La hija de Claudio Paul hizo una producción a pura ostentación en la Costanera, con declaraciones de corte monetario.
Charlotte Caniggia retornó a Buenos Aires hace algunas semanas, y en un principio corrieron algunas versiones de que, por pedido de su padre Claudio Paul, mantendría un perfil bajo en su estadía en Argentina. Pero nada de esto ocurrió.
Solo le llevó una semana a la mediática realizar una producción a pura ostentación y de dudoso gusto, además de declaraciones que reafirman los valores materialistas de la joven.
Con un ajustado vestido rojo, Charlotte posó en la Costanera, en fotos que combinaron una lujosa Ferrari roja con los típicos puestos de comida rápida del lugar.
Sus declaraciones hacen honor a la producción. “El que salga conmigo se debe vestir bien, y no ser rata. Sólo acepto novios que hagan buenos regalitos y me saquen a pasear en Ferrari. Si no es así, a mi madre no la convenzo para que me lo apruebe”, afirmó en declaraciones a Gente.
“No me importa si me lleva a la Costanera a comer una hamburguesa, pero prefiero que me invite a un sushi con champagne. Lo que más me apasiona es que si queremos irnos de viaje, armemos la valija y nos vayamos. La edad no me importa, pero tampoco debe ser muy grande”, agregó al respecto.
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