Misiones Para Todos

El violento oficio de escribir

“Intenté, intento, ser tan porfiado como para seguir creyendo, a pesar de todos los pesares, que nosotros, los humanitos, estamos bastante mal hechos, pero no estamos terminados. Y sigo creyendo, también, que el arcoiris humano tiene más colores y más fulgores que el arcoiris celeste, pero estamos ciegos, o más bien enceguecidos, por una larga tradición mutiladora.

Y en definitiva, resumiendo, escribo intentando que seamos más fuertes que el miedo al error o al castigo, a la hora de elegir en el eterno combate entre los indignos y los indignados”. 

Eduardo Galeano 

FINAL DEL RECORRIDO

Bajar por andén izquierdo

Textos poéticos de Jorge Falcone (2024)

Vivimos en el capitalismo. Su poder parece ineludible, pero también lo parecía el derecho divino de los Reyes. Cualquier poder humano puede ser resistido y cambiado por seres humanos. La resistencia y el cambio a menudo comienzan en el arte, y muy a menudo en nuestro arte, el arte de las palabras.

Ursula K. Le Guin

Fragmento del discurso al recibir la Medalla de la Fundación Nacional del Libro por su Distinguida Contribución a las Letras Americanas en 2014.

FINAL DEL RECORRIDO

Atesoro esta heterodoxia

de tábano impertinente,

la ternura de este niño

que jamás creció del todo,

una rabia que no nació conmigo.

Nunca fue mi vocación

ser líder y, sin embargo

tuve el honor

de acompañar a tantos.

Lo mío fue amar

sin garantía ni fuero,

a la Patria, al Séptimo Arte,

a la poesía.

En esos lances

me tuteé con la muerte

(la propia y la de otros)

Próximo ahora al

final del recorrido

puede que mis oficios

me hayan condenado,

pero de ningún modo

me han escarmentado.

SENTIMIENTO
QUE TANTO ME CONOCES

¿Te acordás de mí, dolor?
Valeriana,
¿te acordás de mí?
¿Te acordás,
aceite de cannabis?
Pasiflora,
¿te acordás…?
Soy aquel insonme,
el mismo ayunante
que recurriera a ustedes

convencido de haber llegado

hasta el fin del camino.
Pero hete aquí que el césped

y la ligustrina crecen,
y yo les presto atención.
Y no se dan por vencidxs.
Entonces los imito. – 

MOLESTO

SUPER PODER

A Spiderman lo picó

una araña radiactiva

y hoy sus tantas destrezas

así lo atestiguan.

Acquamán es un tritón

y el océano su dominio,

las olas son sus cómplices

en la lucha contra el delito.

Flash está en condiciones

de aventajar a una bala,

ni el más veloz malhechor

por ende se le escapa.

Yo sufro de sinusitis

y mi mayor hazaña

es privar de mi presencia

por más de dos semanas.

KAMIKAZE

Yo soy

El Kamikaze del Afecto:

Siempre salté sin paracaídas,

siempre en pos del buen amor

hice equilibrio sin red.

Cierto es que desatiné

y que fue más de una vez.

Fui en pos de una matriz vincular

que hace tiempo dejó de funcionar.

Inaugurando ahora mi tercera edad,

sin embargo, puedo ratificar

que siempre lo volveré a intentar.

LA BANDA

DEL SARGENTO PEPPER

Mi madre era gordita y los domingos

salpimentaba la salsa de las pastas

con mano sabia y laboriosa que educara

en pizarrones de la periferia urbana.

Pero tanto va el cántaro a la fuente

que el destino de uno de esos ingredientes

cambió de bando y se volvió insolente.

Un médico de la guardia del Penna

e investigadores del CONICET afirman

que su principio activo es capsaicina,

compuesto derivado de los frutos

de las plantas del género capsicum.

Vegetales de una América oprimida,

ajíes, pimientos, guindillas o chiles.

