El actor de 78 años perdió el conocimiento mientras conducía por Avenida Córdoba y colisionó contra dos vehículos estacionados; se encuentra estable
El actor Pablo Alarcón (78) estuvo involucrado este martes en un accidente de tránsito. Según fuentes consultadas por LA NACION, se descompensó y perdió el control del vehículo mientras de desplazaba por avenida Córdoba al 6000. A raíz del desmayo, colisionó contra dos autos que estaban estacionados.
Tras el incidente, que ocurrió entre los barrios de Chacarita y Colegiales, Alarcón fue asistido por el SAME, quien lo trasladó al Hospital Fernández. Hasta el momento, el diagnostico es de “desmayo sin riesgo de vida”.
Según Carlos Damin, director del Hospital Fernández, el actor se encuentra estable y no presenta ningún traumatismo grave. “Le están haciendo estudios. En principio fue un sincope, no ACV isquémico”, afirmó.

Apenas conocida la noticia, fuentes policiales informaron a LA NACION: “Personal de la Comisaría Vecinal 15A se trasladó este martes a la Avenida Córdoba al 6000, luego de que un auto perdiera el control y chocara contra otros dos vehículos estacionados. Al llegar, constataron que el conductor involucrado era el actor Pablo Alarcón, quien se habría descompensado mientras manejaba, provocando el accidente». Según la misma fuente, el artista “Fue asistido por el SAME y trasladado al Hospital Fernández con diagnóstico de desmayo, sin riesgo de vida”.
Larga trayectoria
Alarcón, cuyo nombre real es Rodolfo Francisco Marabotto, nació el 9 de septiembre de 1946 en la localidad bonaerense de Pellegrini y es uno de los actores más reconocidos del espectáculo argentino.
Con más de cinco décadas de trayectoria, desarrolló una carrera versátil en televisión, cine y teatro, tanto en el país como en el exterior. Durante la década de los 70 y 80, se convirtió en una figura central de la ficción.
Tuvo el privilegio de interpretar papeles protagónicos en telenovelas como Rosa de lejos, Regalo del cielo y Herencia de amor, todas producciones que fueron un éxito y alcanzaron altos niveles de audiencia.
En el ámbito internacional, logró un gran reconocimiento en Puerto Rico con la novela Vivir para ti, que se emitió también en varios países de América Latina. En cine, participó de filmes emblemáticos como El profesor hippie, Los muchachos de antes no usaban gomina, Las venganzas de Beto Sánchez y El cóndor de oro.

En teatro, su trayectoria es igual de amplia y diversa, con obras como Plaza Suite, Un tranvía llamado deseo, Drácula y varias piezas de Chéjov, que le valieron premios como el ACE y el Bamba.
Además de su faceta actoral, Alarcón ha incursionado en la música, la escritura y la dirección, y ha integrado colectivos artísticos como el Living Theatre. Durante los últimos años, supo reinventarse a partir de propuestas más íntimas e innovadoras, como el espectáculo El cocinero está frito, que combina teatro y gastronomía en casas particulares, una experiencia que surgió durante la pandemia.

Respecto de su vida personal, estuvo casado con la actriz Mónica Jouvet y luego con Claribel Medina, con quien tuvo dos hijas. También mantuvo una relación de más de una década con la cantante Lucía Galán.
En los últimos años, el actor atravesó una serie de complicaciones de salud. A mediados de 2024 fue internado de urgencia por una neumonía bilateral que se agravó con una infección intrahospitalaria.
La evolución clínica exigió una serie de estudios cardiovasculares que revelaron la necesidad de una operación a corazón abierto. Durante más de 40 días estuvo hospitalizado, primero en el Hospital Tornú y luego en una clínica privada, donde fue intervenido quirúrgicamente y permaneció bajo estrictos cuidados médicos.

Tras superar el cuadro respiratorio y ser sometido a la cirugía, el actor inició un proceso de recuperación que incluyó una importante pérdida de peso y debilidad generalizada. A pesar de ello, pudo retomar parte de su rutina con controles periódicos y seguimiento especializado, aunque su estado físico distaba del que solía tener.
En noviembre del mismo año volvió a ser internado, esta vez por una nueva infección derivada de su estadía anterior, lo que obligó a un nuevo tratamiento y vigilancia médica.
A lo largo de este período, Alarcón reconoció públicamente la gravedad de lo ocurrido y agradeció la contención de su entorno. También valoró el trabajo de los profesionales de la salud que intervinieron en su recuperación y expresó su deseo de mantenerse activo, dentro de las posibilidades que le permitía su estado general.