La tensión con Javier Milei no cede
El líder del PRO presiona para tener más incidencia en la gestión y cuestiona al Presidente por supuestas promesas incumplidas. La pulseada por la ley que regula los DNU y la respuesta de la Casa Rosada.
El vínculo entre el presidente Javier Milei y el expresidente, Mauricio Macri, transita un nuevo momento de tensión. Desde el entorno del líder del PRO salieron este fin de semana a disparar –una vez más– advertencias al entorno del mandatario porque sienten que el “triángulo de hierro” no cumple con los deseos y pedidos de Macri. En tono de amenaza, repiten que pueden dejar de acompañar al gobierno en el Congreso si los siguen ignorando. El nuevo episodio de la pelea entre los aliados (el PRO y LLA) se dará durante la votación del proyecto de Ley que pretende modificar la Ley de los DNU. Este lunes habrá reunión del consejo directivo del PRO y allí van a hablar del tema para, luego, bajar las directivas al bloque. Sin embargo, desde el partido amarillo ya adelantan a este diario que “siempre tuvimos una mirada crítica de la ley de DNU”. Desde Casa Rosada, en tanto, responden altivos: “Si votan en contra del gobierno no vemos cómo vamos a ir juntos el año que viene, así que no creemos”. “Va a aumentar la tensión”, adelantan desde el PRO y, de manera un tanto insólita, usan una frase de Cristina Fernández de Kirchner para criticar a los “libertarios”: “son los machos del off”, subrayan.
En el contexto de las declaraciones en off the record que van de una tribu a la otra, y las amenazas sobre lo que podría pasar el año que viene en las elecciones, el vocero presidencial Manuel Adorni, salió a decir de manera provocadora en una entrevista que “para Milei, Macri es un amigo con quien comparten algún plato de milanesas con ensalada cada tanto”. Desde el PRO no tardaron en responder. “Dicen estas cosas y después terminan retrocediendo en chancletas porque una cosa es la narrativa y otra los hechos”, opinan y disparan: “una buena manera de juzgar a las personas es cuando piensan que les está yendo bien”. Cerca de Macri consideran que “el siguiente desafío, post ajuste macro, que tiene el gobierno es la institucionalización”, y dejan entrever que eso implicaría convocar a más cuadros técnicos y políticos del partido que ellos conforman.
La tensión, sin embargo, no es nueva. Desde que Milei se sentó en el sillón de Rivadavia Macri fue teniendo distintos encuentros para intentar involucrarse –él y su equipo– de manera más directa en la gestión y también para pedir favores personales. Esas reuniones, en general, se hicieron en la Quinta de Olivos y el menú siempre fue el mismo: milanesas con ensalada. De ahí las declaraciones jocosas de Adorni. Con el tiempo, desde el entorno de Milei fueron concediendo algunos lugares que para Macri no parecerían ser suficientes, pero, más allá de eso, el acompañamiento del PRO en el Congreso durante los once meses de la gestión de LLA –que se cumplieron este domingo– fue casi total.
Una de las pocas veces que el bloque del PRO no acompañó al gobierno fue en lo vinculado a los fondos reservados de la AFI, cuyo perjudicado de manera cuasi directa fue Santiago Caputo. Con él, Mauricio Macri tiene un vínculo tenso, pero conversan a menudo. En las reuniones que ambos tuvieron a lo largo de los meses y también en los encuentros con Milei, Macri se encargó de aclarar cuál es su lista de pedidos y reclamos.
Macri quiere quedarse con la concesión de la hidrovía; con la secretaría de Transporte y con Vialidad –lugares que quisiera ocupar con Guillermo Dietrich y Javier Iguacel— con la Aduana, con la Afip y hasta con la concesión de la represa de Yacyretá. Otro de sus intentos fue el de poner a Cristian Ritondo como presidente de la Cámara de Diputados, algo en lo que fracasó. Sí logró, sin embargo, que Ritondo se siente a negociar cuestiones vinculadas a los parlamentario con Santiago Caputo, pero si bien también le habrían prometido que el líder de la bancada PRO sería el presidente de un interbloque, hasta ahora eso tampoco ocurrió.
En Casa Rosada, en tanto, hace meses que sostienen la misma línea discursiva: dicen que Macri no tiene apoyo y que “la gente” no lo quiere votar. Además, en el círculo íntimo de Milei, confían que el año que viene harán una buena elección de medio término y que eso les va a dar otra espalda y menos necesidad de acordar con el PRO en lo parlamentario. “No hay problema en pagar, pero las cosas se pagan lo que valen”, se escucha decir a los “libertarios” por los pasillos de Balcarce 50.
En las últimas semanas, sin embargo, Macri logró algunas incorporaciones como la de la María Tettamanti, que fue designada como la nueva Secretaria de Energía tras la salida de Eduardo Rodríguez Chirillo y también la de Eduardo Bustamante como vicecanciller, que entró en reemplazo de Leopoldo Sahores, cuando aún estaba al frente de esa cartera Diana Mondino.
Esos “logros” que el PRO pudo arrancar a la Casa Rosada, no calmaron la sed macrista y el expresidente, en lugar de romper o mostrar el desacuerdo en el Congreso, se encarga de hacerle llegar a la Casa Rosada el descontento con declaraciones off the record que él y su entorno hacen a la prensa. “Si por obtener cargos, es decir, cajas, el PRO vota en contra del gobierno van a pagar un costo social altísimo con su propio electorado”, suelen repetir como respuesta en el gobierno y dicen que esa votación contraria al gobierno también dinamitaría los acuerdos electorales para el año que viene.
En el PRO resaltan que los reclamos son “por una cuestión de identidad y de rumbo”, más que por favores personales o por cargos, y advierten que “el año que viene no es elección nacional, es distrito a distrito y con boleta única”. Por otra parte, subrayan que desde el oficialismo suelen ser duros en el discurso, pero después retroceden en los hechos, “incluidas las canchereadas contra Mauricio”, y destacan que “lo que Macri dice en público es lo que también dice en privado”.
Por Melisa Molina-Página/12