Así, el bello producto con que aquella

manito sazonaba nuestra dicha,

la ciencia del poder ha transformado

en esta porquería:

Un chorro de seis metros

que a la piel del justo irrita

con máculas rosáceas

que se lavan con leche.

Otro invento elaborado

por el Norte Global para aplastar

al bravo Sur que no se entrega,

defendiendo su terruño y todos esos

condimentos que nos lega. –

DISTOPÍA

Los viejos sabios

trataron de advertirnos,

mas no los escuchamos,

porque prometieron

una Revolución

que nunca hicieron

y el ostracismo

fue su castigo;

ser ridiculizados

como maximalistas

condenados a soñar

un sueño impracticable,

payasos cuya promesa

de bienestar no fue otra cosa

que un cheque sin respaldo.

Así depositamos

nuestra fe en los caretas,

pregoneros de una plenitud

que llegaría introduciendo

un sobre en una urna

de cartón corrugado

y posteando en las redes

– para orgullo de hijos –

“cumplí con mi deber ciudadano”.

Pero la plata no va y viene,

como dicen,

sino que más bien va

siempre hacia el mismo sitio.

Y los dueños de ese sitio

son los dueños de todo,

y un buen día se quedaron

con la enseñanza y los medios,

y fueron instalando el credo

de “sálvese quien pueda”.

Y el aburrimiento que causa

cruzar el desierto

sin dar con un oasis,

o el buen amor caído en desgracia,

o las maratones de Netflix

convencieron a los giles

de que es mejor hacer la propia.

En tanto la equidad

toma su tiempo,

practicar aquello

de subir al ascensor

mientras la mayoría

sube por la escalera.

Y aquí estamos:

Lo que parecía imposible

ya es un hecho,

no de la fantaciencia

sino de la vida diaria.

El freaky malquerido

y bardeado en el colegio,

el perdedor que no la puso

a su debido tiempo

y llegó resentido

a la movida,

comenzó a sonar creíble

aún sin prometer

“frutos de sol

para todos los oscuros”,

como alguna vez

pidió Neruda.

El estribillo de su dogma

en cambio, fue

“que los ricos coman pan

y los pobres mierda, mierda”.

Y así llegamos a que ese

placebo llamado “democracia”,

que nunca nos saciaba

– pero “peor es nada” -,

por obra y gracia de la artimaña

de la rana hervida a fuego lento

pareció lo más prudente,

ya que soñar no garpa.

Y retoños que no vivieron

lo mejor de la película

– libreta de ahorro

y almacén que fía –

fueron los abonados

en platea VIP

a este circo romano.

Y la osadía del que siempre

jugó solo conquistó el Palacio,

y salió al balcón brazos en alto

munido de una extraña

fe más próxima al demonio

que al Arcángel Gabriel.

Y uno por uno

se fue cagando en todos

los foros donde otrora

tomamos decisiones,

y sin consultar con nadie

forjó un destino arbitrario

escupiendo a la cara

su furia de malcriado

sin ahorrarnos penuria y consolado

noche a noche por la habitante

del útero del que salieron ambos,

con prácticas inconfesables.

Los tontos, antes mansitos,

de tanto comer aire y enterrar

afectos en un pocito,

– como a una mascotita,

pero en cambio a un hijo –

se fueron reconociendo

(no sé cómo pasó…

acaso fue

el costillar expuesto,

los ojos inyectados,

la panza rumiando

alimentos del pasado),

se volvieron salvajes.

Nunca aceptaron

eso de ser barbarie,

pero si no queda otra

qué mierda importa…

Y procedieron

como caníbales obrando

el viejo vaticinio

de que un pueblo

no se suicida ni por puta.

Y en esta cava

de sangre que fue Patria

así termina el cuento:

A los dinosaurios

los mató un aerolito,

a los caretas

esta democracia.

Desde entonces no se sabe,

qué fue del gas pimienta

ni de las pistolas Taser. –

CUANDO MIRA

EL QUE NO VE

Lorito ante una zanja

llena el piquito de agua.

