Ángel fue atacado por un hombre que le robó el teléfono celular, el viernes a la tardecita. Se recupera en la casa, al cuidado de su madre. La Policía continúa investigando el caso.
“Está con mucho miedo, no quiere salir a la calle”. De esa forma Marina Analía de Souza Vaz resumió el estado de salud actual de su hijo Ángel, de 11 años, quien el viernes a la tardecita fue apuñalado por un delincuente que le robó el teléfono celular, cuando regresaba a su casa caminando por la colectora San Cayetano de Garupá. “Tiene dos cortes, uno en el brazo izquierdo y otro en el abdomen”, detalló la madre, lamentando -en diálogo con El Territorio- que al momento “no hay respuesta por parte de la Policía”, lo que significa que el atacante continúa en libertad y aparentemente sin ser identificado.
Luego del ataque, el menor corrió por sus propios medios hasta su casa, en estado de shock, por lo sucedido. “El ataque fue en la rotonda de Garupá, cuando bajaba por la escalera del puente peatonal, casi frente a la concesionaria Volvo”, detalló la progenitora, que esa misma noche radicó la denuncia policial y llevó a su hijo hasta el hospital, donde recibó asistencia y horas después le otorgaron el alta médica. “El que lo apuñaló es un desgraciado, mi hijo le dijo que estaba recién operado, le pidió por favor que no le haga daño”, pero nada impidió que el sujeto lanzara los cuchillazos que impactaron en el cuerpo de la criatura.
De acuerdo a la denuncia, el ataque ocurrió poco después de las 19, y el chico no pudo identificar al atacante pero contó que “era un masculino” y que “tenía un cuchillo”, más allá de revelar que tras propinarle los puntazos se apoderó del teléfono celular y escapó con rumbo incierto. “Cree que el hombre estaba drogado, tenía entre 18 a 25 años y usaba una visera roja”, reveló Marina.
Más allá de las heridas punzocortantes que sufrió el niño en manos del delincuente, su mamá expuso “un gran daño psicológico” como secuela, y lamentó que hasta este martes su hijo no recibió ningún tipo de contención de parte de algún profesional. “Me está costando conseguir un psicólogo”, apuntó.
“Mi hijo no es un chico como todos, no sale, solamente va al psicopedagogo”, contó, en razón de que “posee una serie de condiciones como trastorno del habla, dislexia y disgrafía”, explicó Marina, angustiada, porque “con todo esto estamos volviendo para atrás con él”, en relación a su tratamiento.
Investigadores de la Comisaría Quinta de la Unidad Regional 10 buscan al sospechoso, aunque hasta el momento sin resultado positivo. En ese contexto revisan las cámaras de seguridad urbana de la zona, pero sin sospechosos en la mira.
Por Cristian Valdez-El Territorio