Haití continúa en una espiral de violencia, crisis humanitaria y de problemas políticos. El 3 de octubre, la banda criminal Gran Grif cometió una masacre en la pequeña localidad de Pont-Sondé, que dejó más de cien muertos y causó el desplazamiento de unas 6.000 personas. Un día antes, tres de los nueve miembros del Consejo Presidencial de Transición fueron acusados de corrupción. Y a ello se sumó el inicio de un plan de deportaciones masivas en República Dominicana, a donde han huido miles de haitianos debido a la violencia. Ante este cúmulo de problemas, calificado por la ONU como un cataclismo, ¿qué camino puede tomar este empobrecido país? Lo analizamos en El Debate.
La masacre cometida la madrugada del 3 de octubre por la banda criminal Gran Grif en las calles de Pont Sondé, a unos 100 kilómetros de Puerto Príncipe, dejó más de cien muertos, entre ellos mujeres y niños, y sacudió una vez más al país, inmerso en una crisis de violencia que sigue empeorando.
La matanza causó, además, un nuevo éxodo masivo, acentuando la difícil situación social, económica, política y humanitaria en Haití, el más pobre de América Latina y el Caribe.
Haití enfrenta desde hace años niveles alarmantes de ataques de pandillas, una crisis humanitaria en aumento y un éxodo interno y externo, en medio de la incapacidad del Gobierno para restaurar la estabilidad.
Incluso, una coalición de pandillas poderosas, que ha prácticamente doblegado al Estado, forzó la renuncia del primer ministro Ariel Henry.
La ONU ha subrayado que la situación es “cataclísmica” y que “abordar la inseguridad debe ser una máxima prioridad para proteger a la población y evitar más sufrimiento humano”.
La incertidumbre en República Dominicana
A causa de esa violencia sin precedentes miles de haitianos han huido hacia la vecina República Dominicana, donde, sin embargo, se enfrentan a la deportación.
De hecho, el Gobierno dominicano, que insiste en que la inestabilidad en Haití genera una presión sobre la seguridad y los servicios de salud y educación nacionales, anunció el 2 de octubre que expulsará a hasta 10.000 indocumentados por semana.
Ahora los haitianos se enfrentan a una tensión extrema tanto en su país, por el temor a ser víctimas de los grupos armados, como en República Dominicana, donde muchos migrantes que trabajan en la construcción, la agricultura o el comercio informal viven con el miedo de ser expulsados.
Frente a este acorralamiento, ¿qué soluciones tienen los haitianos y qué camino puede tomar su país? Para analizarlo, participan en El Debate dos invitados.
-En Miami, Kesner Jean Mary, politólogo e investigador del Consejo de Estudios Interdisciplinarios Económicos y Políticos.
-En Ciudad de Guatemala, Edmond Mulet, subsecretario general de las Naciones Unidas encargado de las operaciones de Mantenimiento de la Paz y exjefe de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití.
Por France 24