Un latigazo negro y ya está

en las fauces de un gato.

Difícil que la correlación

de fuerzas lo aventaje.

Transeúnte hecho al morbo

de esa repetida escena,

más disfrutable en un plasma

que, a metro de distancia,

ignorando al más básico

atavismo alimentario

de las especies vivientes,

maldice al felino y amaga

con arrojar una piedra

que malogre su vianda.

Mas la noción de que enfrenta

a la Madre Natura – y a esa

no hay Cristo que la detenga –

lo frena y sigue viaje

frustrado por la emboscada

que el destino propuso.

Más tarde volverá a hacer zapping,

disfrutará en tik tok del beboteo

de alguna nena

que le perrée a distancia,

o subirá a su estado

el último hit que ofrece

ese cachondo Flow latino,

gambeteando la chance

de que amargue su navegación

la imagen de un soldadito narco

copando emisora ecuatoriana,

los estragos de las bandas que libran

una guerra civil

de pobres contra pobres

en calles de Port au Prince,

o la madre que carga

con un bebé hecho pulpa

en la Franja de Gaza,

en nombre de una especie

dicen que capaz

de vivir sin

exterminar semejantes,

a la que considera

toda religión

lo más perfecto

de La Creación. –

PEQUEÑO BURGUÉS EN LA COLA

DEL COMEDOR PARROQUIAL

Es mi turno y corresponde

una porción de ese guiso

para este servidor.

No me miren con tanta

desconfianza ni me pidan

que ceda a otro mi ración.

Bien sé que disimulo

bastante mi condición

pero si se fijan bien

notarán que he camuflado

un hueco en la zapatilla

pintando mi uña de azul.

Que el cuello de la camisa

tapado por un cabello

que ya no puedo cortar

está reclamando a gritos

“ya basta de lave rap”.

Respeten que al desteñido

de mi único calzón

no se los quiera mostrar.

Este saco sin botones

ya no prende y, además

al pantalón que llevo

lo sujeta el cinturón.

Es más, si me asaltaran

apenas encontrarían

un solo y arrugado

billete viejo de cien.

Puede que aún los confunda

con este aspecto atildado

pero créanme que hace días

que no pruebo ni un bocado.

Solo ocurre que a dar pena

aún no estoy acostumbrado. –

HOMBRE – BOMBA

Ya que no tengo agallas

para cegarla,

no dilapidaré mi vida

tan solo porque pesa.

Insumiré cada instante,

si no para el disfrute,

para perjuicio de quienes

la vuelven truculenta.

A ese fin me convertiré,

aún si de baja potencia,

en un arma destinada

a concretar esa meta.

LA CAJA DE PANDORA

Según la Teogonía de Hesíodo

– es decir, el origen de los dioses -,

la incompetencia de los encargados

de conducir el destino humano,

nos condenó a ser mortales

y mil males nos fueron dados.

Y fue que la primera mujer,

hecha por Hefesto como mandó Zeus

después que Prometeo – contrariandoló –

legó el fuego a la humanidad,

abrió el cofre que se le asignó

esparciendo por el mundo

peste, miseria y dolor.

Al arbitrio de un Olimpo ganado

por el capital financiero global,

se debate un país del Cono Sur

al que Occidente busca escarmentar.

Porque cuenta la leyenda

que jamás se arrodilló,

y disciplinar al mundo exige

poderlo doblegar.

Pero desde sus confines

y sin hacerse esperar

baten cacerolas los nadies

deseando comer y yugar,

y retoños que no esperan

órdenes para resistir

ya saltan los molinetes

para poder viajar.

Si corbata y overol se juntan,

puede que los antiguos dioses

comiencen a temblar. –

CORAZÓN

ENTREABIERTO

Quizás he desatinado

en procurar constantemente

prorrogar al amor

en su capacidad de

distraer a la muerte,

y acaso corresponda

tan solo dejarlo hacer

y disfrutar de su nunca

previsible acontecer.

