó reestablecer las negociaciones, porque estuvimos muy cerca de que Dinamarca se retirara de la mesa, básicamente por la forma en que la administración anterior se dedicó a tratar a los representantes, que eran oficiales de la Fuerza Aérea danesa con un proyecto que era: o los aviones van a Argentina o van a otro lado. Porque, en definitiva, tenían otra misión que era hacer entrar a los F-35 en la línea de ellos.
Nosotros no teníamos tomada una decisión pero vimos las condiciones contractuales, escuchamos y empezamos a poner las cosas en acción. Al punto tal que el Ministro dio instrucciones para que en 100 días la compra se pudiera llevar a cabo.
-¿Qué responsabilidad asumiste?
-Hablar con Dinamarca, entender la lógica de los aviones, la potencialidad que nos generaba en términos de las relaciones internacionales, y hacer que esta compra en si se transformara en una relación bilateral. Hoy con orgullo puedo decir que estamos en pleno proceso de armado de un memorándum de entendimiento con Dinamarca y que nuestros militares van a estar, por ejemplo, trabajando juntos en la CMF.
También estuvimos hablando y discutiendo la modernización del sistema productivo de defensa en la República Argentina. Otro tanto tuvo que ver con el tema de los aviones P-3 Orión, fuimos a renegociar el pago porque estaba caído. El ministro tomó el liderazgo, aceptó el desafío y nos reunimos con las autoridades.
“En términos de capacidades, no estamos mal. El problema es la falta de modernización”
-Según una de las publicaciones más importantes en materia de defensa, nuestras Fuerzas son unas de las peor posicionadas en la región…
-En términos de capacidades, nominativamente no estamos mal. El problema que tenemos es la falta de modernización. Igual no me comparo con el resto, cada cual llevó su propio proceso de modernización.
Lo que tengo claro es que llegó el momento de modernizar a las FF.AA. argentinas. Antes no había interés. Es más, estoy convencido de que en realidad la gestión anterior apuntaba a que se murieran por inanición básicamente. Tenían lindos discursos, mucha retórica pero, en concreto, nada.
-Los militares manifiestan estar más motivados…
–La razón del militar es defender a la patria. Se preparan para defender a la patria y vivir por ella. Ganar. Y la mejor forma de no perder es con entrenamiento y vinculandose con otras fuerzas. Si nosotros les damos los medios, les damos las herramientas y los ponemos a entrenar con los mejores del planeta para saber en qué estado están, eso los va a motivar siempre.
En términos futboleros: si vos mirás la Copa Argentina, que vincula a la C con la A. Imagino que a algún cuadro de la C lo va a motivar jugar contra Racing, Boca o River, por la historia, porque son los mejores y porque se prueban a sí mismos. El kirchnerismo hacía que nuestros hombres no se pudieran probar a sí mismos.
Tengo en claro que estoy de paso. Y trataré de hacer lo mejor para las FF.AA. en ese paso.
-Conoces a los militares, ¿cómo los ves?
-Les tengo mucho respeto. Yo trabajo para ellos y el sistema de defensa de la República Argentina. Se que la Fuerza Aérea va a tener un medio, por ejemplo. Te puedo contar una anécdota: cuando terminamos la compra de los F-16 un oficial se emocionó y nos agradeció porque, al fin y al cabo, en el final de su vida operativa y después de casi 20 años, puede ver lo que son los sistemas de armas modernos. Estamos logrando que haya una nueva generación de argentinos que pueden tener los medios para hacer lo que tienen que hacer. Fin de la historia.
Patricia Fernández Mainardi-Def