MIASMAS

Ya no hay cuatro climas;

dijo el cientista social.

Esto parece el trópico,

agregó sin más.

El mal gobernante aportó

miseria, hambruna y dolor.

Sus mandantes empresarios

depredaron el solar.

El resto lo hizo el calor,

el mosquito y sus pestes,

un combo que embrutece.

Fue así como en comida

se transformó mucha gente.

Y se sabe que la más rica

está en los barrios decentes. –

AIRE QUE TE PERTENECE

Tu fragancia te persigue.

Se advierte cuando pasás.

Permanece pues con cada uno

algo del mundo que habitás.

CINEFILIA

Algunos están convencidos

de que en materia de films

elijo los de terror.

Pues no falta a la verdad:

Amo los que remiten

a leyendas del folklor,

no así a los que abusan

de la flagelación.

Sin embargo, cabe decir

que disfruto cada vez más

del negro policial,

ese sucio, de carretera,

de desierto, motel,

y café en gasolinera.

Pero de un tiempo a esta parte

– lo debo confesar -,

le voy tomando el gusto

a las comedias de calidad.

De modo que, como tantos

le rezan a su Dios,

en mi caso sala oscura y

pantalla grande son mi Señor.

BAJO EL SIGNO

DEL ESCORPIÓN

“Amad como no ha amado ningún monstruo,
odiad como no ha odiado ningún ángel,
incendiad el vivero de los días,
rayad los cielos hasta que la Nada,
la inconmovible Nada, abra un párpado”.

Gonzalo Sánchez-Terán

Dicen que los nacidos

entre fines de octubre

y fines de noviembre,

poseen un magnetismo

que atrae a mucha gente,

regidos como están

por el furioso Marte y

Plutón el combatiente.

Si absoluto es el sí

de un escorpiano,

cuando niega

no hay forma de ablandarlo.

Alego en nuestra defensa

que, leales como pocos,

amamos con pasión

padeciendo mala prensa.

Con este sino a cuesta y

cuando ya pensaba yo

que no vería más cambios,

mi vida ha dado un vuelco

sumando personajes,

renovando escenarios.

En conclusión, puede ocurrir

que doblando alguna esquina

nos embosque sin previo aviso

lo nunca imaginado. –

GÓNDOLAS

“Raro es el amor

y raros sus protagonistas…”

Marcello Mastroianni,

en el filme “De eso no se habla”,

de María Luisa Bemberg

Somos góndolas de Wall Mart:

Manjares y veneno por igual.

Pero ocurre que en la vida

no hay etiquetado frontal.

Claroscuros mediante,

pasó lo que pasó

y compartimos

lo que te pude ofrecer.

Acaso no corresponda

discutir si en su formato

más complejo el amor

no merece llamarse amor.

Me consta que así se leyó

lo que lograste filtrar

a través de tu dolor.

No soy a quien le toca

poner punto final,

pero allí donde te encuentres

quisiera hacerte saber

que aquellos que se paran

de manos ante Dios

a la hora de la verdad,

esos tipos, chabón,

van cantando mi canción. –

A Gastón Omar Costa,

in memoriam,

y con una birra en alto.

VITRINA

Nunca como ahora

me visitó tanta gente.

Es cierto,

no es lo mismo este cubículo

que el esmeraldino solar

que alguna vez supuse

mi estación terminal.

Cada sitio con su encanto:

Allá era el anfitrión,

acá me vienen a admirar.

Por ejemplo, ahora ustedes:

lxs del teatro comunitario

y la asamblea vecinal…

Ocurre que últimamente

me asfixiaban los impuestos

y no rendía para nada

la seguridad social.

Me ha salvado este contrato

y esta accesible rutina

que ya no me hace estresar.

Como sanguches de miga

y mi único paseo es

salir un rato a mear.

Cuando no vienen amigos,

contingentes de estudiantes,

y también de jubilados

acostumbran desfilar.

Mi presente no requiere

de sesiones de terapia

para poderme estimar.

No hice la Revolución,

es cierto,

pero quién me quita lo tanto

que hube de bailar.

Se pasa mejor aquí

que en el afuera de ustedes:

Duermo sentado más prescindo

del odioso celular,

y me salva de malos sueños

esta música funcional.

De modo que no lamenten

no verme un poquito más.

Me siento realizado,

aquí en exhibición;

y orgulloso de este letrero:

“Uno que amó de verdad”. –

ALONDRA

La gatita que visita mi casa y

defeca en mi bañera exhibe

más decoro que ustedes,

anarco capitalistas de cartón.

Ustedes dejan sin alimento

al comedor que reemplaza

a un Estado en disolución

y sin remedio oncológico

al enfermo terminal.

Usan su investidura

para blanquear con selfies

a violadores de embarazadas

cuyos hijos apropiaron antes

de arrojarlas vivas al mar,

y afirman que el indigente

no morirá de hambre porque aún

le asiste el derecho a vender

a un hijo o a un riñón.

Todo eso a la luz del día y

sin el más mínimo pudor.

El felino que yo digo,

más pulcro en su condición,

rasca una loza indiferente

para ocultar su deposición.

Es más humano que ustedes,

actores aficionados de una burda

película de terror.

COLOQUIO CON EL VERDUGO

¡Qué no,

claro que me conocés…!

Soy el hijo de aquel médico

de mutuales que mataste

a golpes de puño y de pena.

El hijo de la maestra que tuviste

cuarentaicinco noches de la picana

al simulacro de fusilamiento.

El hermano de la estudiante

que violaste vuelta y vuelta,

le disparaste en la nuca

y la arrojaste

en una fosa cualquiera.

El ex cuñado de la madre

a la que dejaste alzar su hijo

solamente por cinco horas

(cómo que no te acordás…

aquella tan bonita,

la del itacazo en la cara)

Soy el ex yerno del hijo

del anarquista que estuviste a punto

de arrojar embolsado al mar.

El tío del pianista apropiado

que hace un tiempo te arrancamos.

¡Si verdad y justicia no podés,

al menos hacé memoria!

¿Ahora qué venís pidiendo…?

Disculpá, me agarrás seco:

Piedad para vos no tengo.

Si Dios existe, te salva.

Esperá tranca, mi viejo. –

EN MI LUGAR DEL MUNDO

Aquí donde resido

– Barrio Savoia,

comarca plebeya de traslavía,

donde muy pocos

tacheros se animan –

todo el vecindario

guarda las apariencias:

Ángeles prácticamente convive

con marido descartado,

Roberto hace mucho tiempo

no duerme con “su señora”,

Patri y Néstor ya hacen vida

de amigos, pero de lejos

cualquiera podría apostar

que el amor en mi barrio es eterno.

Sin embargo, yo expongo

mi cada vez más crónica

singularidad ante quien

esté dispuesto a indagarla.

Otra vecina es la crisis:

Sebita no corta más

el pasto y se volvió

peón golondrina

que duerme en las obras,

Lucas aún no consiguió

reinaugurar el club,

Rosita ya no fía,

Paola abre cuando puede,

Cari vende segundas marcas,

Yahir complementa con Uber

el corte de pelo y maneja

con vidrio polarizado

para que su ex no le dé la cana.

La muerte también es

gente de extrema confianza:

Amorcito dejó lista

la edición de sus relatos,

Carli siempre changueaba

de buen humor y partió silbando

sin darme oportunidad

de invitarle un buen asado,

Coti nunca soltó palabra

de la papa en el marulo.

Natura tiene siempre

la última palabra:

La perra Margarita insiste

en conocer el mundo

detrás de osadas jaurías,

la ligustrina ya es

un bosque horizontal

porque da paja podarla,

la vida – en todo caso –

se impone con empeño

indiferente a todo.

Y yo a menudo me siento

en tiempo de descuento,

pero la sigo peleando

en el área rival. –

NUNCA VOY A DESERTAR

“Yo creo que algún día

he de encontrar lo que busco,
en árbol, en mujer,
en rama, mesa, pájaro,
en ojos, en palabras.
Yo creo que viviré hasta ese día”.

Susana Thenon

Convivo con la tristeza,

me duele cada vez menos.

El deseo es la última presa

que intenta conquistar

la gran ofensiva en curso

contra la humanidad,

esa a la que daremos

batalla sin descanso.

Y, como el deseo a su vez

es el motor de la Historia,

están todos convocados

a esta lidia colectiva

que no debe fracasar.

A Franco “Bifo” Berardi

SIGO EL CAMINO

AMARILLO (*)

Cualquier vecino

sabe que no miento,

que gasto suela

de mi casa al tren

y de ahí a la

capital – puerto.

No salto el molinete,

pero me la ingenio

para cuidar la SUBE

colando sin aspaviento.

Tsunami anarco liberal

me llevó puesto:

Del 15 al 20 solicito

adelanto del próximo sueldo.

Fatigo esta pesadilla

a gamba, subte o bondi,

craneándola noche y día.

La voz de mis mayores indica

– “sigue El Camino Amarillo” -,

y allá voy a evitar dolores.

Munchikines de barrio

pasean la batucada

de un pueblo valiente y sabio.

Cruzo al Seba y le grito

“trabajo es dignidad”;

me replica que él

“para eso, siempre listo”.

Chori impagable

arde en el chulengo

montado en la rotonda

del Cura Brochero.

Grita “profe” un remisero

que añora aquellos viajes

que hice hasta hace algún tiempo.

No hay desayuno

que pagar se pueda,

ni chuchería

que comprarle al vago

que en la puerta

del cajero ruega.

Mi norte sigue siendo

aquel Palacio

de la Esperanza

adonde espera

el Mago que convierte

al deseo en cosa cierta.

Le pido un corazón

que me devuelva

el temple indoblegable

de La Gorda Nelva.

Las agallas de tantos

que en la arena

bancaron el pulgar

que bajó el César

y combustible son

contra la pena.

Y del amauta

la mente abierta

para entender,

explicar qué pasa,

y enfrentarlo

armado de paciencia.

No viajo solo,

siempre me acompaña

la perrhúmana

a que debo todo,

silente inspiración

para la hazaña.

Cine y poesía

van conmigo:

si caigo me levantan,

con ellos sí

“pan y cebolla” alcanzan.

Arribaremos,

cueste lo que cueste,

aunque el simio

alado nos asedie

y gobierne

la Bruja del Oeste.

(*) Paráfrasis de El Mago de Oz, de Frank L. Baum.

SIEMPRE ESTAREMOS

No nacimos por

generación espontánea,

nos parió

la tierra mancillada.

Esa madre nos legó

el FAL y la tacuara.

Empavuramos desde entonces

a quien se lo ganara.

Morimos cada tanto y

renacemos de rabia.

Ellos nos conocen

desde que existe la Patria,

así como nosotros

sabemos quiénes son:

Si llueve acero en La Plaza

no debemos pasar página.

Siempre estuvimos…

en el cuadro de Bettannin,

el Megafón de Marechal,

o en pretéritas milongas,

cambiando una

y otra vez de forma.

No nos creó ninguna

internacional remota,

nos financió

el monopolio que expropiamos.

De penar,

sabemos una bocha,

va de memoria en memoria

la fiesta que anhelamos.

No la frena el gas pimienta,

ni el garrote al jubilado,

no robótica ni inteligencia

por artificial que sea.

Siempre estaremos:

Es nuestro sino

roer un hueso antiguo

como perro agazapado.

Volveremos a morder

cuando nos hayan olvidado. –

A la memoria del Padre Hernán Benítez,

confesor de la Abanderada de los Humildes,

que tuvo a su cargo el responso

por Fernando Luis Abal Medina y Carlos Gustavo Ramus.